Libros medicina

Si buscamos en el diccionario de la R.A.E. la palabra medicina veremos que su segunda acepción es la de medicamento, que a su vez significa: Sustancia que, administrada interior o exteriormente a un organismo animal, sirve para prevenir, curar o aliviar la enfermedad y corregir o reparar las secuelas de esta
A ese significado curativo aludo aquí; a los libros que “me receto” en momentos PLOF y necesito precisamente eso: curar o aliviar el bajón o corregir o reparar sus secuelas (periodos de amorfismo).
Mis libros medicina fueron durante mucho tiempo la trilogía de Corfú, de Gerald Durrell: Mi familia y otros animales, Bichos y demás parientes y El Jardín de los dioses.
Cada uno de ellos ha sido una inyección de optimismo y alegría; haciéndome esbozar una sonrisa en el peor de los casos, y provocando que en alguna ocasión despertara a alguien, con mis carcajadas a las tantas de la madrugada.
Recurro a ellos en momentos de bajón y nunca me han defraudado; siempre han conseguido arrancarme la risa y despertar mi buen humor (además de a la familia). Algunos de sus relatos cortos, como Filetes de Lenguado, me producen el mismo efecto.
Desde hace años considero a Gerald Durrell uno de los más eficaces e inocuos antidepresivos posibles. Pero el año pasado incluí a otro autor en mi botiquín literario, Arto Paasilinna. Delicioso suicidio en Grupo es, a pesar de su título, un canto a la vida que te hace reír hasta saltársete las lágrimas. (No todos los autores nórdicos nos ofrecen historias sordidas y personajes desolados)
Por ese motivo, para combatir la desazón que me provocó el último libro de Wallander, me pareció buena idea leer El mejor amigo del oso, que reservaba para un momento así. ¿Qué puedo decir? A pesar de intentar contenerme –estaba leyendo mientras esperaba a entrar en la consulta del médico- no pude evitar las carcajadas
Otro libro medicina fue La excursión a Tindary, de Camilleri; acababa de terminar Aquellos hombres grises. El batallón 101 y de visitar Auschwitz. Encontrarme con Catarella, su “en persona, personalmente” y sus equívocos lingüísticos supuso todo un alivio. Recuerdo que el ataque de risa me impedía explicar que era eso tan gracioso que estaba leyendo. No niego que, quizás en otra ocasión y lugar, el libro podría haberme parecido menos divertido; allí y en ese momento, fue el antídoto adecuado para poder librarme de la opresión de espíritu.
La ventaja de recurrir a estos “medicamentos” es que frente a los fármacos, no provocan efectos secundarios y pueden administrarse sin medida. Y vosotros ¿Tenéis algún libro medicina en vuestro botiquín?

En el Rincón Musical, una canción-medicina que me enviaron en uno de esos momentos plof.

Comentarios

loquemeahorro ha dicho que…
¡¡Sí!! Los tengo, los tengo, y algunos coinciden.

Efectivamente Delicioso.. lo es, y toda la serie Montalbano con sus pulpitos, son bastante gratificantes para mí.

Incluiría la serie de Mma Ramotswe (solo he leído 2, pero va bien)
http://detectivesdelibro.blogspot.com/2009/06/mma-ramotswe-alexander-mccall-smith.html

Uno de los que me mandó Ade: "María Virginia está de vacaciones" de Gumersindo Pacheco.

Y los que más veces me han curado
- Groucho y yo. Groucho Marx
- Sin noticias de Gurb. Eduardo Mendoza (junto a la serie del detective loco)
- Casi todo lo de Agatha Christie. No sé qué tiene, que me relaja, oye.

Yo reírme, lo que se dice reírme, no me río demasiadas veces cuando leo (es curioso).

Aunque sí lo he hecho con Groucho y yo, Sin noticias de Gurb, el de María Virginia y otro de Ade:
"Tres" de Eduadro del Llano, que os recomiendo por su gracia y lo original que es, aunque no sea un libro medicina.
Isi ha dicho que…
Pero ¿qué hacías en la consulta del médico si ya tenías tu libro? :D

Yo no tengo de esos libros, sólo los voy descubriendo en vuestros blogs y recomendaciones
lammermoor ha dicho que…
Loque me encanta la serie de Montalbano y Catarella siempre da pie a una sonrisa o carcajada. Pero recuerdo ese título especialmente, quizás por el contraste.
La trilogía del loco no me hace gracia, aunque tengo unas amigas que se tronchaban.
También a mí las novelas policacas me relajan y las uso a modo de aspirina.
Un par de títulos que no incluí pero que también son libros medicina: Ojos de Agua, de Domingo Villar y Brooklyn Follies, de Auster.

