La dama de provincias es inglesa, vive en el campo junto con Robert, su
poco expresivo marido, y sus dos hijos –Robin, que está interno en un colegio,
y Vicky. Además, en la casa está la Mademoiselle francesa, q ue se ocupa de la
niña, además de desesperar a la madre, y la cocinera, siempre al borde de la
amenaza de despedirse.

La dama de provincias lleva un diario en el que recoge las vicisitudes
de su vida diaria, llena de pequeñas tareas rutinarias y nada sofisticadas,
pero que le exigen un montón de tiempo y energía. Eso sí, el cansancio y los
problemas económicos no hacen mella en
su sentido de la ironía.
Hace unos días me encontraba un poco plof (resultaría ser el preámbulo
de una gripe) así que pensé que la de la dama de provincias podría ser una
buena compañía. Tal como imaginé, resultó ser un auténtico libro medicina. Pero
poco después,… la dama de provincias desapareció.
Después de dos días en la cama, con gripe,
el tercero me encontraba algo mejor. Tenía cita en el médico y como la
biblioteca pública está muy cerca de la consulta –no creo que a más de 500
mtrs. –pensé que
podría aprovechar y devolver ese y otro libro que ya había
leído.
Los libros en cuestión, estaban colocados
en un banco que hay junto a la entrada y donde suelo poner las cosas que no
quiero que se me olviden. Cogí los libros para marcharme; mientras cerraba la
puerta con llave, sonó el móvil. Atendí la llamada mientras bajaba por las
escaleras; atravesé el portal y me dirigí al coche, aparcado delante de casa- Cuando aparqué y me dispuse a
coger los libros para ir al médico y a al biblioteca me encontré con que la
dama de provincias no estaba, supuse que, después de todo, lo habría dejado en
casa. Lo curioso es que, una vez de
vuelta, el libro no estaba en el banco ni en las estanterías ni en ninguno de
los otros sitios en que miré.
Bajé de nuevo por las escaleras para ver si por casualidad se me había
caído en el trayecto. Pregunté a la presidenta de la comunidad si le habían
entregado algún libro; miramos en el cuarto de la limpieza por si la limpiadora
lo había encontrado. Pregunté también a otros vecinos –uno de
ellos, con muy buen criterio, me comentaba que si me hubiera caído, debería
haberlo oído. Por supuesto, también
revisé el coche, no una sino dos ocasiones. No será la primera vez que pierdo
el movil o las gafas de sol y terminan
apareciendo debajo de uno de los asientos. ¡NADA! ¡EL LIBRO NO
APARECE!
En todos los años, y son muchísimos, que soy socia y usuaria de la
biblioteca jamás había perdido un libro.
Mucho menos de esta forma tan misteriosa; podría entender que lo dejara
olvidado en un tren o en la sala de
espera de una estación; o que durante un viaje, me hubiera quedado en la
habitación del hotel pero no que se volatilice sin más.
Me quedan dos días antes de que finalice el plazo de devolución y dispongo también de los seis días de carencia (no te penalizan) así que aún tengo esperanza de que aparezca y
no necesite reponer el libro. El problema es que ya no se me ocurre donde
buscar ¿Tenéis vosotros alguna idea de lo que le puede haber pasado a al dama
de provincias?
¿Será este un misterio digno del olfato de nuestra particular investigadora?
¿Será este un misterio digno del olfato de nuestra particular investigadora?
Comentarios
A veces el sitio más lógico es donde suelen estar las cosas que buscamos.
Haznos saber.
Un saludo.
Por cierto, me gusta eso de "libro medicina". Creo que es lo que necesito ahora. Y de hecho tenía el libro a la vista (es mío, es mío) ;)
Besos y suerte!
Ana Blasfuemia mi lavadora no suele tragar calcetines pero tengo en casa un agujero negro que siente predilección por las llaves.
Alice es lo que voy a hacer. Estoy convencida de que algún vecino está disfrutando de la compañia de la dama de provincias o de que esta aparecerá en cuanto haya repuesto el libro a la biblio .... Seguro.
Que pena, espero que lo encuentres por que imagino la aprehensión que debes tener en este momento. Nunca me ha pasado perder un libro de la biblioteca, pero si acumular algún retraso. Me sentía fatal después pensando en la gente que habría podido estar esperando el libro.
Ojalá puedas encontrarlo a tiempo.
Bueno te quedará el consuelo de haber disfrutado de la Dama de provincias :)
Un beso y suerte en la búsqueda!
Besotes
Cuando llamé a la biblioteca para explicarles lo que me había pasado, esperaba que me pusieran verde pero parece que es algo que pasa con cierta frecuencia. En cualquier caso, fueron muy amables.
Filias ya sabes como son estas cosas. O no aparecen nunca más o lo hacen en el sitio en el que habías mirado por primera vez.
Gracias por la sugerencia Anónimo he mirado en todos los resquicios posibles del coche; incluso en el maletero aunque no lo había abierto. ¡Me he rendido!
espero que la dama de provincias la esté pasando bien, y que cuando regrese se sienta culpable por haberse ido sin avisar.
Me alegro que, mientras estuvo contigo, hiciera tu gripa llevadera.
Yo también tengo un hoyo negro donde las llaves se pierden/cambian de lugar/desaparecen. Mi mamá decía que ese portal se había abierto una vez que su mamá, jugando, encerró a un hermano en un ropero y perdió las llaves y el hermano fue rescatado desmayado del susto. Que era nuestro karma, decía.
Un beso,
Ale.