Llega a su fin este extraño, irreal y distópico año 2020 en que por mor del Covid-19 nos hemos convertido en los protagonistas de una película o novela de catástrofes que, por desgracia, resultó no ser tal sino nuestra propia realidad.
El verano y su espejismo de normalidad hizo que fuera una época en que leí mucho y bien (en el sentido no solo de buenas novelas sino también de la concentración) pero llegó el otoño y la cosa volvió a complicarse. Asturias pasaba de ser una de las comunidades con menor índice de casos a ser de las mayores; vino el cierre perimetral de Avilés, Gijón y Oviedo, el de comercios y actividades no esenciales, toque de queda, etc. Y con ello, volvieron los problemas de concentración para leer y escribir.
Me han quedado en el tintero (o más bien en el teclado) muchas entradas que tenía pensadas y a las que no pude dar forma; es posible que a lo largo del próximo año recupere algunas de ellas y otras, quedarán en el cajón de los descartes. Pero ahora toca hacer un resumen de mis lecturas desde el comienzo del otoño hasta este último día del año.
 |
| La lectora, de George Croegaert |
El primero es un libro que me gustó mucho y que aún recomendaba ayer. El ángel de Munich, de Fabiano Massini (trad. de Xavier González Rovira). Viene de la mano del tantas veces aquí citado Juan Carlos Galindo quien con este artículo suscitó mi curiosidad. El autor investigó durante tres años sobre el ¿asesinato?¿suicidio? de la sobrina de Hitler,Geli Raubal y luego escribió este libro que me ha parecido fascinante.
TAMARA DE LEMPICKA. Una vida de decó y decadencia, de Laura Claridge. (trad. De Roser Berdagué) Tras visitar la exposición sobre esta pintora en el Palacio de Gaviria, hace ya tiempo, tenía mucha curiosidad por saber más de ella. Por fín conseguí leer la biografía que escribió Laura Claridge. Me ha gustado mucho.
Solo para soñar. Un caso de Philipe Marlowe, de Lawrence Osborne (trad. de Ainize Salaberri). Otra "recomendación" de Juan Carlos Galindo. No había leído nada de este autor pero me ha gustado la forma en que ha retomado la figural detective, un Philip Marlowe ya con 72 años, jubilado y que se enfrenta al que podría ser su último caso.
La forastera, de Olga Merino. Aquí explicaba mis vicisitudes con este libro
La libreria de monsieur Picquier, de Marc Roger (trad. de Juan Vivanco). Otro de mis "recomendadores" es Javier, el librero de Alcalá, al que sin conocer en persona, echaré de menos cuando se jubile, dentro de muy poco. Dejaré que sea él quien hable sobre el libro
El fantasma de la ópera de Gastón Leroux (no puedo incluir el traductor porque no fui capaz de encontrarlo en ninguna parte del libro). Mi lectura, con retraso, para el día de todos los santos. Tal como explicaba en esta entrada (bastante poco lograda, me temo) me hizo pensar por una parte en Frankenstein; como el monstruo, tan solo aspira a una mujer que le quiera y por otra en El sabueso de los Baskerville, por la explicación final completamente racional de unos hechos que parecían sobrenaturales.
Vozdevieja, de Elisa Victoria Aunque había oído muy buenas opiniones sobre este libro, incluída la recomendación de Oscar López en Pagina 2, no terminaba de conectar con esta niña así que abandoné su lectura sin ningún remordimiento.
Dientes de leche, de Ignacio Martínez de Pisón. De este autor ya había leído Filek. El estafador que engaño a Franco, que me había encantado pero no es una novela. En Dientes de Leche, nos cuenta la historia de una familia a través de tres generaciones. Desde luego es un autor al que seguiré leyendo.
La acabadora, de Michela Murgia (trad. de Teresa Clavel Lledó). Otro libro del que supe a través de La librería de Javier. Cortito, pero muy interesante; lo disfruté mucho. De nuevo dejo que sea Javier quien os hable del libro
Donne, de Andrea Camilleri. Ultimamente estoy leyendo mucho al Camilleri alejado de Montalvano y todos ellos me han gustado. En este último, va hablando, desde la A de Angélica a la Z de Zina. Dejemos que sea el autor quien nos explique:
Questo libro è un parziale catalogo delle donne, realmente esistite nella Storia o create dalla literatura, e di altre che ho conosciute e di altre ancora di cui m'hanno raccontato, le queli, per un verso o per l'altro, sono rimaste nella mia memoria.
[...] Sinceramente non avrei mai pensato di pubblicare un libro così intimo sulla figura della donna, ma altrettanto sinceramente non avrei mai pensato che in Italia nel 2013 fossimo costretti a varare una legge contra il "femminicidio"
El mal de Corcira, de Lorenzo Silva. Ultimo título de la saga de Bevilacqua, Chamorro y su equipo (poco a poco fueron sumándose nuevos miembros a la pareja inicial). Aquí Vila se enfrenta a su pasado, el tiempo que pasó en el País Vasco durante el tiempo en que la actividad etarra estaba en su apogeo.
Sin llegar al grado de La Marca del meridiano que me resultó una decepción, no me ha entusiasmado.
Me molestaba ese tono de sermoneo que intercala en muchas ocasiones, aún estando de acuerdo en muchas de las cosas que dice.
La biblioteca de Max Ventura, de Leticia Sánchez Ruíz. Autora asturiana de la que no había leído nada. Entre que asistí a la presentación del libro y que en el título venía la palabra biblioteca no pude resistirme a leerlo.
Me ha gustado por lo que tiene de metaliterario: reflexiones sobre los lectores y la lectura. También sobre los escritores, con un montón de anécdotas sobre desapariciones. Me ha hecho pensar mucho en las bibliotecas y las formas de ordenarlas..... A pesar de esto y que me ha encantado la forma en que resolvieron (tanto Tompson, la protagonista, como la autora) la forma de ordenar la biblioteca de Max Ventura, me temo que no lo incluiré entre lo mejor del año.
Y esto fue lo que dió de sí este 2020 que, como para tantas otras cosas, no fue demasiado afortunado para la lectura. Puede que en unos días haga un balance de los que me han parecido los mejores libros del año. Hasta entonces, si es que lo hago, y como se ha convertido en costumbre en estas entradas, aqui están algunas de las lecturas previstas para comenzar el 2021
 |
| La lectura con la que me despido del 2020 y entro en el 21 |
Comentarios