La fórmula del profesor


Cuando leí este fragmento, exclamé: Eso es lo que yo quiero. pensando en los alumnos con los que trato o los auxiliares que llegan nuevos y tengo que formar. Supongo que eso es lo que en realidad quieren todos los profesores, conseguir que sus estudiantes sean capaces de buscar y encontrar las soluciones por si mismos.


(…) al principio de su carrera en Harvard [Gropius] declara:

Mi intención no es introducir el “estilo moderno” europeo sino, más bien,
introducir un método de aproximación que permita enfrentarse con los problemas
según sus condiciones peculiares. Deseo que un arquitecto joven sea capaz de
encontrar su camino en cualquier circunstancia; deseo que cree,
independientemente, formas verdaderas y genuínas, de acuerdo con las condiciones
técnicas, económicas y sociales en que se encuentra, en lugar de imponer una
fórmula aprendida en el ambiente, que puede exigir una solución totalmente
distinta. No quiero enseñar un dogma ya preparado, sino una actitud libre,
original y elástica hacia los problemas de nuestro tiempo. Para mí sería motivo
de horror que mi nombramiento se tradujese en la aplicación de una idea fija
como la “arquitectura de Gropius”. Lo que quiero es hacer comprender a los
jóvenes la amplitud de los medios creativos, si se saben usar los innumerables
productos modernos de nuestro tiempo y animarlos para que encuentre por sí
mismos sus soluciones
(BENEVOLO, L: Historia de la arquitectura moderna)


Comentarios

Amando Carabias ha dicho que…
Efectivamente la verdadera misión de quien enseña no es llenar la cabeza de los alumnos con mucha información. Es mucho más interesante dotarle de las herramientas (y de la habilidad para su manejo) que le permita encontrar el camino.
Muy buena reflexión.
xGaztelu ha dicho que…
¡Qué buena cita! Qué atractivo lo que dice y a la vez qué difícil conseguir lo que propone ... Aunque no soy el más adecuado para valorarlo: mi reducidísima experiencia como profesor (hace años, de dibujo y a chavales del ya inexistente 1º de BUP) fue un espanto. GROPIUS habla a otro nivel y para otro público, claro.

xG
Valeria ha dicho que…
Tus reflexiones y metas me hicieron acordar al maravilloso libro "Pedagogía del oprimido" de Paulo Freire. Como alumna, siempre reordare a los profesores que estimularon mi pensamiento creativo y crítico, y no a los demás.
lammermoor ha dicho que…
¡Dificil misión, Amando! pero a la vez apasionante.

xGaztelu esta cita tiene muchas lecturas. La de que en la arquitectura (como en el arte y en cualquier aspecto de la vida) debemos buscar nuestro propio camino y no limitarnos a copiar.
Me gusta además por lo que implica del significado de la palabra MAESTRO, tan devaluada; pero sobre eso hablaré en una de las próximas entradas.

Valeria precisamente estoy leyendo un libro de Paulo Freire: Cartas a quien pretende enseñar. Pensé que su lectura podría ayudarme para las actividades didácticas. Ahora mismo estoy organizando un taller de historia muy especial -una ruta literaria basada en un libro que me encantó. No voy a poder resistir la tentación de contarlo aquí o en Maldito Karma. ;)
Anónimo ha dicho que…
Freire es un idolazo para mi papá (que es el mío) y aún no he leído nada de él, aunque algo vi cuando estudié la carrera.
Creo que el maestro primero debe no estorbar a la curiosidad natural del educando, y estimular su creatividad para la solución de problemas. Enseñarle a pensar "fuera de la caja". Y tiene que ver también con no pedirle que repita cosas como loro (aquí hay mucho de memorización y creo reflexión en mi país).
Todavía recuerdo una clase donde nos aprendimos que "Cristóbal Colón llegó a América el 12 de Octubre de 1492" y en el exámen preguntaron ¿a dónde llegó Colón el 12 de Octubre de 1492? y la mayoría no supo. Para ponerse a llorar....
Anónimo ha dicho que…
Muy cierto y por desgracia no muy habitual en Arquitectura o en otras ciencias. Por ejemplo en literatura; se toma por juicio lo que es un estereotipo impuesto por cuatro listos que velan por la ortodoxia y todos siguen el camino trillado. Un saludo.
loquemeahorro ha dicho que…
Buena entrada y buenos comentarios

