La mujer de ...

 Hace un par de semanas se concedía el premio Princesa de Asturias de las letras 2019  a Siri Hustvedt. Hacía tiempo que quería leer algo suyo así que decidi aprovechar la visita a una de mis  bibliotecas.

 Como me resulta muy difícil acordarme de su apellido, y prácticamente imposible pronunciarlo, no tuve mejor ocurrencia que preguntarle a la bibliotecaria si tenía algún libro de la mujer de Paul Auster. Nada más decirlo, no pude evitar exclamar "Que  horrible suena decir esto". Era  como si el valor literario de esta autora o su entidad como persona existieran  única y exclusivamente en función de su marido.

   Ha pasado el tiempo y aún sigo preguntándome por que se me ocurrió formular la pregunta de esa forma; nunca iría a la biblioteca preguntando si tienen algún libro de "la mujer de Muñoz Molina". Entonces, si no me lo plantearía en el caso de Elvira Lindo, ¿por qué lo hice en el de Siri Hustvedt?

  Pensando sobre ello y volviendo al  matrimonio de escritores españoles, Muñoz Molina es uno de mis autores favoritos - bien es cierto que  Como la sombra que se va,  último libro suyo que leí, me decepcionó.- y de ella solo he leído algunos de los artículos que bajo el título Tinto de Verano publicaba en el País (y que luego dieron lugar a un libro).  Sabía también que era la autora del personaje de Manolito Gafotas (a su vez convertido posteriormente en película). Más que leerla la he escuchado ya que colaboraba en el programa de las tardes de Radio Nacional que dirigía y presentaba Toni Garrido. En resumen, conocía a la escritora y periodista, lo que me permitía  "individualizarla".

  En el caso de Siri Hustvedt y Paul Auster, lo conocí mucho antes a él, incluso sin saber quien era. Había encontrado en una biblioteca El palacio de la luna  y decidí leerlo  porque me sedujo  el título, sin reparar en el autor. Algo similar me sucedió con Smoke -el rito de la fotografía en el mismo lugar y a la misma hora; siempre igual pero siempre distinto- que me dejó huella sin saber hasta tiempo después quien era el autor del guión.

   Por otra parte tengo la impresión de que Siri Hustvedt ha tardado más en ser reconocida  en Europa, o al menos en España,  que en Estados Unidos. Solo en los últimos años he oído hablar sobre sus libros publicados No tengo la sensación de que  su último libro Recuerdos del futuro, me haya "asaltado (en el sentido de ocupar un lugar  tan visible que es prácticamente imposible no  darse cuenta de ellos) cuando visito una librería. También es cierto que al menos en Oviedo, esto va a cambiar con motivo del premio.

 Juegan además en contra de la escritora su apellido difícil de escribir y casi  impronunciable, con tantas consonantes seguidas; o simplemente los prejuicios que a nuestro pesar y aunque no nos guste reconocer, tenemos. Resulta irónico y una especie de  contestación del destino o de la propia Siri que el primer libro suyo que  estoy leyendo, sea una recopilación de ensayos sobre feminisimo, arte y ciencia. Justamente en uno de ello: "No son competencia" habla sobre ello: 

   En su libro "Why so slow?  The Advancement of Women [¿Por qué tan lento El progreso de las mujeres], la lingüista y psicóloga Virginia Valian habla de lo que llama "esquemas de género implícitos", ideas inconscientes sobre la masculinidad y la feminidad que contaminan nuestras percepciones y tienden a sobrevalorar los logros de los hombres e infravalorar los de las mujeres. Las mujeres en posiciones de poder son automáticamente evaluadas por debajo de sus homólogos masculinos incluso cuando no hay diferencias en el desempeño. [...] 
 Estoy descubriendo una mujer con la que comparto interés por el arte la psicología y la neurociencia  y  cuyos artículos me hacen reflexionar, lo cual es siempre muy interesante.  Me alegro de que le hayan concedido el premio Princesa de Asturias porque eso me ha dado el empujón para decidirme por fin a leerla.  Espero además que si dentro de las actividades de la semana de los premios, se organiza, como en años anteriores,  un encuentro entre la autora y los clubs de lectura del principado pueda arreglármelas para asistir. Y  aunque se me siga enredando la lengua cada vez que intento pronunciar su apellido, nunca más se me ocurrirá preguntar por un libro escrito por "la mujer de Paul Auster"

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