Tras mi particular homenaje al dia de Reyes, continúo con los derechos del lector y mis reflexiones sobre ellos.
5. El derecho a leer cualquier cosaHay quien tan solo ve los documentales de la dos y jamás lee un best-seller; o eso dicen, Particularmente, me parece que hay sitio para todo y hay ocasiones en que lo que te apetece es algo ligero e incluso previsible. Exactamente igual que un día me como una hamburguesa en el Mc Donals y eso no quiere decir que solo me alimente de comida basura.
Ese derecho es aplicable también a saltarte esas divisiones de lectura infantil, juvenil, de adultos. Este verano leí a Harry Potter y disfruté como una enana y espero leer los libros de Cornelia Funke, que teóricamente son infantiles.6. El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual)No estoy muy segura de haber entendido este derecho. Lo interpreto como el derecho a dejarnos llevar, identificarnos con el personaje o soñar despiertos.7. El derecho a leer en cualquier lugar.Completamente de acuerdo. Y creo que como complemento estaría el derecho a llevar siempre un libro, “por si acaso”. ¿Recordáis que os preguntaba a donde ibais con libro?: se puede leer en la playa, en la peluquería –o aprovechar la ocasión para leer las revistas de cotilleo, porque TODOS las leemos- en la consulta del médico, en el metro. Incluso en la cola de embarque del aeropuerto. Y no nos olvidemos del W.C.
8. El derecho a hojear
Hojeamos un libro para decidir si nos interesa o no; lo hojeamos en busca de una referencia; lo hojeamos de forma abstraída, en busca de nada en concreto pero sabiendo que encontraremos algo.9. El derecho a leer en voz altaNo suelo leer en voz alta; quizá porque no lo hago bien. Pero si creo que la lectura en voz alta es fundamentalmente una forma de compartir.10. El derecho a callarnos[… ] lee porque se sabe solo. Esta lectura es para él una compañía que no ocupa el lugar de ninguna otra pero que ninguna otra compañía podría sustituir. No le ofrece ninguna explicación definitiva sobre su destino pero teje una apretada red de connivencias que expresan la paradójica dicha de vivir a la vez que iluminan la absurdidad trágica de la vida. De manera que nuestras razones para leer son tan extrañas como nuestras razones para vivir. (Daniel Pennac en Como una novela)
Ese derecho es aplicable también a saltarte esas divisiones de lectura infantil, juvenil, de adultos. Este verano leí a Harry Potter y disfruté como una enana y espero leer los libros de Cornelia Funke, que teóricamente son infantiles.6. El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual)No estoy muy segura de haber entendido este derecho. Lo interpreto como el derecho a dejarnos llevar, identificarnos con el personaje o soñar despiertos.7. El derecho a leer en cualquier lugar.Completamente de acuerdo. Y creo que como complemento estaría el derecho a llevar siempre un libro, “por si acaso”. ¿Recordáis que os preguntaba a donde ibais con libro?: se puede leer en la playa, en la peluquería –o aprovechar la ocasión para leer las revistas de cotilleo, porque TODOS las leemos- en la consulta del médico, en el metro. Incluso en la cola de embarque del aeropuerto. Y no nos olvidemos del W.C.
8. El derecho a hojear
Hojeamos un libro para decidir si nos interesa o no; lo hojeamos en busca de una referencia; lo hojeamos de forma abstraída, en busca de nada en concreto pero sabiendo que encontraremos algo.9. El derecho a leer en voz altaNo suelo leer en voz alta; quizá porque no lo hago bien. Pero si creo que la lectura en voz alta es fundamentalmente una forma de compartir.10. El derecho a callarnos[… ] lee porque se sabe solo. Esta lectura es para él una compañía que no ocupa el lugar de ninguna otra pero que ninguna otra compañía podría sustituir. No le ofrece ninguna explicación definitiva sobre su destino pero teje una apretada red de connivencias que expresan la paradójica dicha de vivir a la vez que iluminan la absurdidad trágica de la vida. De manera que nuestras razones para leer son tan extrañas como nuestras razones para vivir. (Daniel Pennac en Como una novela)
Ismael me preguntaba si esos derechos no conllevaban deberes. Se me ocurre uno importantísimo. El deber de recordar que leer es, ante todo, disfrutar
Os dejo el enlace a una entrevista a Daniel Pennac, tras la publicación de Mal de Escuela, libro con el que lo conocí y que además me llevó a Como una novela (porque un libro siempre nos lleva a otro)
(Esta entrada, como casi todas, tuvo que ser editada)
Comentarios
A mi padre sus hermanos lo llamaban "polluela" porque se iba a "incubar" al baño cargado de libros. Ese gen lo heredamos en casa y yo se lo transmití a mi hijo.
Esta tarde todavía estuve leyendo en voz alta; se aprende mucho...No es lo mismo "Ver" que "oir". En voz alta hay que esforzarse en entonar, así el texto "suena", y las palabras adquieren su verdadero significado.
EL derecho nº 10 no sé si lo entiendo. Tendré que ir a la fuente.
LESCAUT
De todas formas, también estoy de acuerdo completamente con Angeles. Yo también leo a veces "en diagonal", a toda pastilla... pero siempre siguiendo la narración. Y es que ¡hay tanto que leer y tan poco tiempo!
un pecado del lector, anotar o subrayar un libro en algo que no sea lápiz, no lo soporto, los libros son para compartir y lo
que uno piense no tiene que quedar reflejado para la posteridad como si fueramos un premio Nobel
Estoy de acuerdo con ella. Me molesta especialmente cuando los libros que saco en préstamo de la biblioteca están llenos de notas o subrayados con bolígrafo o rotulador.Si encima los "ilustran" ya ni os cuento.
¡Que alegría cuando leí el 5º! Es el que mas he utilizado en mi defensa, cuando algunas personas me han dicho que debería leer cosas "mejores".
Efectivamente, la lectura debe ser un placer y ello pasa por leer lo que te apetezca y cuando te apetezca.
Te recomiendo que leas "Mal de escuela"; no solo es un libro muy ameno sino que además te hace reflexionar.
El sexto me encanta. Yo de pequeña me sentía la cenicienta, e iba diciendo los diálogos del cuento de Perrault; y luego quería ser como Jo, la de Muchachitas y tenía mi diario y quería formar con mis hermanas una compañía de teatro.
En fin, estoy disfrutando mucho tu blog. ¡gracias!
Estoy poniéndome como un pavo; me encanta que disfrutes con el blog. Yo disfruto escribiéndolo y me gustaría que mis lectores disfruten también.
Con lo que comentas al #1 no puedo estar más de acuerdo. Las lecturas obligatorias han destrozado a muchos lectores en potencia, me temo :-(.
Soy incapaz de hacer el #3, aunque me lleven años (me ha pasado) suelo acabar los libros que empiezo: la satisfacción por el reto superado será...
Con respecto al #5, solo tiene relación indirecta pero, ¡no soporto los documentales de La 2! ¡Hala! Ya lo he dicho, y me he quedado más a gusto...
Y el #9 y el #10, preciosos: dos maneras de leer perfectamente compatibles :-)
¡Saluditos! :-D
En cuanto a los documentales de la 2 -y esos libros "importantes" pero coñazos- son muchos a quienes tampoco les gustan aunque no lo quieran decir.
¡buen domingo! ;)