Segundas oportunidades


Corren malos tiempos y no solo para la lírica; eso está haciendo que frente al alegre consumismo a que nos habíamos entregado en los últimos años volvamos a  hacer como nuestros abuelos, reciclando, reutilizando y dándole nuevos uso y aprovechamientos a las cosas.

   Y como demostración de lo que digo, aquí van algunos ejemplos de muebles -algunos rescatados de la basura- que han vuelto a  tener una segunda oportunidad.


   Unas sillas negras de comedor que se  habían quedado desfasadas y que la dueña había sustituido por otras.
  Un buen lijado (con algún dolor de brazo incluído) unas manos de tinte y cera de ebanista; por último, retapizamos los asientos en una tela clara para que contrastara con el oscuro de la madera.  No me negaréis que el cambio es espectacular
  

 la mesa es una de esas que había en las cocinas de antes, de alas. La compré en una almoneda hace años  y la tuve en el trastero hasta que por fin la restauré.


  A veces puedes encontrarte en la basura, auténticas joyas.Si no os dijera que esta lampara la he sacado de la basura y restaurado, ¿podríais adivinarlo o pensaríais que la había comprado en una tienda? Pues no es la única que hemos rescatado



   Esta silla y su pareja salieron también de la basura.   Me hubiera encantado pintarlas en dorado y elegir una tela muy barroca para el asiento pero el "descubridor" puso el grito en el cielo. Aún así y tras retapizarlas  -además de que la tela original era bastante fea, uno de los asientos estaba estropeado- el resultado es bastante bueno.

  Otra forma de darles una segunda oportunidad a muebles y objetos, es darles un  uso diferente del original. Un mueble lavabo de esos que se tenían en las habitaciones antes  de que hubiera agua corriente puede convertirse en un espectacular lavabo para un baño.

 Un marco de ventana puede convertirse en un espejo; si además, le colocas unos colgadores antiguos, también recuperados, te servirá al mismo tiempo como perchero.  Además de bonito, resulta la mar de práctico, os lo aseguro.

Una jarra de agua de cristal que no utilices  o de esas antiguas de cerámica en un jarrón o (en el caso de la segunda) en un paraguero. Eso sí, no os lo aconsejo si tenéis muchos paraguas que guardar.  ¿Y quién dijo que las sillas solo son para sentarse? Pueden transformarse perfectamente en una mesilla de noche y, si necesitas un asiento extra, siempre puedes recurrir a ella.

Uf,   más parece que tengo un blog de decoración que de libros. Mejor me pongo a redactar la entrada sobre  mi primera lectura para el reto Agatha Christie. 




 Nadie mejor que Golpes Bajos  para hablarnos de estos malos tiempos para la lírica (y la vida en general)


(Si tenéis muebles que queréis restaurar o que os restauren u os apetece incluir una pieza antigua en la decoración de vuestra casa, podeís pasar por El Taller de Paloma. )  

Comentarios

Susana Hernández ha dicho que…
Bueno, bueno, veo que eres muy apañadita :D

Tienes toda la razón en que corren malos tiempos... Incluso para la lírica!

Esa silla-mesilla con unos libros nos recuerda que estamos donde estamos.

Te ha quedado todo genial!
lammermoor ha dicho que…
GRacias, Susana. La restauración (y la decoración) es otra de mis aficiones.
En cuanto a la pila de libros en la silla-mesita, suele ser su estado habitual :D
Natalia D. ha dicho que…
¡Uf, qué envidia! Me encantaría tener este tipo de habilidades. Enhorabuena por ello.
lammermoor ha dicho que…
Gracias, Natalia pero tampoco te creas que se necesitan habilidades especiales. Todo es ponerse :)