Filek, El estafador que engañó a Franco

  A veces son los libros  quienes deciden ser leídos;  a veces son también ellos quienes deciden ser reseñados en el blog. Así lo decidieron tanto el anterior como este; ambos, curiosamente, libros de historia escritos por novelistas. 

  Si El orden del día resultó que no tenía nada que ver con HHhH, el de Martínez de Pisón si que guarda relación con él. En ambos casos se trata de una investigación histórica., aunque con algunas particularidades.
 A diferencia de lo que es habitual -el autor si no invisible,  al menos adopta un papel neutro-, ambos usan  la primera persona para narrar  y además nos explican el proceso de la investigación o  lo que los impulsó a interesarse en el tema
  Cuenta  Martínez de Pisón que supo de Albert Von Filek (nombre real aunque usaría muchísimos otros) en un libro de Paul Preston, quien le dedicó no más de 10 líneas. Le pareció un tema estupendo para  una novela, aunque supuso que ya habría un montón de escritos sobre él; descubrió que no era así. Ese fue el germen de este libro.
  El autor nos presenta a Filek desde su nacimiento a su fallecimiento pero se centra sobre todo en el periodo que pasó en España. Es inevitable que desarrolle el marco histórico del momento - ocupación por Austria de Hitler (Filek es austriaco), momento que me hace pensar en El orden del día  donde se habla de ese tema, Segunda república española, guerra civil y dictadura franquista, sobre todo durante el periodo de la autarquía.
  No  pude evitar recordar la novela picaresca porque cuando terminé el libro tuve la sensación de que lo que había leído era la historia de un pícaro del siglo XX. Guzmán de Alfarache, el Buscón o Lázaro de Tormes, por no hablar de Rinconete y Cortadillo, se buscaban la vida, aprovechándose de la gente y de su credulidad. Y eso es lo que hace Filek aunque traspasará un límite.
   Los estafadores  suelen aprovecharse de gente crédula para timarle. Sin embargo, muchos de esos estafados o timados buscaban un enriquecimiento rápido y podemos no sentir demasiada pena por ellos; algo así como "ellos se lo han buscado"  Pero aprovecharse de la desesperación de un padre que está intentando rescatar a su hijo prisionero en un campo de concentración nazi me parece ir demasiado lejos (y lo hago extensivo a todos los casos y personas que se aprovechan del dolor y  desesperación de los otros)
 En resumen, una lectura con la que he disfrutado mucho y que considero muy, pero que muy recomendable. Y por supuesto,  seguiré leyendo a Martínez de Pisón.

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