Perfecto binomio para muchos de nosotros (y uno de los temas apuntados en mi libreta azul, donde voy registrando ideas para posibles entradas en el blog). Lo traigo ahora a colación porque llevo varios días pensando en que libro o libros elegir para el viaje que haré en un par de días.
Utilizo el plural porque normalmente llevo uno para el trayecto y otro para la estancia, aunque puede suceder que las prisas al facturar me hagan olvidar sacar del bolsillo de la maleta el que iba a ser mi lectura en el avión y tenga que ir al quiosco-librería del aeropuerto en busca de sustituto. En alguna ocasión llegué a llevar tres libros y las menos, tan solo uno.
Sigo divagando, y pienso en esos libros cuya lectura solo pude retomar precisamente en un viaje y me vienen a la mente El señor de los anillos, que tuvo que viajar a Lisboa para que pudiera terminarlo o en Tristram Shandy al que le bastó con unos días en Salamanca. O en como fue precisamente su elección como “lectura de viaje” la que hizo que por fin leyera Adios, Shanghai o To Kill a Mockingbird que llevaban bastante tiempo esperando su turno.
Este último título hace que mi divagación tome un nuevo giro porque también están los libros que compramos mientras estamos de viaje. Basicamente, además de en Oviedo, suelo comprarlos en Vigo y en Madrid. De compras “internacionales” tan solo recuerdo unos libros de arte, uno de ellos sobre el Bosco que compré hace años en Burdeos en una librería que estaba de liquidación y To Kill a Mockingbird y The Blind Assasine en Londres.
Un libro excelente y que aprovecho para recomendaros lo descubrí casualmente en el quiosco de Barajas (había calculado mal los tiempos de lectura y espera y los dos libros de Amelie Nothomb habían resultado ser insuficientes)se trata de La Conspiración de las lectoras. Y esto me lleva a pensar que en la maleta llevaba Las uvas de la ira, que leí en Lisboa y como aburría a la profe con mis entusiastas comentarios sobre el libro (ahí estuvo el germen de esta experiencia)
A veces se produce una simbiosis entre libros y lugares. Cuando por fin conseguí conocer Granada y visitar la Alhambra recordé las leyendas de Washington Irving que había leído de pequeña. Ese invierno las releí y mientras lo hacía recordaba la visita. ¡Qué tontería! ¿Acaso no vivo una ciudad que es perfecto ejemplo de lo que digo? Decir Oviedo es pensar en Clarin y La Regenta.
Podría seguir divagando sobre libros y viajes. Los lugares que queremos visitar tras leer un libro y viceversa, los que leemos como consecuencia del viaje realizado. O como se ha puesto de moda el turismo literario o de los libros de viajes como género pero sigo sin resolver mi duda ¿Cuál debe ser mi(s) lectura(s) en este viaje? Mientras que consigo decidirme ¿Por qué no me contáis como elegís vosotros los libros que os acompañan?
En el rincón musical, Voyage, Voyage
Utilizo el plural porque normalmente llevo uno para el trayecto y otro para la estancia, aunque puede suceder que las prisas al facturar me hagan olvidar sacar del bolsillo de la maleta el que iba a ser mi lectura en el avión y tenga que ir al quiosco-librería del aeropuerto en busca de sustituto. En alguna ocasión llegué a llevar tres libros y las menos, tan solo uno.
El viajero, de Eduardo Úrculo¨(Oviedo) |
Así que en estas estoy ¿Elijo a Muñoz Molina y La Noche de los tiempos? Eso me permitiría un único libro. Tengo a medias Me casé con un comunista, de Roth ¿será suficiente para la espera en el aeropuerto y el trayecto de avión y el posterior en tren? Me temo que no. Mi ahijado me regaló por reyes Ebano, de Kapuscinsky; podría ser una opción.
Va a ser la primera vez que vuele tras la operación de oído y voy a estar (ya lo estoy) preocupada por la posibilidad de que la presión me afecte al tímpano, ¿No será mejor llevar como lectura de viaje algo divertido; por ejemplo, mi cazarrecompensas preferida, Stephanie Plum?
