Para justificar el porque no lee, la gente suele argumentar la falta de tiempo; siempre lo consideré más una excusa que una razón. Es como si pensaran que si no disponen de al menos tres o cuatro horas no pueden leer y estoy segura de que en ese caso, tampoco lo harían
_¿Usted lee, Summers? -le preguntó al chófer en el trayecto a Northanmpton.
_¿Leer, señora?
_¿Libros?
_Cuando tengo ocasión, señora. Casi nunca encuentro tiempo.
_Eso es lo que dice mucha gente. Hay que encontrarlo. Por ejemplo, esta mañana. Va a estar esperándome sentado delante del ayuntamiento. Podría leer entonces.
_Tengo que vigilar el coche, señora. Estamos en los Midlands. El vandalismo está a la orden del día.
(Bennett, Alan: Una lectora nada común, pg. 25-26)
_¿Leer, señora?
_¿Libros?
_Cuando tengo ocasión, señora. Casi nunca encuentro tiempo.
_Eso es lo que dice mucha gente. Hay que encontrarlo. Por ejemplo, esta mañana. Va a estar esperándome sentado delante del ayuntamiento. Podría leer entonces.
_Tengo que vigilar el coche, señora. Estamos en los Midlands. El vandalismo está a la orden del día.
(Bennett, Alan: Una lectora nada común, pg. 25-26)
Comprendo a quienes arguyen que no leen cuando tiene mucho que hacer pero no porque considere como alguien me dijo, que se sentiría como si estuviera perdiendo el tiempo. Simplemente es que corro el riesgo de dejar sin hacer las tareas que tenga pendientes porque me absorba la lectura, ergo, mejor dejarlo para después de haberlas terminado.
Aquí reposan, a la espera de mejores tiempos (lectores) |
Por suerte, Lisboa y una semana de vacaciones se presentan ante mí. No se me ocurre mejor forma de recuperar las ganas de leer -y la energía para poder dar forma a unas cuantas ideas que me rondan por la cabeza para tratar aquí en el blog.
El rincón musical de hoy está tan cansado como yo.
Comentarios
Al cansancio, una razón de peso para no leer y que he sufrido y sufro, sumaría el desánimo. La fatal apatía que hace que no seamos capaces de leer o, en mi caso, de no terminar un libro desde hace meses. Empiezas alguno y terminas por no leerlo, dejándolo aparcado a las 40 o 50 páginas. Y así uno tras otro. Finalmente he decidido leer relatos y al menos así completar algo, un todo, una lectura coherente.
A ver si con esa práctica venzo a este no leer que es tan sintomático en algunos de nosotros de que algo no va bien. Y si vuelvo al blog, que ganas no me faltan pero inspiración, toda.
Un beso.
En cuanto a la inspiración,... alguien de cía que era cuestión de transpiración. Si nos envuelve ese cansancio o desánimo resulta muy difícil ponerse a escribir aunque tengamos ideas que queramos desarrollar.
La verdad es que echo de menos tus entradas pero comprendo tus razones para tener el blog en stand by. Un besazo
"El que de verdad quiere algo encuentra el medio, el que no encuentra la excusa".
Un saludo.
Besos y ánimo,
Hola, Carmen el otro día en el coche oía una entrevista a Eleuterio Sanchez, quien´decía, cuantos más libros (leídos) más libre. Estoy contigo en que no hay mejor tiempo "perdido" que el que se dedica a la lectura :)
Estoy contigo de que tras una lectura de esas que disfrutas pero te dejan exhausto, necesitas algo más liviano "para desengrasar" :D
P.D: enhorabuena por tu aniversario bloguero
Tu post me ha hecho recordar el prólogo de la última edición de "La verdad de las mentiras" donde Mario Vargas Llosa cuenta como muchas de las personas que le piden autógrafos dicen que es para su hija/esposa/etc. y cuando él les pregunta si ellos leen, el 90% les responde "No tengo tiempo".
Sin embargo, como bien dices, para leer hay el tiempo, si hay ganas, se consigue. El problema es cuando uno anda muuuy cansado. Últimamente también me ha pasado y no he tenido tiempo de visitar algunos de sus blogs y páginas.
Espero que te esté yendo muy bien, saludos!
Efectivamente otra cosa es el cansancio, físico o psicológico.
No te preocupes por lo de las visitas; a veces, casi no me da ni para pasar por mi propio blog.
Saludos para tí también y si ves a R, que creo que sí, dale recuerdos :D
Ahora lo que padezco es falta de tiempo, y así llego tarde a todas sus entradas.
Un beso,
Ale.