(traducido por Teresa Clavel Lledó)
Encontré el momento y la disposición de ánimo para leerlas, durante las vacaciones. Ambas me parecieron excelentes novelas que merecen ser comentadas además de recomendadas. A 1793 le dedicaré otra entrada y ahora voy a centrarme en la novela de Le Corre.
Suponía que Bajo las llamas sería una novela ligera; uno de esos thrillers que lees de un tirón y que probablemente, apenas recuerdes al cabo de unos días. En su lugar, me encontré con una novela densa, que no pesada, y muy bien escrita -Hay que felicitar también a la traductora-. Me llamó la atención el estilo, con muchas frases cortas y un lenguaje elaborado, sin resultar pedante.
Hervé Le Corre |
El autor nos lleva a los últimos días de la Comuna; Paris está a punto de caer pero aún hay quienes siguen luchando con fiereza, a pesar de ser conscientes de su derrota. Mientras tanto, el comisario Antonie Roques tiene que investigar el caso de varias jóvenes que han desaparecido; la última de ellas es Caroline, que trabaja como enfermera en uno de los hospitales parisinos y está prometida a Nicolás, soldado de la Comuna. Todos los testigos de los secuestros mencionan a un extraño cochero. Localizarlo será clave para resolver el caso.
Al avanzar en la lectura y ver que el caso termina por diluirse me planteé si era correcto encuadrar la novela como policiaca. Eso me llevó a buscar definiciones de novela negra y me di cuenta de que realmente pertenece al género. Los protagonistas son perdedores, pero ¿acaso no lo es Sam Spade? La violencia está muy presente pero ya lo estaba en Cosecha Roja, con el agente de la Continental. Lo mismo sucede con la crítica social, algo que también encontramos en la excelente primera obra de Eduar Palomares, No cerramos en agosto
De lo que no cabe duda es de que se trata de una novela histórica, en la que Hervé Le Corre nos habla de los últimos días de La Comuna de París y de cómo se desmorona un movimiento que nació tan cargado de esperanza. Es también una novela política ya que el autor hace mucho hincapié en la miseria y en las condiciones sociales que motivarían ese movimiento.
La novela se estructura como si fueran cuatro historias diferentes. Por un lado, está
Caroline con su trabajo en el hospital; por otro Nicolás, que nos presenta la
vida en el frente; tenemos también a Roques, que representaría a la justicia o
la ley en la comuna. Todos ellos relacionados entre sí - Caroline y Nicolás están
prometidos; Roques investigará el
secuestro de las jóvenes, entre las que se encuentra Caroline - pero manteniendo la
distancia, a modo de líneas
paralelas, lo que te hace preguntarte cómo se las arreglará para hacerlo
confluir.
El cuarto elemento que conforma la historia, tiene tres personajes. Está el fotógrafo que se dedica al retrato pornográfico y que consigue a sus modelos gracias a Pujol, un personaje oscuro y malvado (probablemente un psicópata ) y Clovis, un extraño cochero.
Pensando en los personajes, se me ocurre que Nicolás y Caroline representan la esperanza (asumen que la Comuna tiene las horas contadas, pero también piensan que volverán a intenta conseguir ese sueño por el que han luchado y que algún día llega). Roques representa la honestidad, ya que, a pesar de las circunstancias, antepone su deber como comisario de la comuna a su seguridad personal y no se deja cegar por ell poder que le da el cargo.
Pujol representa el lado oscuro de los hombres, la maldad sin
paliativos. Mientras que Clovís, el cochero, representaría el arrepentimiento.
Y esa transformación desde cómplice en los secuestros y abusos de las jóvenes
hasta entregarse a Roques para ayudarle a rescatar a Caroline, se traduce
también en su aspecto físico. Es como si la recuperación de su humanidad se produjera
tanto en el plano físico como moral.
Bajo las llamas es una muy buena novela, con mucha enjundia y que recomiendo sin dudar aunque no a todo el mundo. Quien quiera un thriller más al uso debería elegir otro título o autor; precisamente Eva Garcìa Saenz de Urturia acaba de ganar el premio Planeta de este año con un thriller histórico, pero de eso hablaremos en otro momento.
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