Acabado el verano y de vuelta a la rutina, toca hacer balance de las lecturas veraniegas. Para mi sorpresa leí todos los libros de mi biblioteca portátil y aún se coló alguna otra. Y como suele suceder, se terminaron mezclando las bibliotecas portátiles familiares y mientras que algunos de mis libros fueron leídos por ellos, traje para leer en septiembre algún otro que encontré en las suyas.
A algunos libros les he dedicado ya entrada: La biblioteca en llamas, de Susan Orlean; La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres, de Siri Hustdvet o A praia dos afogados, de Domingo Villar. A otros se la dedicaré próximamente: Una storia nera, de Antonella Latanzi; El espacio vacío de Peter Brook o Lo que callan los muertos de Ana Lena Rivera. El resto de mis lecturas veraniegas fueron:
Per nessun motivo, de Marco Vichi. Aquí deja de lado al comisario Bordelli y nos presenta a Antonio Bastogui, industrial jubilado que descubre un día algo que cambiará su vida y que debería haber conocido hace 25 años si su mujer, entonces recién casados, no hubiera escondido una carta hasta este momento.
Aunque de fácil lectura, no me ha gustado demasiado. Mi parte favorita ha sido esa donde, durante una conversación, recomienda autores italianos y hace un encendido elogio de Malatesta. Me han entrado ganas de leer a este autor
El autor va alternando cada historia en capítulos también alternos y utiliza la segunda persona. En la segunda parte, más breve y que es donde confluyen ambas historias, sigue la alternancia entre uno y otro protagonista pero esta vez usa la primera persona (son ellos quienes hablan). Aunque no lo incluiré entre las mejores lecturas del año tampoco me aburrió.
Las siete muertes de Evelyn Hardcastle, de Stuart Turton que ha tenido una gran aceptación en casa (además de mí, lo han leído mi madre, hermana y cuñado)
Se questo è un uomo, de Primo Levi. Cuando leí Las uvas de la ira, de Steinbeck, me preguntaba como había podido tardar tantísimos años en leer a ese autor; lo mismo me ha sucedido ahora. Pocos libros reflejarán lo que es el paso por un campo de concentración y como afecta esto a la humanidad de los prisioneros como lo hace él.
Me recuerda a Angel Wagenstein en que ambos huyen de la sensiblería y describen los hechos con una frialdad y objetividad que, precisamente por ello, los hace mucho más duros.
Claus y Lucas, de Agota Kristof. Mi hermana lo leyó mientras yo estaba con Una storia nera y no hacía más que decirme que era durísimo. Efectivamente lo es; también desconcertante. Cuando piensas que la historia va por un determinado camino, toma otro rumbo y la última parte resulta totalmente inesperada además de dura e incluso cruel.
Y como sucede con Wagenstein o con Primo Levi, esa crueldad y esa dureza se expone con frialdad, sin ningún intento de apabullarnos con ella, lo que hace que resulte aún más dura y cruel. Todo ello no insta para que el libro te atrape y no puedas dejar de seguir leyendo.
Historia de Portugal, de José Hermano Saraiva. Ya pensaba que este libro no lo leería nunca pero por fin le ha llegado su momento. Me ha sorprendido la semejanza entre la historia portuguesa y la española.
La parte final del libro, donde habla de la epoca de la república con la dictadura de Salazar y el papel que jugó el pais luso en la segunda guerra mundial me hizo querer releer un libro que compré y leí hace tiempo Lisboa 1939-1945 de Neill Lochery
La ragazza con la leika, de Helena Janeczek es la obra ganadora del premio Strega 2018 Nos cuenta la historia de Gerda Taro, jovencísima fotógrafa de guerra que falleció mientras cubría la guerra civil española y para ello utiliza el punto de vista de tres personas que estuvieron muy próximas a ella. Un libro que recomiendo. Dejo los enlaces a una entrevista con la autora sobre la escritura de este libro y a un artículo sobre el mismo.
Y como ya se ha hecho costumbre, termino con algunos de los títulos que tengo apuntados para este nuevo curso lector.
mi biblioteca portatil al comenzar el verano |
leyendo en la playa |
Aunque de fácil lectura, no me ha gustado demasiado. Mi parte favorita ha sido esa donde, durante una conversación, recomienda autores italianos y hace un encendido elogio de Malatesta. Me han entrado ganas de leer a este autor
Es fácil hablar del día que vas a morir, de Miguel Rojo. El libro cuenta dos historias que en un determinado momento confluirán: la historia entre un profesor universitario y una de sus alumnas y por otro lado, la de un joven musulmán que se va radicalizando. La primera transcurre en Madrid, con una visita a Oviedo y la segunda en Burdeos.
Lecturas al sol del verano |
Las siete muertes de Evelyn Hardcastle, de Stuart Turton que ha tenido una gran aceptación en casa (además de mí, lo han leído mi madre, hermana y cuñado)
Es un homenaje a Agatha Cristhie pero con una mezcla de viajes en el tiempo y día de la marmota. El protagonista debe descubrir a un asesino y para ello cada día se despierta en el cuerpo de uno de los asistentes a la celebración donde el crimen se llevará a cabo.
Supe de este libro y autor por el artículo que le dedicaron en Elemental (¡como no!) y un poco después fue el invitado de Página 2.
Supe de este libro y autor por el artículo que le dedicaron en Elemental (¡como no!) y un poco después fue el invitado de Página 2.
Leyendo en el porche, |
Me recuerda a Angel Wagenstein en que ambos huyen de la sensiblería y describen los hechos con una frialdad y objetividad que, precisamente por ello, los hace mucho más duros.
Claus y Lucas, de Agota Kristof. Mi hermana lo leyó mientras yo estaba con Una storia nera y no hacía más que decirme que era durísimo. Efectivamente lo es; también desconcertante. Cuando piensas que la historia va por un determinado camino, toma otro rumbo y la última parte resulta totalmente inesperada además de dura e incluso cruel.
Y como sucede con Wagenstein o con Primo Levi, esa crueldad y esa dureza se expone con frialdad, sin ningún intento de apabullarnos con ella, lo que hace que resulte aún más dura y cruel. Todo ello no insta para que el libro te atrape y no puedas dejar de seguir leyendo.
Mi biblioteca de "septiembre ", con nuevas incorporaciones |
La parte final del libro, donde habla de la epoca de la república con la dictadura de Salazar y el papel que jugó el pais luso en la segunda guerra mundial me hizo querer releer un libro que compré y leí hace tiempo Lisboa 1939-1945 de Neill Lochery
La ragazza con la leika, de Helena Janeczek es la obra ganadora del premio Strega 2018 Nos cuenta la historia de Gerda Taro, jovencísima fotógrafa de guerra que falleció mientras cubría la guerra civil española y para ello utiliza el punto de vista de tres personas que estuvieron muy próximas a ella. Un libro que recomiendo. Dejo los enlaces a una entrevista con la autora sobre la escritura de este libro y a un artículo sobre el mismo.
Y como ya se ha hecho costumbre, termino con algunos de los títulos que tengo apuntados para este nuevo curso lector.
Comentarios
A por otoño.