Por otro lado, llevaba tiempo rondándome la idea de que bajo el amplio y vago término de novela negra, albergamos a autores y obras muy diversas; unos mucho más negros (y de mayor calidad, que no necesariamente éxito) que otros. Para muestra, mis lecturas de este periodo.
En primer lugar y tras un montón de meses postergando su lectura, Art et decés, de Sophie
Henaff. La última aventura de los poulets
grillés, o la brigada de Anne Capestan, aún no ha sido publicada al
castellano. Mi exiguo a la par que
oxidado francés, unido a la cantidad de argot que salpica la novela no me
impidieron comprender la mayor parte de la historia.
Ha pasado un año o año y medio desde la resolución del último caso. Anne
está de baja maternal; mientras tanto, Rossiere, que trabaja en la adaptación
al cine de su último guión, se ve envuelta en un asesinato, del que ella es la
principal sospechosa.
Me ha parecido una novela más madura que las anteriores; los personajes
se han hecho más maduros. Tras el tiempo transcurrido y una cierta
disgregación, el equipo vuelve a formarse con naturalidad. Permanece intacta su
capacidad para aceptar como lo más normal hechos tan poco convencionales como comentar el estado de
la investigación mientras vigilan o juegan con Sophie el bebé de
Capestán. O ser actores en la película que
se estaba rodando cuando sucedió el crimen al mismo tiempo que investigan dicho
asesinato.
Espero con ansia no solo la traducción al español de esta novela, sino la
serie de televisión que estaba prevista. Y que Sophie Henaff tenga más
historias de esta loca pero capaz brigada.
Abandono el polar (con humor) francés y lo cambio por un giallo, esa vez
de la mano de Gianrico Carofiglio. La versione de Fenoglio es la
tercera y por el momento, última aventura del maresciallo dei carabinieri, Pietro Fenoglio. Más que
enfrentarse a la resolución de un caso concreto, reflexiona sobre su trabajo en
general y como se lleva a cabo.
Mientras tanto diré que creo que ambos personajes,Guerrieri y Fenoglio, se complementan. Si con el primero, Carofiglio nos daba una visión de cómo
funciona la abogacía en Italia, a través de Fenoglio podemos ver la forma en
que se llevan a cabo las investigaciones.
Sea en castellano o en italiano, recomiendo la lectura de este autor
cuya producción no se limita al género negro. Hace unos meses Anagrama
publicaba Las tres de la mañana.
El club del crimen de los jueves, publicada por Planeta, es la
primera novela de Richard Osmon. Se nota que el autor es productor de
televisión, además de presentador, porque mientras leía podía imaginarme
perfectamente la adaptación a la pantalla de las aventuras de estos cinco
jubilados que viven en una de estas residencias modernas y que se reúnen todos
los jueves para intentar resolver viejos crímenes . De repente, tendrán la
ocasión de investigar un asesinato recién cometido, lo que sacará a la luz
muchos secretos. .
Te hace pensar en series de televisión como Diagnóstico asesinato o Se ha
escrito un crimen, pero evoca también a las novela de Agatha Christie.
Son personajes vitales, que después de una vida activa, no se resignan a esperar
a que pase el resto de su vida;
Hace años tenían que madrugar porque había mucho que hacer y el día tenía un número limitado de horas. Ahora madrugan porque hay mucho que hacer y la vida tiene un número limitado de días.
Es el tipo de novelas negras “blancas” -no hay
psicópatas, torturas ni ningún otro tipo de truculencia- que me gusta leer de
vez en cuando. Si como asegura Pedro,
de El
búho entre libros, habrá nuevo título de este grupo, me animaré a
leerlo
Son muchas las veces en que he mencionado a Juan Carlos Galindo como el inductor de muchos de mis descubrimientos de novela negra. Fue un artículo suyo el que me llevó a la novela anterior y de nuevo seguí su consejo y metí en mi vida a Mickey Fitzpatrick, la protagonista de El largo rio de las almas, de Liz Moore, publicado por AdN y traducida por Javier Calvo. Me convenció sobre todo su argumento de que se escapa del molde con que últimamente se cortan la mayoría de los libros publciados (de este género).