¡Ay, Isi! es que necesito los libros medicina para llevar con paciencia tanta gira médica. De momento la doctora Loque ya te puso un tratamiento

P.D: también tengo autores contraindicados para esos momentos PLOF. Saramago es uno de ellos; Pio Barjoa, otro.
Amando Carabias ha dicho que…
Pues voy tomando nota. Yo como ISI no tengo de esos, pero convendrá conseguir algunos para guardarlos junto al iboprufeno. Por si acaso.
loquemeahorro ha dicho que…
Sí, es verdad, Brooklin Folies también lo es.

Ah, en pelis el camino es largo.
Anti-medicina: La Tormenta de Hielo, B. Montain (ambas del mismo director)
Medicina: Muchas comedias clásicas del cine americano, y algunas modernas de Allen, como "Si la cosa funciona". No hay que olvidar que en Hanna y sus hermanas dice que Los Hermanos Marx le salvaron (literalmente) la vida.
Y muchos musicales, y a mí me sirven especialmente:
- Qué ruina de función (risa y borrado de buffer)
- Gigi
- Un cadáver a los postres (esta es genial)

Y mención de honor para
Con Faldas y a lo Loco
My Stories Project ha dicho que…
Ayyy, qué buenas entradas haces!! me apunto todos esos títulos para tenerlos en la recámara.

Mira, un libro con el que no paré de reír, y no era nada del otro mundo, pero hasta el señor M. lo leyó y no podía evitarlo, fue "Cosas por las que discutimos mi mujer y yo", de Mill Millington.

Y otro que lo que te dan son fuerzas para seguir (porque ves la fuerza que han tenido los demás), lectura corta, y pildorazo de humilad, "La escafandra y la mariposa", de Jean-Dominique Bauby.

Chaoo!!
Alice Silver ha dicho que…
Me han encantado las ilustraciones de la entrada. Comparto tu afición por Gerald Durrell (odio un poco a su hermano Lawrence) y Camilleri. Me apunto a Paasilinna.
Loque, ¡"Un cadaver a los postres" es una de mis pelis favoritas!
La Belle Dame Sans Merci ha dicho que…
¡Ñah! Durrell es de lo mejor para levantar la moral, me encanta. "Brooklyn Follies" también me parece un libro maravilloso, que te da ganas de vivir. Además, a mí me recuerda a Barcelona (donde lo leí) y a mi amigo Vic, y le tengo más cariño aún.;)
Y ahora matadme: llevo no sé cuánto tiempo con la idea de leer "Delicioso suicidio en grupo" ¡y aún no lo he hecho! Con las ganillas que tengo de leer a Paasilinna... Claro que, después de tu entrada, no creo que tarde mucho en caer. ;)
¡Un abrazo!
Anónimo ha dicho que…
pues no había pensado nunca en los libros-medicina. Yo me refugio mucho en los que me hacen reir: leo a Maitena Burundarena, Trino (caricaturista local que encuentras www.trino.com.mx), y me refugio en los que me dieron consuelo a mi infancia (uppss...¿regresionaré??? ni voy a ponerme a analizar eso) como los de Lois May Alcott.
Mi maestro de psicopatología del cuatri pasado decía que el más que recetar antidepresivos (era psiquiatra) recomendaba leer las Meditaciones de Marco Aurelio. Dice que cualquiera sale de la depre...no he tenido oportunidad de comprobarlo ;-)
Eso si, triste no me leo ninguna tragedia. Me encantan los libros para niños (ahí tengo pendientes Percy Jackson y el ladrón del rayo, y alicia en el país de las maravillas).
Un beso,
ale.
Ismael ha dicho que…
Coincidimos en Gerald Durrell y su serie como "libro medicina", realmente lo releo de cuando en cuando y siempre con placer.

También tengo a Groucho y me anoto a Paasilinna (bueno, ya lo tenía anotado). Siempre me he reído con Jardiel Poncela, una lectura herencia familiar...

