Lo leo (casi) todo negro

  En épocas de mucho estrés o preocupación, en que me resulta muy difícil por no decir imposible, concentrarme, dejo de leer. Otras veces,  cuando atravieso una de esas épocas que llamo PLOF suelo buscar refugio en las novelas policiacas y/o negras, que me permiten una  lectura más liviana.
  Y algo así me ha pasado en esta temporada en que casi todas mis lecturas han pertenecido a este género. Al pensar en ellas me ha salido la deformación profesional y las he agrupado según los distintos tipos o subgéneros a los que pertenecen

  Comienzo con la novela policiaca clásica.  Las de la primera época siguen la senda marcada por Alan Poe y sus crímenes de la rue morgue. De ahí, que se trate siempre de misterios de “cuarto cerrado”. Hay otro factor que todas ellas tienen en común, el crimen es resuelto por un detective aficionado.
  Philip Trent y el caso Trent, de E.C. Bentley y La casa roja, de A.A. Milne; ambas publicadas por Siruela en su colección  Clásicos policiacos. Se trata de novelas muy alejadas de los gustos actuales pero que resultan, al menos a mí, muy agradables de leer  de vez en cuando, para descansar de tanto asesino sicópata y tanto detective desgraciado. Me gusta perderme en la plácida (a la par que muchas veces mortal) campiña inglesa; asistir a  a los desayunos con riñones o huevos revueltos y donde uno debe vestirse de etiqueta para la cena
  A modo de anécdota, diré que A. A. Milne es el creador de Winny de Puh. Dada la afición de su padre por el género policiaco, Milne decidió escribir “la mejor  novela”, siguiendo los cánones del género.  Respecto a Bentley aunque tuvo mucha popularidad en su época estaba casi olvidado hasta que Siruela ha reeditado sus obras. Sobre él y su personaje he encontrado este artículo. También podéis leer la entrada sobre él en Mis detectives favoritos   

 Una de las últimas tendencias en la novela policiaca es la llamada True Crime.  El iniciador indiscutido de este género, hibrido  entre la novela y el periodismo, es  Truman Capote con su A sangre Fría, cuya lectura aprovecho para recomendar.
 Aquí entra Nada más real que un cuerpo, de Alexandria Marzano-Lesnevich, publicado por Libros del Asteroide. La autora, durante sus prácticas en un despacho que defiende a condenados a muerte, toma a su cargo el caso de un pedófilo  Su convicción en contra de la pena de muerte se verá en entredicho al enfrentarse a ello. Este caso le obligará a hacer frente a  sucesos que había decidido enterrar y hacer como que no habían ocurrido nunca.
  Me hace pensar en El dolor de los demás, no solo porque también se trata de un True Crime –el cometido por un amigo del autor, 20 años hace- sino porque en ambos casos la escritura del libro les sirve para enfrentarse y resolver conflictos del pasado.

  Si en la novela policiaca lo fundamental es descubrir al asesino, en la novela negra es casi más importante la crítica de la sociedad. Desde los primeros autores, Dashiell Hammet y Raymond Chandler, ha ido evolucionando hasta autores como Vazquez Montalbán, Henning Mankell o Gianrico Carofiglio, por citar una de mis últimas lecturas. Podriamos llamarla novela negra contemporanea
 En este grupo entrarían El último barco de Domingo Villar,  Nel piu bel sogno, de Mario Vichi, L'estate fredda de Gianrico Carofiglio y Valerio Varesi con Il commissario Soneri e la strategia della lucertola 
  Ya he reconocido mi debilidad  por Leo Caldas y el comisario Bordelli  En cuanto a Carofiglio, he dedicado una entrada a su avocato Guido GuerrieriL'estate fredda no pertenece a esta serie pero me ha gustado mucho, tanto que quiero dedicarle una entrada.  No puedo decir lo mismo de Varesi; el comisario Soneri me ha resultado bastante antipático

  Los autores más jóvenes (no me refiero tanto a la edad como a  su incorporación a la escritura de este género) están más influenciados por el thriller y las series americanas. Y al thriller pertenecen el resto de los títulos negros que he leído esta temporada.  Vaya por delante que mis preferencias se inclinan más por los autores y novelas pertenecientes al grupo anterior (Carofiglio, Mankell, Villar, Rosa Ribas, Marco Vichi, etc)  pero si hay algo que tiene los thriller es que te enganchan y te hacen seguir leyendo .. y eso cuando te cuesta concentrarte es muy de agradecer.
  