Empiezo a recordar libros que me acompañaron en otros viajes. Como me reía en el hotel de Varsovia mientras leía a Montalvano y su Excursión a Tíndari, excelente antídoto contra el encogimiento de alma que me habían producido la lectura de El batallón de los hombres grises y la visita de Auswitch. Cosmética del asesino, de Nothomb, que transcurre en un escenario similar, lo leí en el aeropuerto de Barajas. También en un aeropuerto, el de Barcelona, comencé la lectura de El alquimista impaciente. Va a ser la primera vez que vuele tras la operación de oído y voy a estar (ya lo estoy) preocupada por la posibilidad de que la presión me afecte al tímpano, ¿No será mejor llevar como lectura de viaje algo divertido; por ejemplo, mi cazarrecompensas preferida, Stephanie Plum?
Sigo divagando, y pienso en esos libros cuya lectura solo pude retomar precisamente en un viaje y me vienen a la mente El señor de los anillos, que tuvo que viajar a Lisboa para que pudiera terminarlo o en Tristram Shandy al que le bastó con unos días en Salamanca. O en como fue precisamente su elección como “lectura de viaje” la que hizo que por fin leyera Adios, Shanghai o To Kill a Mockingbird que llevaban bastante tiempo esperando su turno.
Este último título hace que mi divagación tome un nuevo giro porque también están los libros que compramos mientras estamos de viaje. Basicamente, además de en Oviedo, suelo comprarlos en Vigo y en Madrid. De compras “internacionales” tan solo recuerdo unos libros de arte, uno de ellos sobre el Bosco que compré hace años en Burdeos en una librería que estaba de liquidación y To Kill a Mockingbird y The Blind Assasine en Londres.
Un libro excelente y que aprovecho para recomendaros lo descubrí casualmente en el quiosco de Barajas (había calculado mal los tiempos de lectura y espera y los dos libros de Amelie Nothomb habían resultado ser insuficientes)se trata de La Conspiración de las lectoras. Y esto me lleva a pensar que en la maleta llevaba Las uvas de la ira, que leí en Lisboa y como aburría a la profe con mis entusiastas comentarios sobre el libro (ahí estuvo el germen de esta experiencia)
A veces se produce una simbiosis entre libros y lugares. Cuando por fin conseguí conocer Granada y visitar la Alhambra recordé las leyendas de Washington Irving que había leído de pequeña. Ese invierno las releí y mientras lo hacía recordaba la visita. ¡Qué tontería! ¿Acaso no vivo una ciudad que es perfecto ejemplo de lo que digo? Decir Oviedo es pensar en Clarin y La Regenta.
Podría seguir divagando sobre libros y viajes. Los lugares que queremos visitar tras leer un libro y viceversa, los que leemos como consecuencia del viaje realizado. O como se ha puesto de moda el turismo literario o de los libros de viajes como género pero sigo sin resolver mi duda ¿Cuál debe ser mi(s) lectura(s) en este viaje? Mientras que consigo decidirme ¿Por qué no me contáis como elegís vosotros los libros que os acompañan?
En el rincón musical, Voyage, Voyage
Comentarios
Intento no llevar nunca libros de biblioteca, una vez me olvidé uno en un avión y todavía no me he repuesto del trauma de haberlo perdido.
Para el viaje de avión me inclunaría por nuestra buena amiga Plum.
Me gusta mucho la escultura que está en Oviedo :)
Luego llevo uno no muy gordo y a ser posible relativo a la ciudad que visito.
Si no encuentro, cualquier libro que tenga en casa sin leer.
Buen viaje
Teresa
Siempre a la hora de salir , tengo libros en el bolso. Me han salvado varias veces. Ahora mismo voy a la estanterías para elegir un libro para leer camino a casa
Creo ´que el único libro policiaco que me llevé de viaje fue el de Montalbano (si no cuento los "prestamos interprovinciales" que leo en el tren camino o de vuelta a Madrid)
Me has hecho sonreir con lo de la pérdida del libro.
