¿Ya no mola?

 El pasado  día 15, en la habitual cena de  concesión del premio literario mejor dotado económicamente (que no es lo mismo que valorado literariamente) se  desveló al ganador de este año, que resultó ser Carmen Mola.

   El hecho en si mismo no es desconcertante; lo sería que para variar, ganara alguien cuyas obras no estén entre las más vendidas. Lo que sí resultó sorprendente fue desenmascarar a nuestra Elena Ferrante española; tras el pseudónimo no se escondía una mujer sino tres hombres.

 Las  redes ardieron; desde memes en que se decía que ¡Claro, para hacer el trabajo de una mujer se necesitan  tres hombres!  hasta quienes  dijeron que a partir de ahora Mola ya no ocuparía espacio en su librería (dedicada tan solo a escritoras) pasando por quienes se rasgaron las vestiduras hablando de engaño y estafa.

   Reconozco que me hubiera gustado que Carmen Mola siguiera siendo un pseudónimo tras el que se escondía alguien. No tenía ninguna necesidad de saber si era profesora de instituto, casada y con tres hijos (nunca me lo creí); si tenía 25 0 75 años o si era hombre (que me pareció bastante posible)

  Que las obras las escribieran más de una persona ya lo comenté tras leer La Nena. Allí fue donde más noté ciertos detalles que me hicieron pensar que podían ser novelas escritas a cuatro manos (que  resultaron ser seis)  También estuve de acuerdo ya en la primera novela, con Juan Carlos Galindo quien señalaba que la truculencia era demasiado alta para ser una autora. 

  La verdad es que las pistas sobre la autoría ya se encontraban en la novela. ¿Guionistas de televisión? Por supuesto;  eso explica la influencia tan marcada de series de televisión, que comentaba al hablar de La novia gitana

  Hubo quien, tras descubrir la autoría, lo consideró un auténtico timo. Sinceramente, me he sentido más timada con el final de El Ultimo Catón o ese encuentro "en la tercera fase" con que se cierra El guardián invisible.

   Otros decidieron retira sus libros de los estantes de su librería. Están en su derecho aunque encuentro que hacerlo a  través de un video  colgado en las redes también tiene su  puntito de marketing y publicidad.

   No entiendo a quienes dicen que no van a leerla (o leeerlos) más; si hasta ahora te gustaba  ¿por qué a partir de ahora no? ¿Por ser hombres? En ese caso no juzgas a la novela sino a quien la escribe; no te gustaban las obras en sí sino que fueran de una mujer. Ahora las rechazarás por estar escritas por un hombre; no porque te resulten aburridas, te parezcan mal escritas o simplemente no puedas con tanta truculencia. 

 Me reitero en que hubiera preferido que Carmen Mola siguiera siendo un misterio; tenía más encanto. En cuanto al grupo Planeta, han vuelto a demostrar que son unos maestros del marketing y la publicidad. 

Comentarios