El último barco. (O el reencuentro con Domingo Villar )


ssaudsaudade
udadesaudadeSaudade
Del port. saudade.
1. f. Soledad, nostalgia, añoranza.

En los libros de Leo Caldas, cada capítulo se inicia con la definición de una palabra que alude al contenido del mismo. Permítaseme hacer lo propio en esta entrada en la que hablaré sobre la tan esperada novela protagonizada por nuestro inspector vigués.

Esta tercera novela iba a publicarse en noviembre de 2012 con el título de Cruces de Piedra. Incluso pudimos conocer la portada y el comienzo del libro. Llegó esa fecha, pasó el tiempo y la novela no se publicaba.

  Empezamos (empecé) a hacernos preguntas: ¿Le habría podido el éxito de las dos anteriores y ahora no se veía capaz de estar a la altura? ¿Llegaría algún día a editarse este tercer libro o terminaría por ser una leyenda urbana? Cuando ya casi habíamos abandonado la idea de poder seguir leyendo sobre  Leo Caldas y su ayudante, nos enteramos de que por fin iba a publicarse pero con un título nuevo,  El último barco. De nuevo más preguntas, ¿por qué ese cambio de título?, ¿quizás para romper con ese intento fallido de publicación? Parecía un título mucho más evocador, y también más gallego, el abandonado Cruces de piedra que este último barco.

  Cuando fui a comprar el libro no puede evitar una exclamación al ver su tamaño. ¿No serían demasiadas páginas y no habría alguna que sobrara? (ocurre con una cierta frecuencia). Pero había otra  pregunta que añadir a las que ya me había hecho y cuya respuesta me provocaba más temor. ¿Me defraudaría su lectura? Ahora, una vez leído, he obtenido la respuesta a alguna de estas preguntas pero me han surgido otras; aunque mejor  vayamos por partes.
Escuela de Artes y Oficios de Vigo
Tiene razón Leo Caldas cuando en algún momento de la novela reflexiona sobre la escuela y como, a pesar de estar situada en un lugar tan céntrico, permanece tan escondida a los ojos de los vigueses.

Cuántas veces habré pasado por allí delante sin darme cuenta de su existencia; solo comencé a fijarme en ella al saber que sería el escenario de (la por entonces llamada) Cruces de  Piedra. Tras  la lectura, me ha sorprendido descubrir que ese lugar tan escondido en su centralidad tiene tanta vida en su interior.

   En cuanto a los “exterminios” urbanísticos no ha sido Vigo el único lugar en sufrirlos. Tal como dice su padre, siempre en nombre del progreso de lo que en ese momento se entendía como tal. Doy fe de que a pesar de todo, esa ciudad sigue contando con edificios muy bonitos -no todo se tiró.

  Antes de leer el libro pensaba que me gustaría que Caldas dejara atrás definitivamente a Alba y encontrara  a alguien; parece que va a ser así. Y al hilo de esto, no sé porqué se me ocurrió compararla con la Rebeca de Daphne di Maurier y de Hitchcock, ausente pero aún así  presente.  

    La figura del padre y  las relaciones paterno filiales  planean sobre el libro.  El padre de Leo Caldas ocupa un papel más destacado que en las novelas anteriores y está la preocupación de Leo por él. Está también  el doctor Andrade, el padre de Mónica, la joven desaparecida y quien da la voz de alarma. Pero no son las únicas figuras paternas que nos encontraremos.   

  Parece que durante el tiempo  de escritura de la novela falleció el padre de Domingo Villar por lo que no sé si este protagonismo del padre de Leo en la novela fue algo buscado conscientemente. Es más, incluso me he preguntado (esto es un no parar de interrogantes) si no sería esta la causa última de ese “atasco" con el final y reescritura de la novela.

  Esto me lleva a enlazar con una pregunta anterior y plantearme alguna otra; el cambio de título. Entre mis manías lectoras está el fijarme en si el título refleja lo que la historia nos relata. En cuanto leáis El último barco entenderéis el porqué de la elección y veréis que tiene todo el sentido. Si no  muy gallego, es al menos muy vigués.

  Pero la duda ahora es: ¿Dónde encajaban las cruces de piedra? ¿Realmente ha habido una reescritura de la novela? Y sobre todo, ¿por qué ese quién y ese por qué? No encuentro otra forma de expresar mi desazón por el final sin destriparlo. No se trata  de que me parezca que el autor ha llegado a un punto en que diga: Carallo, he escrito ya tropecientas páginas y va siendo hora de terminar la novela. A ver cómo lo resuelvo. (Que de esos, como las meigas, haberlos, hailos).

No solo en el Eligio  se alimenta Leo,
  Esa opción queda descartada porque desde su inicio la historia está hilada y desarrollada para que el final elegido resulte plausible, pero, y siento no poder ser más precisa ahora, no puedo dejar de preguntarme: ¿Por qué ha decidido que fueran ese quien y ese por qué?

  Si algo caracteriza al personaje de Leo Caldas es su humanidad y como tal también comete errores. En esta investigación, comete algunos al plantear la investigación aunque eso no le impedirá reorientar y resolver el caso pero hay sobre todo el error que más dolerá a Caldas

  Y mientras que espero a la nueva aventura de Leo Caldas y su ayudante Estévez, tendré que sobrellevar el mono leyéndolo en gallego. Estoy casi segura de que la saudade en la edición gallega será aún mayor.

Comentarios

paco ha dicho que…
Bueno, pues ya está la primera crítica que leo de este libro. La impresión que me ha quedado tras leela atentamente, es que no te ha convencido mucho. Como que hay mucho de memoria familiar del autor, pero la trama la trama de la obra es endeblilla.
lammermoor ha dicho que…
Hola, Francisco, tu comentario me hace pensar que quizás no supe explicarme al escribir la reseña. He disfrutado mucho con la lectura aunque quizás hecho un poco de menos la ironía que tenía La playa de los ahogados -por ejemplo, aquí no sale el doctor. Hay un Leo Caldas más melancólico que de costumbre
En cuanto a la trama de la obra, los casos a resolver siempre son una excusa para hablar de otras cosas -pasa aquí y pasó en los libros anteriores. Y no es el único)

Simplemente me desconcierta por que ha decidido que el motivo y el (en sentido genérico) culpable sean los que son. Pero es difícil explicarlo sin destripar el final