Vero a mi me pasa lo mismo. Aunque también he comprobado que hay libros que no son "viajeros". En un embarque (una semana navegando por Baleares) me llevé Sefarad de Muñoz Molina y otro de Martín Gaite. No pude leerlos y sin embargo, ya en Oviedo no tuve ningún problema.
POr el contrario, no tuve ningún problema con Benito Cereno, que tenía el patrón del barco. ;)
Hola Teresa has vuelto a poner mi resorte divagatorio en marcha. Las guías de viaje, otro género literario en si mismo. ¿Cuales son mejores? Las de Looney Planet; las de Anaya ilustradas; las de....Reconozco que últimamente en lugar de ellas (o junto con ellas) busco más la información por internet -páginas de turismo y también foros y blogs de viaje para saber la oponión y recomendación de otros viajeros.
Gracias Leox suelo ir a trabajar en coche así que no llevo libro pero cuando utilizo el tren allá voy con él. La verdad es que voy con libros a casi todos los sitios ;)
Pues yo llevo de viaje los libros que tenía pensado leer en esa temporada, tampoco me complico mucho, claro que no suelo ir a sitios en plan "de conocer cosas", con lo cual me plantearía llevar algún libro que transcurriera en la cuidad que visite. O mejor, haberlo leído antes de ir, para estar ambientada ya :)
Bueno, que leas lo que quieras!! :)
Luego lo mismo ni los abro, por ejemplo si voy charlando, o ponen una peli, o me duermo, pero yo me llevo un montón para el trayecto.
Para la estancia que no falte (si estoy en la playa) Camilieri, y unos cuántos más, a ver si van a cerrar las librerías del mundo y me quedo yo sin nada.
Para el trayecto (sobre todo dadas las circunstancias) mejor cosas ligeras, como S. Plum y revistas, y chorradas en general.
pd. Yo me llevo libros de biblioteca, pero creo que si me pasara lo mismo que a Alice, me daría un patatús.
Natalia tambien procuro no quedarme "a medias" En cuanto a lo de la correspondencia lectura-lugar de visita, la verdad es que en mis últimos viajes no lo he heco. Pero para la visita Budapest he comprado un libro de relatos en la caseta de Hungría en la Feria del libro madrileña.
También he viajado con libros de la biblio -El de Arthur Miller que me llevé a Granada o el del batallón 101 lo eran- pero después de lo que nos cuenta Alice, no sé si seré capaz de volver a hacerlo ;)
Gracias, serán pocos días pero espero disfrutarlos.
Sólo queda desearte un feliz viaje y cómo no, unas felices lecturas (ardua tarea la de decidir qué nos acompañará...)
Saludos.
Qué dificil elección, Molina, Roth, Kapucinsky..., y encima veo que en los comentarios sale Martin Gaite...
Me pasa como a Alice o a Teresa, cuando viajo me centro en el viaje, lecturas casi siempre relacionadas con el país, guías...el antes y después del viaje giran alrededor de su cultura, literaria, museistica, gastronómica, religión,dioses, protocolos y costumbres, idioma...pueden ser ensayo, novela...
Excepcionalmente y como me cuesta dormir en los vuelos puedo llevarme alguna policiaca (Silva, Donna Leone, Camilleri...) y aprovecho para llevar información sobre el país en inglés, así me obligo a aprender y recuperar vocabulario, cada vez se me olvida más rápido....snif!
De las guías de viaje....hablaremos, es todo un mundo y casi cada viajero precisa de una o unas diferentes. Unas son para llevar, otras para recordar...
Por cierto, como llego tarde y no sé donde viajabas...Feliz viaje lector!!
El tamaño si que importa ( ahora menos con el ebook) yo me leí Los Maia, de Eça de Queiroz , casi 1000 páginas antes de un viaje a Portugal para que no me pasase lo que a Alice (era de la biblio!)
