Quien no está de vacaciones está pensando en lo poco que le queda para disfrutarlas. En Asturias, el verano se hizo esperar pero por fin ha llegado. También lo ha hecho el momento de darle tregua a las bibliotecas públicas, que he usado intensamente durante el curso y leer los libros propios que precisamente por serlo van quedando relegados frente a los otros, sujetos a plazos de devolución.
Aunque mi biblioteca de verano tiene un espacio físico reducido, un simple huequín en una estantería más amplia, creo que está bien pertrechada para veranleer.
Hay un par de Premios Princesa de Asturias, Siri Hustdvet, cuyo libro había tenido que devolver antes de terminar de leerlo y Peter Brook. Este último, junto con Domingo Villar serán relecturas
También habrá libros en italiano -este año he comprado bastantes en este idioma- y algunos que me ha dejado mi hermana (el de la Historia de Portugal ya no debe ni recordar que lo tiene). Por supuesto que no faltaran los que he comprado el día del libro
De momento quien está leyendo Las siete muertes de Evelyn Hardcastle es mi madre. Porque esto es otra de las cosas que suceden con las bibliotecas de verano (en mi familia cada uno se trae su propia biblioteca portátil) que se van mezclando y terminamos por hacer lecturas cruzadas. Estoy segura de que mi hermana querrá leer el libro de Otín.
Con tanto para leer, el blog se tomará una pausa y volverá el 9 de septiembre. Entonces será el momento de averiguar si he podido leerlo todo o si no ha sido posible; cuantos libros inesperados se han cruzado en mi camino o si alguno de los componentes de mi biblioteca portátil se han mezclado con alguna otra.
¡Buenas vacaciones y buenas lecturas!
Caminando hacia las vacaciones |
Comentarios