La mayor parte de mis lecturas de enero-febrero tenían que cumplir alguna condición: en versión original para el reto de Isi, o una novela de Agatha Christie para el reto homónimo cuando no correspondía al club de lectura, procurando que sirviera además para alguno de los autores olvidados de Meribélgica. Suena fatigoso ¿verdad? Por eso se colaron algunos otros
Por ejemplo, mi primera lectura del año El cine según Alfred Hitchcock, de Francois Truffaut. sobre la que os comenté algo en De los estantes a la cartelera.
Mujer Leyendo (o eso dicen) , de G. Braque |
Con Las voces bajas, de Manuel Rivas se estrenó el Club de Lectura de La Esfera Cultural. Partiendo de la base de que no es una novela, es un libro tremendamente evocador en el que El escritor recuerda su infancia y sus comienzos en el periodismo así como a su familia –sus padres, abuelos y María, su hermana fallecida. Además encuentras en ella claves que te permiten entender mejor la obra de Rivas.
La bibliotecaria de Auschwitz, de Antonio G. Iturbe. A pesar de contar con buenos “ingredientes: La historia de una biblioteca clandestina que hubo en Auscwitz al frente de la cula estaba una chica de 15 años; hablar sobre la lectura y los libros como forma de resistencia, (hacer algo que los nazis prohiben y ayuda para soportar su situación). Sin embargo, el resultado no es todo lo bueno que cabría esperar.
Llegué a la conclusión de que el problema estriba en el propio escritor. Pone tanto empeño en que nos emocionemos que consigue el efecto contrario.. En el comienzo del libro, durante la inspección del barracón, el autor no deja que el lector se preocupe por Dita y piense lo que le puede suceder si la descubren; ya nos lo dice él. Más tarde, con Frank ocurre igual: primero nos dice que tiene un secreto y luego nos lo desvela.
Falla también en la construcción de algunos personajes. Mientras que al profesor lo desaprovecha totalmente –podría haber dado mucho juego enla historia- a Mengele casi lo convierte en una caricatura.
Lord Peter views the body, de Dorothy L Sayers. Primer libro para el reto de Isi, hablé sobre él en la entrada negra de enero así que a ella os remito.
Fishing salmon in the Yemen, de Paul Torday. Un libro tremendamente divertido en que se mezcla la sátira sobre los políticos con la fe, no en un sentido religioso sino de capacidad de creer en uno mismo y en que lograrás tus proyectos.
Las cartas sobre la mesa y Un cadaver en la biblioteca de Agatha Christie. Para participar en el reto A.C. decidí elegir sendas novelas protagonizadas por nuestros queridos Monsieur Poirot y Miss Marple. Os remito a sus respectivas entradas.
La primavera del comisario Ricciardi, de Mauricio di Giovanni: Un nuevo colega para Montalvano y Brunetti, aunque bastante peor alimentado que ellos. El, como el niño de El sexto sentido, puede decir En ocasiones veo muertos. Esperaré al verano, y no solo del comisario Ricciardi, para dedicarle una entrada negra.
Crónica dos bons Malandros, de Mario Zambujal . El tercer libro para el reto de Isi fue una novela en portugues, que me había sugerido en la Bertrand. Efectivamente de fácil lectura, resultó ser una novela negra – trata sobre el robo de las joyas de la colección Lalique en el museo Goulbenkian. Esta es la primera novela del autor, periodista de profesión, bastante conocido en Portugal. No está traducida al español aunque si al catalán.
Solar, de Ian McEwan. Libro elegido par febero en el club de lectura de la Esfera; como en la biblioteca lo tenían en inglés, decidí matar dos pájaros de un tiro. El protagonista, bastante desagradable pero al mismo tiempo muy humano, me recordó mucho a Ignatius, de La conjura de los necios. En cuanto al libro, creo que McEwan no es mi tipo literario. Os recomiendo la crítica de Amando Carabias.
El espacio vacío, de Peter Brook. Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro le observa, y esto es todo lo que necesita para realizar un acto teatral De esta forma comienza este estupendo ensayo sobre el teatro que no ha perdido su vigencia a pesar de haber sido publicado en 1968. Los amantes del teatro disfrutarán con su lectura.
El rincón musical no tiene nada que ver con la entrada pero últimamente, con tanto hornear bizcochos, resuena en mi cabeza el Breakfast in America de Supertramp
Comentarios
Saludos =)
No solo es interesante sino ameno.
En cuanto a El espacio vacío no es un libro que recomendaría a todos pero desde luego merece la pena. Estoy segura de que te gustará. :)
un beso,
Ale.
Este mes voy por el mismo camino, también leyendo en condicional :D
¡Disfruta de la Semana Santa allá en México!