Yo me lo guiso, yo me lo como.

Esta entrada estuvo dando vueltas en mi cabeza durante casi toda la primavera pero no conseguía darle forma. Luego, durante el verano fui capaz de poner en orden las ideas  y ahora ya entrado el otoño, creo que ha llegado el momento de publicarla 




Imagen de Isidro Ferrer sacada de aquí 
 Andaba dándole vueltas al posible título para esta entrada cuando de repente  me vino a la mente este dicho y pensé "Ya lo tengo". Me pareció que describía perfectamente la esencia del tema que quería tratar: Yo me lo guiso, por los pensamientos prejuiciosos que me asaltaron y Yo me lo como, porque yo misma me respondí a ellos.

 Superada esta dificultad, me quedaba otra, no menor: escribir la dichosa entrada. Precisamente tomando un café con una amiga le comentaba mis problemas para hacerlo y le contaba la idea que tenía para ella. Cuando terminé de hablar, me dijo: "Todo esto que me acabas de contar, lo pones por escrito y tienes una entrada estupenda." Voy a intentar seguir su consejo; veremos si lo consigo.

  Tal como comento en la entrada dedicada a Carmen Mola, tras leer La novia gitana pensé que, a pesar de estar llena de clichés de  género, la novela me había gustado bastante. Un tiempo después, estaba en la librería y al confrontar a los libros que se incluían en el panel de últimas novedades y libros más vendidos con otra estantería mucho menos destacada donde estaba Agatha Christie, me dio por pensar: "Si, vosotros ahora estáis aquí ocupando un lugar destacado pero, ¿cuántos de vosotros seguiréis siendo leídos y seguiréis vendiendo dentro de cinco años, diez o, como en el caso de doña Agatha, más de cuarenta años después de su muerte?"
  Y de nuevo me volvió a la mente que muchos de esos títulos repiten una y otra vez la fórmula que se ha demostrado exitosa. Pero luego, me dio por razonar conmigo misma (de ahí el título escogido): "Al fin y al cabo, esto no es nuevo; ha ocurrido siempre. Tampoco es exclusivo de la literatura; ha pasado con la pintura, el cine, la televisión e incluso el diseño de automóviles..."

  Respecto a lo de los clichés, hay que tener en cuenta que  las convenciones han existido en todas las artes y géneros literarios. Precisamente sobre la evolución del género negro y cómo hemos pasado del misterio de cuarto cerrado con que comenzaba su andadura la novela policíaca al true crime (novelas que tratan sobre crimenes reales), una de las últimas tendencias del género, he hablado hace unos meses, al hilo de mis lecturas.

 Si pensamos en el teatro clásico, este estuvo sometido a las unidades aristotélicas de Acción (desarrollo de una única historia), Tiempo (en el límite máximo de 24 horas) y Espacio (debe desarrollarse en un único lugar). Lope de Vega rompería con esta convención y tras él muchos otros autores se vieron libres de hacer lo mismo.

 Quiere esto decir que siempre hay un precursor que decide ir más allá de lo aceptado por el gusto del momento (en su día lo hicieron los impresionistas frente al academicismo o luego el cubismo respecto del impresionismo) y poco a poco, ese movimiento transgresor y esa originalidad pasa a ser copiada y asimilada hasta convertirse en lo "convencional" y de nuevo surgirá alguien que decidirá romper con lo establecido. De esa forma el arte y la sociedad ha ido evolucionando.

 En cuanto a los autores (pintores, músicos, actores, cantantes, ... ) de éxito en un determinado momento y que luego caen en el olvido, tampoco se trata de un fenómeno actual sino que ha sucedido a lo largo de la historia y seguirá sucediendo. Por no irme demasiado lejos, pienso en John Grisham que fue uno de los autores más vendidos en los años 90 y del que no estoy segura de que muchas personas recuerden su nombre en la actualidad.
 
 En resumen, que ninguno de los motivos por los que rezongaba (ni el uso de clichés, o convenciones, que resulta una palabra más amable) ni el de que muchos de los autores que actualmente tienen éxito y son muy vendidos pasen al olvido en un tiempo más o menos lejano es un fenómeno específico de la actualidad sino que ha venido dándose desde el principio de nuestro desarrollo cultural.

¡Nada nuevo bajo el sol!

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