maledetta primavera (lectora)

  Con la llegada de la primavera volvió el fundido en negro lector; en abril tan solo fui capaz de terminar un libro y en mayo poco más. Después, una concatenación de títulos hicieron que, por fin recuperara las ganas y el placer de leer así que al final, resultó no ser una primavera tan maledetta. 

 Non è stagione, de Antonio Manzini.(En España se ha traducido como Una primavera de perros). Este fue el único libro que fuí capaz de leer en todo abril. Cada vez me gusta más el vicequestore Rocco Schiavone a pesar de que él no haga mucho para caer bien a la gente.

 El silencio de la ciudad blanca, de Eva Garcia Saez de Urtudi. Lo leí un poco por compromiso. Me lo había prestado mi sobrino de parte de su mujer, y me daba rabia no leerlo. Coincido con él en que es bastante entretenido; también me pareció bastante mejor que El guardián invisible.

  El librero, de Roald Dahl. Siempre me ha gustado Roald Dahl y recuerdo especialmente alguno de sus relatos, como el de la pierna de cordero, del que Hitchcock hizo una adaptación. Este relato lo he leído en una cuidada edición, como toda las de Nórdica, con ilustraciones de Federico Delicado y traducido por Xesús Fraga.

 Villanos victorianos: una antología, recopilada por Michael Sims. Una lectura para descansar de tanto psicópata como puebla últimamente las estanterías de novela negra.

 L'anno dei misteri, de Marco Vichi.  Como al anterior, también le dediqué este comentario

 La biblioteca de París, de Janet Skeslien Charles. Dicen que no hay dos sin tres; pues aquí está, la tercera entrada comentando una de mis lecturas.

 En tierra de Dionisio, de María Belmonte.

“Debo añadir que este no es un libro de historia,[…]. Tampoco es un libro de viajes, ni una guía en la que se mencionen todos los lugares relevantes.  […]

 Sea lo que sea este libro, os invito a que os perdáis por estas tierras de Dionisio de la mano y la palabra de María Belmonte que os hará viajar junto a ella.

Los muertos no saben nadar, de Ana Lena Rivera. Tercera novela protagonizada por Gracia San Sebastían.  Se la había regalado a mi madre y la leí aprovechando que dentro de los actos de Libroviedo habría una ruta guiada con la autora. Prometo comentario sobre la ruta y el libro en una próxima entrada. 

imagen sacada de internet

Seis cuatro, de Hideo Yokohama. Termino la primavera, como la empecé, con una título negro. Me gustan las recomendaciones de Juan Carlos Galindo porque gracias a él suelo descubrir títulos que se escapan un poco de las tendencias más trilladas.

  Mikami, que fue inspector de investigaciones criminales durante años y ahora ha sido trasladado al departamento de relaciones con la prensa, tiene que lidiar con la desaparición de su hija y la visita del comisionado ante la próxima prescripción de un delito cometido hace 13 años- el secuestro y asesinato de una niña que sigue sin resolver.

   De forma sosegada y a través de los ojos de Mikami iremos viendo el funcionamiento interno de la policia, el papel de la prensa, las relaciones de poder; también como las personas se enfrentan a la desaparición o muerte de sus hijos. 

   Muy alejada del ritmo frenético de los thrillers al que estamos acostumbrados y sin ninguna de las truculencias que  últimamente parecen condición sine qua non en las novelas de este  tipo, la novela te irá atrapando sin que te des cuenta. 

Como siempre, acabo con las lecturas que tengo ahora mismo entre manos. 






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