Una(s) lectura(s) de otoño

 A modo de prólogo diré que excepto En busca de tu nombre  figuran aquí  todos los titulos que incluía al final de mi  último resumen lector
Mujer leyendo, de Scimdt-Rottluff

La vida en cuatro letras. Claves para entender la diversidad, la enfermedad y la felicidad, de Carlos Lopez Otín. Despúes de meses de espera a que me llegara el turno en la biblioteca pude por fin leerlo y ... me decepcionó un poco. No pude evitar el compararlo continuamente con Antonio Damasio, quien es capaz ; de hablar sobre neurociencia con sentido del humor y amenidad. 
  Me temo que Lopez Otín no lo consigue; me resultó demasiado afectado y con poca naturalidad al escribir. Las menciones literarias o referencias musicales que normalmente me suelen gustar mucho, aquí las encontré traídas de una forma un poco pedante. -No lo he escuchado hablar nunca, más allá de algún comentario breve en la televisión, así que no sé si esa es su forma natural de expresarse. Se relaja más cuando "entra" en el laboratorio" y su escritura se vuelve más natural.
  Una pena porque el tema me parece muy interesante. 

Una mutevole verità, de Gianrico Carofiglio. Este es el primero de los libros protagonizados por el   marescíallo dei carabinieri  Pietro Fenoglio,al que dedicaré una entrada negra así que no me extenderé mucho.Necesitaba un poco de ligereza para contrarrestar la dureza de Chernóbil, que estaba leyendo y me decidí por este libro.

Casa de muñecas, de Henry Ibsen. Otra lectura intercalada con Voces de Chernóbil, sobre la que ya he hablado aquí

Voces de Chernóbil. Crónica del futuro, de Svetlana Alexievich. Este libro, escrito en 1997 y y publicado en España por primera vez en 2002, ha vuelto a ponerse de actualidad con la adaptación televisiva que ha hecho HBO. 
  Carlos Boyero escribía que la serie le había parecido bonísima a la par que durísima y que ahora pensaba leer el libro. A mí me sucede lo contrario: he leído el libro que me ha parecido duro y aterrador al mismo tiempo que fascinante. Ahora espero poder ver la miniserie. 
  El libro recoge las entrevistas que la autora hizo a personas que sufrieron en sus carnes la explosión de Chernóbil: bomberos, liquidadores, científicos, políticos, familiares de los trabajadores,...
 De verdad que merece la pena leerlo

Rialto, 11: naufragio y pecios de una librería, de Belén Rubiano. Después de tanta intensidad, conviene buscar un poco de relajo y lo encontré en este librito muy ameno donde la autora nos habla de su experiencia desastrosa (tuvo que cerrar la librería) pero de la que no se arrepiente, como librera en la calle Rialto en Sevilla.
  Un divertimento ameno, sobre todo para quienes como yo sentimos atracción por los libros que hablan sobre libros pero que tampoco deja una gran huella. 
Casi todas mis lecturas de ese periodo son de la biblio

No cerramos en agosto, de Eduard Palomares. Posiblemente uno de los mejores libros, tanto de novela negra como de novela en general, que haya leído este año. Espero publicar en breve mis impresiones sobre él.

Ex libris: Confesiones de una lectora, de Anne Fadiman; una recomendación de la  bibliotecaria de Lugones. Me he sentido identificada con la autora en muchas de las cosas que cuenta. 

La poeta y el asesino, de Simón Worrall.  ¿Qué relación podía haber entre Emily Dickinson y un asesino? Eso me intrigaba. Tras leerlo no  puedo asegurar que encaje en esa categoría pero me ha resultado la mar de interesante.
  El libro se adentra en el mundo de los mormones (lo que me hizo pensar en otro libro que he leído este año: Una  Educación, de Tara ´Westover,)  y su cerrazón; el del coleccionismo de documentos y el comercio ligado a él y también el mundo de las falsificaciones de documentos (y de nuevo me acordé, esta vez de una película ¿ Podrás perdonarme algún  día ? (si no la habéis visto, os la recomiendo). Por supuesto también nos habla de Emily Dickinson de su vida y su forma de escribir.

 El final del affaire, de Graham Greene. No es un autor que haya leído demasiado, -ni siquiera estoy segura de haberlo hecho, así que no sé que me impulsó a leer este libro. Tampoco puedo decir si me gustó  o no; si que me atrapó y lo leí practicamente de un tirón. Por momentos me vino a la mente El poder y la gloria y ese sacerdote alcohólico y que ha perdido la fe (a pesar de lo cual no sé si llegué a leerlo o simplemente ojeé ese libro) porque la cuestión de la fe y creer o no está presente en el libro. Por otro lado, al leerlo te das cuenta de que a veces tienes tanto miedo a que una relación  amorosa se termine que eres tu mismo con tu conducta quien actúas como ariete para que se venga abajo.

Telefónica, de Ilsa Barea-Kulcsar. Siempre me ha gustado el edificio de la Telefónica en Madrid y pudo ser esto lo que me atrajera de él. Sea como fuera, he disfrutado mucho de este libro que me ha parecido no solo ameno sino también muy interesante y -de nuevo con mis asociaciones indebidas, me he acordado de George Orwell y su Homenaje a Cataluña donde habla sobre su experiencia en la guerra civil española. Mientras leía no podía dejar de pensar que la división de la izquierda parece un mal endémico en este país.
 Ilsa Barea novela su experiencia en la oficina de censura de prensa extranjera,  ubicada en el edificio de la Telefónica, en Gran Vía esquina a Fuencarral,durante el asedio en Madrid. Llevo tiempo con La Forja de un rebelde, de Arturo Barea, su segundo marido, en el punto de lectura pero de momento no está incluido en mi avance lector.














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