Basada en hechos históricos, la acción transcurre durante los quince días
previos al baile de media cuaresma que organiza el hospital psiquiátrico de La
Salpetriere, conocido como baile de las locas, y al que acude toda la alta
burguesía parisina.
La historia pivota sobre tres personajes femeninos: Eugénie, Louise y Geneviève, muy distintas entre sí y que en condiciones normales no se deberían haber
cruzado.
El lugar de encuentro es,, como no, Salpetriere donde Geneviève
trabaja como enfermera jefa; Louise es una de las internas que sufre ataques
epilépticos y Eugénie… Bueno, simplemente no era la hija que un autoritario
burgués desearía.
De los personajes masculinos, bastante planos en mi opinión, lo que más destaca
es su rigidez. Contraponiéndose a cada una de nuestras protagonistas, están el
doctor Charcot –director de la SalpÊtrière por el que Geneviève siente
adoración. El novio de Louise, otro paciente del hospital, con el que ella está
convencida de que se casarán.
En cuanto a Eugénie, su némesis es su propio
padre, causante de su ingreso en el hospital. Su hermano es el único personaje
masculino que Victoria Mas trata un poco mejor y aun así, lo pinta como una
persona de carácter más bien débil.
La causa principal de mi decepción fue que me pareció que al libro le faltaba
profundidad. Es cierto que no se trata de una novela extensa pero me acuerdo de
El Baile, de Irene Nemirovsky, aún
más breve. Sin embargo, cuanto odio y sentimiento concentrado en esas páginas.
La autora aborda temas interesantes aunque de forma superficial. El poder absoluto que
tenían los hombres sobre las mujeres. La decisión de encerrar en un
psiquiátrico a una mujer (ya fuera la esposa, la madre o la hija) que se
interponía en los intereses masculinos no era exclusivo de ese momento ni de la
sociedad parisina (Aquí ya lo hizo Fernando el Católico con su hija Juana y se
siguió haciendo durante el siglo XX)
Deja constancia también de la nula valoración de la mujer. De ellas no se
espera que tengan opinión y mucho menos que la expresen (de ahí la sorpresa
causada en el club al que Eugenie acompaña a su hermano cuando la oyen)
Lo mismo sucede con el doctor Charcot en un encuentro con Genevieve. Desestima lo dicho por ella y con
cierto desprecio, le pide que se limite a cumplir con lo encomendado
Eso nos lleva a la consideración del papel que jugaban las enfermeras en esa
época; poco menos que fregonas. En cuanto a la salud mental y el tratamiento de
los enfermos, aunque Charcot fue todo un innovador (he descubierto que Sigmund
Freud fue uno de sus alumnos) lo cierto es que los tratamientos se convertían
en espectáculos a los que, como en el caso de los bailes, asistían los burgueses
parisinos.
El espiritismo es otro de los elementos que
ocupan, más bien envuelve, la historia. Desde la conversación sobre Alejandro
Dumas en una cena en casa de Eugénie hasta las menciones a El libro de los espíritus, de Kardec. (Recordemos que Conan Doyle,
como otros escritores, también fue aficionado al espiritismo)
Está también el acoso y los abusos sexuales y
como (de nuevo tengo que decir que desgraciadamente sigue sucediendo en la
actualidad) en lugar de proteger y ayudar a la mujer, se le culpabiliza. En fin, muchos temas y todos interesantes pero que ,vuelvo a insistir, trata de forma superficial
En
resumen, una novela que como diría mi madre, se puede leer pero que no estará entre mis mejores lecturas de este
también complicado año.
Comentarios