Y a mí siempre viene bien un repaso a Mafalda, a Forges, a Calvin y Hobbes...
La Belle Dame Sans Merci ha dicho que…
Bibliobulimica: de pronto, me he hecho super fan de tu ptofesor de psicopatología. XDDDD Marco Aurelio forever! Las Meditaciones es otro de mis libros cabecera desde que me lo dejó mi profesor de latín en el instituto.
¡Un abrazo!
lammermoor ha dicho que…
Amando nunca está de más tener alguno de estos remedios, por si acaso.

Loque como pelis-medicina modernas, se me ocurren: Full Monty, Amelie o Bienvenidos al Norte.
Hay una serie que menciona Ultimo Ibero en su blog que también es muy divertida.

M gracias. Me apunto el de MIllington. El de La Escafandra y la Mariposa sería para leer, tras el "chute" con el anterior.

Alice la verdad es que cada vez que veo un libro de Lawrence Durrell no puedo evitar pensar en lo estirado e insoportable que era (o así lo representó su hermano). Tan solo leí suyo, Carrusel Siciliano que me encantó.

Alienor espero que "Plastilina" -como lo llama Ale- no te defraude. ¡Yo pienso seguir con otros títulso!

Ale pues si que tiene razón. También me gustan Mafalda -tan irreverente y crítica con el mundo y Maitena, con su capacidad para reirse de nosotras y con nosotras.

Ismael Forges, Mafalda y Maitena me encantan (creo que es evidente) y siempre me arrancan una sonrisa. Pero en casos agudos, necesito un tratamiento de choque.
Si lees a Paasilinna, ya me darás tu opinión

Alienor aunque lo leí no lo tengo; voy a apuntármelo (con otros cuatrocientos o quinientos) para el día del libro.
Carmina ha dicho que…
Ahora ya entiendes porque necesitaba risas mientras preparaba las oposiciones, eran mi forma de evasion, de recuperar la serenidad y una inyeccion de adrenalina, por eso buscaba libros de humor, apuntados quedan Durrell y Paasilinna ains dios no se si lo he escrito bien no me pases por la guillotina, en fin una entrada buenisima
lammermoor ha dicho que…
Carmina, claro que te entendía. En momento de tensión y agobio, busco libros ligeros y divertidos -me voy sobre todo al género policiaco. Y para los momentos "críticos" recurro a mis libros-medicina.
Paasilinna tiene un humor absurdo, que me recuerda el estilo de Jardiel Poncela. Y con Durrell he reído a carcajadas.
Anónimo ha dicho que…
La Belle Dame:
no sabes lo perseguido que es porque no sólo es culto y encantador; además es gua-pí-si-mo ;) jajaja...era fabuloso ver lo que hacían mis compañeras para llamar su atención jijiji

Lammermoor:
¡Mafalda! por supuesto, como pude olvidarme de ella. Maravillosa ;)
Natalia D. ha dicho que…
Hola Lammermoor y compañeros: en busca de tu comentario de S.S. Van Dine he encontrado tu estupendo espacio y me ha encantado el concepto de libro-medicina. Entre los viejos amigos que uso para sanarme el alma también está la trilogía de Durrel, con el añadido de “Un novio para mamá”, y también la trilogía de James Herriot; ambos autores me parece que comparten el mismo espíritu. Para mi alma cualquiera de ello es un “chute en vena”. Y, por supuesto, Wodhouse, siempre consigue hacerme reír. Otros libros que llevan años sanándome, aunque más por la ternura que por la carcajada son: “Matar un ruiseñor” y los dos volúmenes de “El Agua de las Colinas” de Marcel Pagnol (y también sus maravillosas memorias).

No conocía a Paasilinna y tampoco he leído “Filetes de lenguado”, pero ya he visto que están disponibles en mi biblioteca.
lammermoor ha dicho que…
Hola, Natalia. Siento que no encontraras la entrada de S.S. Van Dine; voy un poco retrasada.Pero me alegro de que te dieras una vuelta por aquí.
A ver si consigo colgar a Philo Vance esta noche; mañana seguro que está.
Un novio para mamá no lo leí, pero me lo apunto. "Matar un ruiseñor" es precioso. Me alegro de ver que compartimos gustos también en lo "blanco".