En la Nochebuena de 1985, el mejor amigo de Miguel Ángel Hernández asesinó a su hermana y se quito la vida saltando por un barranco. Ocurrió en un pequeño caserío de la huerta de Murcia. Nadie supo nunca el porqué. La investigación se cerró y el crimen quedó para siempre en el olvido.(...)
(He actualizado la entrada para corregir algunas repeticiones y fallos de estilo, debidos a las prisas -ya dice el refrán que son malas consejeras)
Hay una nueva corriente dentro de la novela negra; se trata del true crime (o crímenes reales) No es tanto que sea nueva -ahí está A sangre fría de Truman Capote- como que últimamente hay una tendencia a escribir y publicar ese tipo de libros. Para muestra una de mis lecturas recientes: Nada más real que un cuerpo, editado por Libros del Asteroide
Supongo que el libro de Miguel Ángel Hernández podría encuadrarse en esa corriente ya que además de escribir sobre un crimen real, sucedido hace veinte años, resulta que se trata de uno muy próximo a él ya que el asesino era su mejor amigo. Entonces ¿por qué tengo dudas sobre si encuadrarlo o no en esa categoría? Es el propio libro el que me hace dudar.
Estáá estructurado en dos partes que van alternándose entre sí. Una de ellas, escrita en primera persona que nos cuenta el proceso de escritura, desde el momento que surge la idea hasta el final. La otra, rememora las vivencias del autor en la noche del asesinato y los días sucesivos. Está escrita en segunda persona, marcando las distancias con el Miguel Ángel de aquella época, tan distinto al de ahora
Cuando ya inmerso en la investigación y escritura del libro, se encuentra un día con la foto que figura en la portada del libro, se da cuenta de que allá al fondo, aparece Rosa, la chica muerta. Es entonces también cuando reflexiona sobre que en realidad desconoce como era ella. ¿Por eso en la portada la presentan como una silueta?
Es esa foto la que hace que el libro termine siendo el que tenemos entre las manos y que, a pesar de las vueltas para conseguir tener acceso al expediente judicial, cuando por fin lo consiga decida que no quiere leerlo y como consecuencia nada de ello aparece en el libro.
Debe resultar muy traumático, cuando eres un adolescente, despertarte una noche con la noticia de que tu mejor amigo ha desaparecido y su hermana ha sido asesinada. Durante 20 años, no habló de ello. No solo se cerró en banda sobre ese tema sino que además, o a causa de ello, se alejó de su pueblo y casi hasta de su familia. La escritura del libro le sirvió para reconciliarse con su pasado y reencontrarse con su pueblo y sus vecinos.
Y aunque en realidad no tienen nada que ver entre sí, no pude evitar por momentos recordar El viento de la luna. Otro crío que ha crecido en el medio rural pero que, como Miguel Ángel siente que no pertenece a ese mundo y que, también como él, terminará por escribir un libro muchos años después en que hablará de esa infancia y adolescencia.
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