El especial de Reyes de este año se aleja de los anteriores. Esta vez no se trata tanto de que hablemos de lo que nos han dejado o hemos regalado (que también) sino de que seamos conscientes de que a pesar de la dichosa crisis, seguimos siendo afortunados. De eso es de lo que nos habla Amando Carabias en el rincón de la poesía de este mes.
SEIS DE ENERO
¿Si te hubieran dejado en los zapatos,
un estómago sin luz,
un estómago sin luz,
una mordaza para tus palabra,
una llaga sobre la piel,
una bala en el corazón,
un ataúd en la sonrisa?
Hay dolor en tus pasos, tus zapatos
lloran en medio de una madrugada
sin pétalos, lo sé.
Es muy triste asomarse al horizonte
contemplando el entierro de los besos,
lo sé, lo sé, pues aún
mis pupilas no han sido reventadas...
Ellos, hoy, llegan desde más allá de la opulencia
y podrían haber almidonado nuestras ilusiones
con cadáveres
pero han sembrado el calendario de sueños...
Y hoy, precisamente hoy, cuando
mis latidos tendrían que sonar
a triciclos, muñecas y balones,
puzzles, barajas y esos artilugios
electrónicos
he pensado que es crimen tanta queja,
pues más allá de nuestra urna de oro,
un mendrugo de pan es un diamante...
Y he recordado que de allí, de donde
llegaron aquel día, hoy palpitan
demasiados estómagos sin luz,
muchas mordaza para las palabras
y llagas sobre la piel,
y balas alojadas en los ojos
y cientos de ataudes en los labios.( Este poema apareció primero en su blog Pavesas y Cenizas, y posteriormente en el poemario Versos como Carne 2011)
Comentarios
Cuentan de un sabio, que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.
«¿Habrá otro», entre sí decía, 5
«más pobre y triste que yo?»
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.
O, salva sea la parte, digo las distancias insalvables, lo que decía aquélla ministra de cuyo nombre no quiero acordarme: ¿Que estamos mal? ¡Mal están en el Senegal!
No sé, éste es un día muy especial...
Si no recuerdo mal, por fechas, este es el último poema que escribí para el poemario. Lo escribí en un arrebato en la víspera de Reyes, después de pensar en la tamaña injusticia de tantas quejas que oía.
O sea lo que comentan (gracias) Carol y AMADO MIO.
Por cierto la décima de Calderón que traes, es una de las favoritas de mi padre que repite y ha repetido muchas veces. Quizá de tanto oírla desde mi niñez, se me ha clavado su contenido.
L, no sé cómo agradecerte tanto regalo como me haces y cómo me tratas en tu casa... y fuera de ella.
Amado mío también me acordé de ellos. Tampoco se trata de tirar cohetes de alegría y negar la mayor -las cosas están y seguiran muy feas- `pero estaría bien que valoraramos un poco más lo bueno que tenemos.
Amando cuando leí el poema -creo que el mismo día seis del año pasado- me "tocó" y ya pensé en que lo publicaría en el blog.
Creo que entre Amado y tu, ya me habéis resuelto la duda de quien ocupará el rincón de la poesía de febrero.
Carmina en los últimos meses no hacen más que meternos el miedo en el cuerpo. La mejor forma de luchar contra ello es fijarnos en las cosas buenas que la vida nos ofrece (que sigue haciéndolo, a pesar de todo)
Es gracioso, la poesía de Calderón también nos la recitaba mi madre muy a menudo cuando éramos pequeños.
Que bonito regalar algo que construya y que no necesite pilas (¡los libros!)
un beso,
Ale.
Pues sí, hay que poner al mal año buena cara y si la vida te da ... calabazas pues haces una tarta y un puré y un paté y... regalas alguna a la familia y las amistades :D
A AMADO MIO le recuerda a Calderón y a mí al Poeta en Nueva York de G.Lorca, uno de mis libros más queridos.
Aunque con retraso, os deseo un muy buen año a todos .
Me alegro de que te guste el poema. :)