No pretendo hacer teoría de la literatura y definir que es el género epistolar. Simplemente quiero comentar algunas novelas que leí y en las que el autor ha elegido la forma de carta o diario para contar la historia. Las he agrupado según una particular clasificación que he establecido:
El rincón musical de hoy también ha escrito una carta a su Querida Milagros
Buzón de Correos en Pècs (Hungría) |
Varios corresponsales Los títulos que me vienen a la cabeza inmediatamente son:
84, Charing Cross Road. De él hemos hablado en multitud de ocasiones y escribí esto en La Esfera cultural. Lo que no dije es que este libro no es en realidad una novela sino la recopilación de una correspondencia real; sea como sea, es un libro mágico. Las amistades peligrosas, de Choderlos de Laclos. Cuando me tropecé en una de mis bibliotecas con este libro decidí leerlo, guiada por el buen recuerdo que tenía de la película (con Glen Close y John Malcovich) Amor, lujuria, deseo, venganza, todo se mezcla en este libro. Ambos, libro y película –hubo otra versión, Valmont, mucho peor- merecen ser recomendados.
Un único corresponsal. Tan solo podemos leer las cartas de uno de ellos
Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso, de Delibes. Hubo quien calificó de mala e indigna de su pluma esta obra; otros piensan lo contrario. Hace muchísimo que la leí y la recuerdo con ternura pero reconozco que con Delibes no soy objetiva. (He encontrado una entrevista que le hicieron con motivo de la publicación) Las desventuras del joven Werther, de Goethe. A través de las cartas que le envía a su amigo Whilhem conoceremos las desventuras del protagonista.
Un destino fracasado, un desarrollo obstaculizado, deseos insatisfechos no son defectos de una época determinada sino de todo individuo, y sería triste si cada uno de nosotros no tuviera alguna vez en su vida una época en la que le pareciera que el Werther no fue escrito expresamente para él.
J.W. GOETHE
El lamento del perezoso, de Sam Savage. El protagonista es Andrew Whittaker, propietario de unas casas que se caen a pedazos (y cuyos inquilinos no pagan), su mujer le ha dejado y la revista literaria que dirige es un fracaso. Un destino fracasado, un desarrollo obstaculizado, deseos insatisfechos no son defectos de una época determinada sino de todo individuo, y sería triste si cada uno de nosotros no tuviera alguna vez en su vida una época en la que le pareciera que el Werther no fue escrito expresamente para él.
J.W. GOETHE
Durante cuatro agónicos meses, Andrew escribe cartas sin cesar. Dirigidas a su mujer, a sus amigos, a su madre, a los inquilinos, a las personas que le envían textos para publicar en la revista. También escribe cartas a los periódicos bajo diversos nombres (que son variaciones del propio) defendiendose a si mismo y a su revista.
Papaito, piernas largas, de Jean Webster. Dividido en dos partes, es la segunda la que hace que lo incluya aquí. En ella, a través de las cartas que la protagonista escribe a su protector desconocido -única condición que este ha impuesto para pagarle sus estudios universitarios- iremos viendo como Jesusha se adapta a su nueva vida estudiantil, hace amigos y descubre el amor.
Correo electrónico. Hay quien dice que el correo electrónico ha acabado con la costumbre de escribir cartas. Otros pensamos que es un simple cambio de formato (muy útil además para quienes tenemos una pésima letra)
Tigre Blanco, de Aravind Ariga. Un libro sobre el que hablé. Un poco al modo de Las mil y una noches, a lo largo de sietes noches el protagonista, Tigre Blanco, escribe un correo electrónico dirigido a un ministro chino que proximamente visitará Bangalore en el que va a decirle gratis toda la verdad sobre Bangalore… “ Diario
El rector de Justin, de Louis Auchincloss. El libro adopta la forma del diario personal de Brian Aspinwall un joven profesor a quien le encargan escribir la biografía del Rector de Justin. Una de las cosas que más me gustó es como consigue dar voz a las distintas opiniones de los personajes a través del diario de Brian. Pero lo explico mejor aquí The duchesse of Bloomsbury, de Helen Hanff. El diario que la autora escribe con motivo de su viaje a Londres, tras el éxito que supuso la publicación de 84, Charing Cross Road. De nuevo, nos salimos de la ficción y de nuevo, disfrutamos del humor y el amor por la literatura de la autora.
Drácula, de Bram Stoker. Aunque en el libro se alternan los diarios personales de varios de los protagonistas con cartas, telegramas e incluso noticias de periódico, son los primeros los que tienen más peso en la historia. Le dediqué esta entrada
Seguro que hay más novelas de ese tipo. ¿ Os gustan las novelas que adoptan esta estructura? ¿Habéis leído alguna? ¿En que grupo encajaría?
El rincón musical de hoy también ha escrito una carta a su Querida Milagros
Comentarios
Son formatos atractivos, aunque a veces encorsetan excesivamente al autor, que pierde un poco de libertad, pero merece la pena.
Creo que en lo de los correos electrónicos tienes toda la razón.
¡Un besazo!
PD. Totalmente de acuerdo contigo en lo de los correos electrónicos, es una forma muy bonita y rápida de intercambiar cartas con alguien, que además, en papel ocupan espacio físico. Yo mando y recibo un montón.
Posteriormente publicó una obra de teatro que explica lo que ese personaje que escribía las cartas ignoraba, llamado "Realidad".
Recomendabilísimas ambas.
Me estoy acordando de una novela cortísima de Jane Austen, llamada "Lady Susan". Creo que no se publicó en vida de la autora.
No está mal, pero no es tan recomendabilísima.
Otro libro de cartas que me encantó son las escritas entre Ramón J. Sander y Carmen Laforet, que ahora no me acuerdo como se llama. Precioso.