Un abrazo ;-)
El Guisante Verde Project
Los planes de lectura son
cambiantes por definición ;)
La hierba roja aquí estoy de nuevo. Un viaje corto pero intenso que me ha venido de maravilla. En cuanto a La Conspiración de las lectoras es un libro estupendo así que anímate a leerlo. ( Carmina le dedicó una reseña:))
Maribel al final me llevé a Roth. A Muñoz Molina y Kapuscinsky los dejo para las vacaciones
Guías de viaje; estos días estoy pensando en ellas, en cual será la mejor para preparar mi viaje a Hungría. De momento, tengo que volver a leer vuestras entradas sobre Budapest.
¿A donde viajé? Hice una escapadita al sur de Italia, al Salento. He venido encantada; no tenía ni idea de que esa zona era tan precioso. Tengo que volver con más tiempo. Lecce, Matera... ¡Espectacular!
P.D: El libro de Eça de Queiroz lo tengo apuntado para leerlo antes de mi proxima visita a Lisboa.
Carmina el género policiaco es una de las mejores lecturas para el verano. Al final hice lo mismo que tú, terminé por llevarme el libro que tenía empezado (y conseguí terminarlo -en el avión de regreso)
para el viaje a Hungría me llevaría "Tierra, tierra", la segunda parte de las memorias de Sandor Marai, un libro maravilloso, aunque no sea de viajes.
A Philip Roth también lo llevaría a cualquier parte. Hoy mismo he acabado Némesis y la pasada semana leí La humillación. Me han gustado, como también me gustó "Me casé con un comunista", aunque mi preferido es "El teatro de Sabbath".
La próxima semana haré un pequeño viaje, medio trabajo medio vacaciones y, además de alguna guía, me llevaré "Postguerra" de Tony Judt, un "tocho" del que sólo llevo cien páginas leídas y me está encantando, como todo lo de este señor, y alguna novela negra de las varias pendientes que tengo acumulando polvo en la librería.
Para las vacaciones de agosto me estoy replanteando releer "Moby Dick", pero de aquí a agosto...
Que vaya muy bien.
Ricardo la chica del stand de Hungría me comentó que el libro más famoso de Marai en España -El último encuentro- no era muy apreciado allí y me recomendó otro del que no recuerdo el título. Quizás sea ese.
Al final me llevé Me casé con un comunista -mi segundo Roth- y seguiré con él.
El verano -el mes de agosto- es un buen momento para releer algún tocho ;)
También tengo unas cuantas novelas negras para intercalar entre las otras lecturas.
Si no nos "vemos" felices vacaciones. :)
Y casi siempre, alguna novela negra por si no me concentro, y una buena novela larga. "Vida y destino" cayó en algunos largos viajes de avión.
Saludos
También soy de las que se lleva alguna novela policiaca por si la concentración falla;)
llego muy tarde así que no se si ya has viajado o no...espero que si la respuesta es si, hayas disfrutado y regresado con bien. Y si no, ¡que tengas un viaje espectacular!
yo, al igual que loque, llevo libros como si fueran a cerrar las librerías y el mundo editorial estuviera al borde de la quiebra. Y ahora no sólo llevo libros: también me llevo el lector electrónico que tendrá unos mil adentro de todo tipo...que no me quede yo sin lecturas. Por supuesto, ha habido ocasiones en que me regreso nomás habiéndolos paseado y sin leer (no muchas, pero las ha habido) y el colmo es que me regreso con libros que encuentro en el lugar a donde voy (de Argentina me traje 15).
¿Qué leo? me llevo lo que creo que me puede entretener...novela histórica, libros-medicina...
En mi última vacación me leí "Matar un ruiseñor" y "La reina blanca"
un beso,
Ale.
Ya he vuelto de ese viaje que fue realmente espectacular. No sabía que el sur de Italia era tan bellísimo. Ahora estoy preparando otro para septiembre para el que ya tengo elegidos los libros que voy a llevar (autores húngaros, pues viajo a su país)
También suelo llevar varios y si me quedo sin ellos, pues compro. Aún "me resisto" al libro electrónico pero no se hasta cuando.
Un beso.