Como dice Ale, en general solo se nos enseña a memorizar y sobre todo datos, de manera que ni siquiera tienes una visión de conjunto de nada, y claro, si un único profesor intenta enfocar su enseñanza de otra manera, se encontrará entre otras cosas, con unos alumnos adocenados y muy desmotivados.

Me quedo con esta frase, como una esperanza, como un camino a seguir

"y animarlos para que encuentre por sí mismos sus soluciones".
Anónimo ha dicho que…
http://blogs.elpais.com/oppenblog/ o como defender el derecho a aprender por si mismo. Seguro que este caso le entusiama a Lammermoor.
Lescaut
Homo libris ha dicho que…
Estoy totalmente de acuerdo contigo (con vosotros). La labor del docente es enseñar a aprender más que llenar la cabeza de datos. Se supone que es lo que se pretende con el traído y llevado "plan Bolonia", aunque mucho me temo que se va a quedar en un "formar para trabajar en lo que la empresa demanda", perdiéndose el espíritu crítico y de investigación en la Universidad, al menos en buena parte.

Afortunadamente algunos de mis profesores fueron así. Y guardo un grato recuerdo del personaje que interpretara Fernán Gómez en "La lengua de las mariposas", esa preciosa película basada en unos cuentos de mi querido Manolo Rivas.

Un abrazo.
lammermoor ha dicho que…
Ale el libro de Freire que estoy leyendo te encantaría.Copio un fragmento que además tiene que ver con la última entrada de Homo Libris:

Es necesario que la maestra o el maestro dejen volar de manera creativa su imaginación, obviamente en una forma disciplinada. Y esto desde el primer día de clase, demostrando a sus alumnos la importancia de la imaginación en nuestras vidas. Ésta ayuda a la curiosidad y a la inventiva del mismo modo que impulsa a la aventura sin la cual no crearíamos

Oesido tienes razón. En muchas ocasiones aceptamos criterios y valoraciones impuestas sin pararnos a juzgar si son correctas o no. Falta espíritu crítico.

Loque que conste que considero que también es necesario ejercitar la memoria y aprender datos; de lo que estoy en contra es de la mera memorización sin capacidad de razonamiento.

En cuanto a los alumnos adocenados, mi corta experiencia ha sido positiva. Otra cosa es que cueste motivarlos. Y por lo que escucho de la profe y sus compañeras, parece que si responden.

Lescaut no conocía esa noticia. Muy interesante; quizás lo pueda relacionar con una próxima entrada sobre el informe PISA.

Homo Libris quiero pensar que sigue habiendo muchos profesores que son así. El problema es que se ven cosntreñidos por programas que cumplir y muchas veces, muy mal planteados.
En cuanto a la universidad, tuve profesores buenísimos y otros para los que los alumnos eramos un estorbo. Veremos lo que me encuentro si al final me decido a hacer el master.

P.D: el fragmento que transcribo en la respuesta a Ale, está también dedicado a tí y tu entrada sobre R.R. Martin.
Carol ha dicho que…
Ojalá fuera así siempre, muchas veces parece que algunos profesores en vez de incentivar el que se piense, prefieren meter muchos datos en las pequeñas cabecitas de sus alumnos, aunque cuando encuentras a un profesor que quiere enseñar a pensar es todo un lujo. Un abrazo, por cierto, te he dejado un premio en mi blog.
lammermoor ha dicho que…
Carol en mi opinión hay mucha gente que se dedica a la enseñanza sin vocación o sin que les guste la materia que imparten.
Pienso que más que malos profesores hay malos planes educativos y demasiado "mangoneo" político que no les deja trabajar.

Gracias por el premio :)