Un abrazo
Teresa
Del resto, conforme iba leyendo la entrada, he ido marcando los leídos (84, Charing Cross Road, Las desventuras del joven Werther, Drácula... de otros que tendría que leer, como El lamento del perezoso o Papaito, piernas largas. (Curiosidad biológica: ¿sabíais que a los opiliones se les conoce en Inglaterra como "papás piernas largas" —Daddy Long Legs— y aquí como "segadores"? También son "papás piernas largas" las típulas ;))
Añadiría un libro más, pero lo tengo en la punta de la lengua y no me viene a la memoria. Me pareció curioso en su día. El apellido del autor era "Miguel", si mal no recuerdo. :) Si restablezco mi memoria os cuento.
Un abrazo.
lady boheme me encanta enviar y recibir correos electrónicos. Algunos son como auténticas cartas
Te recomendaría Amistades Peligrosas -buenísimo- y El lamento del perezoso, que ha pasado desapercibido.
Un beso
Loque recuerdo que los dos libros de don Benito ya me los habías recomendado. Apuntados están; ahora solo necesito el hueco.
P.D: tomo nota también de Lady Susan.
Elena hola. Ese mismo libro me lo sugirieron esta mañana con opción a préstamo. Cuando esté un poco menos "atascada" la ejercitaré. :)
Teresa leí tu entrada -me hizo gracia la coincidencia- y dejé (o eso creía) un comentario en ella pero se perdió en el ciberespacio. :(
Homo Libris es cierto que Las cartas de amor... no es una de las grandes obras de nuestro Delibes pero también lo es que sus obras menores son mucho mejores que las "mayores" de otros autores. Y no me ciega la pasión al decir esto.
De los opilones, aunque no creo que use ese término, habla Jesusha en Papaito Pienas Largas así que supongo que ese mismo nombre se le da en América.
Un abrazo
La última obra del género epistolar que he leído últimamente se llama "Por la boca muere el pez". Son cartas entre Montalbano y Grazia Negro, los personajes de Camilleri y Lucarelli. Es muy divertida porque además de enviarse cartas se mandan mensajes dentro de pasteles y escriben en clave.
Precisamente me traje de Granada para releer Con la escopeta al hombro, lo he empezado esta mañana y me parece TAN rico... :) Tengo ganas de hincarle el diente a alguno de sus ensayos, a títulos que aún no leí y que vienen recogidos en sus obras completas, pero me da miedo traer a Málaga esos libros de hojas finas y delicadas. La humedad hace estragos y ya tengo algún que otro libro que la viene acusando. :(
Un abrazo.
En cuanto al libro que comentas, tiene muy buena pinta. Tomo nota.
Homo Libris Precisamente estoy con Delibes. El sábado iré a ver Cinco horas con Mario y ahora estoy releyendo el libro y redescubriendo al maestro. No me lanzaré ahroa y esperaré a haber visto la representación para escribir una entrada.
Curiosamente -no me había dado cuenta hasta ayer- estoy con una edición de DiscoLibro (años ha de su existencia) que incluye Mi idolatrado hijo Sissí y DIARIO DE UN CAZADOR. No recordaba que don Miguel había utilizado la forma de diario tanto aquí como en Diario de un emigrante.
¡Qué me lanzo!
Precisamente en Con la escopeta al hombro habla de cuando en cuando de su Diario de un cazador.
Por cierto, no hay ni que decirlo pero ahí va: estoy deseando leer esa entrada sobre Cinco horas con Mario, novela y obra de teatro.
Un abrazo delibeano: otoñal e intimista.
En la edición de "Peregrino en Angkor" que tengo se incluyen fragmentos de su Diario intimo..que si bien no aportan nada a la narración me interesan por comprobar cuales fueron sus primeras anotaciones, antes de darles forma.
Ya hemos otras veces de Cartas a Theo...y aunque luego recordaré alguno más, ahora me pasa como a Homolibris, ya me he ido a Delibes, nada de ser objetivos,a ver que tal la obra....
Ya me ha pinchado Alice, con esa conversación "dulce" entre Salvo y ¿Grazia Negro?
Si te digo la verdad, el ejemplo lo tienes aquí en tu casa, distintas voces, distintas lineas de diálogo...
Qué Cukrszdas (pastelerias) en Pècs!!!
Un abrazo ;-)
Maribel Cartas a Theo he tenido el valor de comprarlo en francés -lo encontré por 10 euros en la feria del libro viejo y de ocasión en Madrid. Dada mi poca fluidez con la lectura en ese idioma tardaré años.
En cuanto a Delibes, ... bueno mejor me reservo para la entrada post-representación.
Pues sí, los blogs son un diálogo y un intercambio de opiniones y puntos de vista diferentes entre sí y eso es lo que los hace tan enriquecedores.
Ay, Pècs ¡que ciudad tan bonita!Y que pastelerías, y que limonada y ...¡Quiero volver a Hungría!
Besos, arbeyinos.
También me gusta el género epistolar (y tomo especial nota de “El lamento del perezoso” que tiene muy buena pinta; también de Tigre blanco, del que ya leí una estupenda reseña de Lammermoor). Dentro de esta clase tengo especial cariño al “84” y a las “Amistades peligrosas” y, sin llegar a ser tan genial como el de Laclos, recuerdo también como muy bueno el breve “Lady Susan” de Jane Austen; ambos libros son geniales en la manera en que consiguen poner en evidencia la indignidad moral de sus protagonistas a través de las cartas que escriben.
Pequeña confesión: no he leído El diario de Ana Frank.
El lamento del perezoso lleva persiguiéndome una temporada para que hable de él. ;)