  No tenía ninguna intención de leer La Novia Gitana pero me la encontré un día en la biblioteca y me la llevé; la leí de un tirón. Aunque es una novela que tiene muchos clichés del género  tiene otros detalles, como el del crack de la informática, que me ha gustado muchísimo. En cuanto a Bernard  Minier, deja de lado a su protagonista Martin Servaz, para ofrecernos Una maldita historia, con un giro final que ha conseguido sorprendernos. Como los otros libros que he leído del autor, es muy cinematográfica. 
  Los thriller son altamente adictivos; una vez que comienzas, no puedes parar de leer, da lo mismo que lo hagas en otro idioma. Es lo  que me sucedió con Il maestro delle ombre, de Donato Carrisi.  Este título iba a cerrar la trilogía pero tengo la sensación de que  volveremos a saber de la pareja formada por el sacerdote Marcus y la policía Sandra Vega. Por si a alguien le interesa he encontrado esta entrevista al autor sobre el libro (está en italiano)
  Reina Roja me había llamado la atención allá por las navidades así que lo reservé en la biblioteca. Me gusta la pareja  que forman los dos protagonistas: el fuerte-él no está gordo- policía bilbaíno que en lugar de verse envuelto en este caso desearía estar en casa (vive con su madre) comiendo las cocochas que ésta prepara tan bien y Antonia Scott -alma atormentada, como no podía ser menos- quien  tampoco tiene ningún interés en dejarse arrastrar a ese ni a ningún otro caso. Del final del libro se desprende que volverán a colaborar  y a mí no me importará seguirles en sus aventuras.

  En los thrillers, como en el resto de la literatura, hay obras buenas y otras no tanto, además de alguna pésima; los que he leído pertenecen  al primer grupo, el de los buenos. Eso sí, tanto crimen truculento y tanto sadismo me ha cansado un poco, pero eso  se soluciona espaciando más la lectura de este tipo de libros


Comentarios

Carmina ha dicho que…
Mi tiempo es tan escaso que a penas me paso por blogs, pensaba que habías cogido unas muy largas vacaciones y no encontrabas el camino para volver, por lo visto no coincidíamos en mi blogroll, de ahí que te perdiera la pista, cuando hablas de una temporada, ¿a cuanto tiempo te refieres? Porque hay unas cuantas novelas a peso, otras que presupongo que tienen tamaño normalizado y otras que incluso podrían clasificarte de cortas, pero hay muchas horas lectoras invertidas para estar Plof, yo es entonces cuando no consigo concentrarme para leer, y no puedo leer ni liviano ni denso, nada de nada, mientras que si estoy estresada necesito la lectura, es mi forma de regalarme unos minutos de tranquilidad, poner la cabeza en blanco, aparcar los problemas para irme a otras realidades, convertirme en otra persona.
Tengo pendiente el de Domingo Villar y me gusta mucho el autor, pero el numero de páginas me asusta muchísimo. he leído Reina Roja. Y tampoco tenía previsto leer La novia gitana, pero si cae por casualidad en mis manos no le haré ascos. Ahhhh y cada vez me apetecen más los libros True Crime, me ha llamado mucho la atención Nada más real que un cuerpo.
lammermoor ha dicho que…
Hola, Carmina; estoy intentando encontrar el camino de vuelta pero me está costando.

No sabría decirte el tiempo exacto pero ahora mismo no trabajo y además a veces utilizo la lectura como excusa para procastinar y no hacer otras cosas que debería. Si a eso le unimos que los thriller te atrapan y son de fácil lectura me da esta pila de libros. Me sorprende a mi misma; está claro que esta temporada me he atrincherado tras la lectura y eso tampoco está bien.

Si te interesa el true crime, en El Pais, no sé si en Babelia o en el blog Elemental, había una relación de títulos de este tipo.