Se van alternando capítulos en el momento presente con otros en que va
desgranando su vida anterior, desde que eran pequeñas, lo que nos servirá para
entenderlo todo. el momento actual, en que Mickey trata de investigar la muerte
por sobredosis de varias prostitutas con
otros capítulos
Sea por la historia, por el escenario… o porque
sí, durante casi toda la lectura estuve acordándome de la serie The Wire
Il re di denari, de Sandrone Dazieri cumple con todos y cada uno
de los tópicos del thriller, empezando por el que se está convirtiendo en requisito
obligatorio de que sean trilogías (En España, publicada por Alfaguara). No
faltan los protagonistas traumatizados, el asesino psicópata y todo tipo
de torturas y truculencias varias.
La costola di Adamo es el segundo de los libros protagonizados por Rocco Schiavone, personaje creado por Antonio Manzini. Desterrado a una ciudad en el valle de Aosta, en plena zona alpina, el protagonista añora su amada Roma y se resiste a cambiar sus Clarks por un calzado más adecuado para la zona.
Un poco borde y con un particular sentido de lo que está bien y está mal, tiene tendencia a comparar las caras de las personas con animales. Poco a poco y a pesar de sus maneras, no siempre adecuadas, de enfrentarse a la resolución del caso, Schiavone te va atrapando.
Este es un ejemplo de lo que comentaba en la entrada anterior, de como un libro te lleva a otro Aquí se investiga un suicido que resulta ser asesinato y tras el que se esconde un caso de maltrato doméstico. El comentario de Manzini al final del libro sobre los casos de maltrato femenino en Italia me llevo a recordar Donne, de Camilleri y su apunte final sobre el por qué de su publicación. Tampoco pude evitar acordarme de la Soga, de Hitchcock (película que os recomiendo si no la habeís visto)
Materia negra, de
Philip Kerr fue la lectura de transición de mi enero negro a un febrero algo más tranquilo. A Philip Kerr lo conocemos sobre todo por la serie protagonizada por Bernie Gunter (aqui os dejo la excelente entrada de Alice Silver si no lo conocéis)
Una de las tendencias que últimamente tiene más auge dentro del género negro es, junto con el true crime, la novela histórica -ejemplos muy buenos de ello son Bajo las llamas o 1793 y el último premio Planeta (otra entrada que me quedó en el tintero) pertenece a este género híbrido.
Hace años estuvieron de moda las novelas de detectives históricos, que se ambientaban en el antiguo Egipto, Persia o la Edad Media. Pienso en Christian Jacq, Steven Saylor y sus excelentes novelas, protagonizas por Gordiano el sabueso o tantos otros. En el blog comenté la estupenda y poco mencionada Venganza de Nofret de Agatha Cristhie
El protagonista es el mismo Isaac Newton que ha sido nombrado administrador de la Real Casa de la Moneda en una epoca en que Inglaterra está en guerra con Francia. Los hechos están narrados por el que sería ayudante de Newton en ese periodo el (a la sazón) joven Ellis. Forman una pareja que evoca a la formada por Sherlock y Watson; la capacidad analitica y deductiva de Newton e sorprende una y otra vez a su ayudante.
Aunque hay investigación de muertes y de fraude monetario, es casi la excusa para desarrollar todo lo que tiene que ver con las religiones -el arrianismo, los hugonotes, el odio hacia los papistas de los ingleses, ...
Para no extenderme aún más, dejo aquí el enlace a las reseña que han hecho críticas polares y las lecturas de Guillermo
En resumen, enero ha sido un mes de lecturas que, bajo la aparente uniformidad del negro han sido bastante diversas.
Empiezo febrero con lecturas mucho más coloridas
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