En ocasiones las entradas del blog vienen a mí sin que las llame; simplemente se aparecen, como en este caso. Primero, una mención de mi madre a un programa en que hablaban de que no es lo mismo libros de niños y libros para niños. Poco tiempo después, en un comentario sobre mis lecturas de junio, Isi decía que en su biblioteca La Evolución de Calpurnia Tate estaba en la sección infantil.
En primer lugar, parece que últimamente está de moda escribir libros protagonizados por niños; solo hay que pensar en el éxito editorial de El niño del pijama de Rayas de John Boyne o las aventuras del joven mago Harry Potter (cuyo mejor conjuro mágico fue convertir a su autora en una mujer riquísima)
La Ladrona de Libros, Bajo un millón de Soles, Cometas en el cielo (deberíamos hablar también de otras modas: los libros sobre el nazismo y los ambientados en Afganistán o Irán), El curioso incidente del perro a medianoche, El señor Pip o el citado La evolución de Calpurnia Tate también están protagonizados por niños. Exceptuando la saga de Harry Potter, no podemos considerarlos libros infantiles y aún estos han trascendido esta clasificación para ser leídos por personas de todas las edades
Lanzada ya al frenesí divagador, seguí dándole vueltas al asunto y pensando en otras obras que han cargado con la etiqueta de literatura infantil por el simple hecho de que el o los protagonistas fueran niños. La Historia interminable es uno de esos casos, pero no el único. Autores que han tenido que cargar con este sambenito son Mark Twain con Las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Stevenson con La Isla del Tesoro (Umberto Eco utiliza la misma estructura en El nombre de la Rosa y sin embargo se libró de la maldición)
Kipling, autor de Kim y Capitanes intrépidos quedó lastrado además por el hecho de que Walt Disney hiciera una versión en dibujos animados de El libro de la Selva (para mí una de las mejores junto con 101 Dálmatas). Esto me lleva a pensar también en que hasta hace relativamente poco el cine de animación se consideraba “solo para niños” -(¿quién no “se sacrificó” para llevarlos a ver una de esas pelis?)
Cargaron con la misma rémora Robinson Crusoe, Alicia en el país de las maravillas (también con versión Disney) o incluso Los viajes de Gulliver. A pesar de que los adultos no tienen cabida en el libro hasta el final no encuentro nada infantil en El señor de las moscas. ¿Hasta que punto es para niños El diario de Ana Frank?
Hubo quién se salvó del encasillamiento; estoy pensando en Sallinger con El guardián entre el centeno o Truman Capote con El arpa de Hierba. Me pregunto y respondo a mi misma sobre el por qué. En ambos casos se trata de lo que se suele llamar novelas de iniciación, en la que los adolescentes entran en el mundo de los adultos pero ¿no es lo mismo que sucede en La Isla del Tesoro o Capitanes intrépidos?
Sin freno, sigo preguntándome Por esa misma regla de tres, ¿no deberíamos considerar lectura para adolescentes Kafka en la orilla o Tokio Blues? Al fin y al cabo sus protagonistas son chicos (de 15 años en la primera novela y no mucho mayor en la segunda) ¿Y Matar a un ruiseñor? Donde la voz narradora es la de Scout, la hija de nueve años de Aticus
En el rincón musical, Baloo nos dice que es Lo más vital
Comentarios
Quizá sea esta la razón por la cual se han salvado del encasillamiento. Quizá no, no lo sé. Sólo lo apunto.
Me ha parecido una entrada magnífica. Comparto muchas de las cosas que dices y tiendo a pensar que es una suerte que algunas de estas obras hayan pasado al acervo infantil, así pudimos crecer con algunas historias que de otro modo se nos hubieran escapado.
Yo también me 'sacrifiqué' cuando mis hijas eran pequeñas para llevarlas al cine y 'sufrí' las versiones o las creaciones de Disney.
Y en este punto, sólo en éste, quiero discrepar contigo.
Verás, a mí "El hijo de la selva" no me parece la mejor versión de Walt Disney. Pero no es culpa de él. La verdad es que en esta historia en concreto fui un niño afortunado, pues antes, mucho antes, de que viera la versión de dibujos animados tuve la gozada de leerme la novela editada de un modo absolutamente fascinante. Al menos en mi recuerdo. Se trataba de un libro muy alargado, alargadísimo y también ancho, de ese tamaño en que se publicaban, por ejemplo, los libros de Asterix.
Las ilustraciones eran muy naturalistas pero, repito, fascinantes, todavía tengo impresas en la memoria las imágenes del tigre acechando, o la del niño con la manada de lobos, la mirada astuta y amarilla del jefe de la manada... Y el texto de Kypling clavándose en mi cerebro y descubriéndome, sin yo saberlo, qué era escribir bien...
Cuando vi la película de Disney es como si asistiera a una mala caricatura y quedé profundamente desencantado.
Creo que me he enrollado en exceso y me he ido por los cerros de Úbeda, espero que me disculpes.
Después de todo lo que has dicho en el post poco tengo que aportar. Me he acordado de Manolito Gafotas, que me los he leído todos y reído sin parar. Pero desde que ví la versión cinematográfica no he podido quitarme de la cabeza al niño protagonista, fastidiándome futuras lecturas.
Feliz sábado.
No leí El libro de la selva (recuerdo que nos hablaste de él en alguna ocasión anterior) así que para mí el título está indisolublemente ligado a la película de Disney. Cuando digo que junto con 101 dálmatas son para mí las mejores, lo hago comparándolas con el resto de películas. Particularmente, las que menos me gustaron fueron Bamby y Dumbo.
NO te preocupes, soy la primera en enrollarse o irse por los cerros de Úbeda.
Oesido en algo de eso pensaba mientras escribía el post. Pasan de tratar a los niños como si no tuvierann inteligencia a querer que sean críticos literarios. ¿El resultado? Aborrecimiento a la lectura.
Además, se tiende (algo está cambiando) a considerar que la literatura infantil (tanto escritura como ilustración) es un género menor.
Y cuando me quejo de que a estos autores que menciono se les ponga la etiqueta de infantil lo hago porque me parece que con ello se les está reduciendo. En realidad son libros aptos para todos los público o, como digo a veces, para niños de 0 a 100 años.
Muchas gracias a ambos. Me alegro de que os haya gustado el post.
Inma un poco de ritmo perdí; estuve un poco ausente del mundo blogosférico pero esta semana parece que recuperé bríos (hasta el próximo parón). Pudo ser que por fin me dí el primer baño de la temporada (o que me animo lo del mundial, vete tu a saber)
Mira Manolito Gafotas es otro caso de libro "infantil" que pueden leer adultos.
También es cierto que a veces las películas o las series de Tv (estoy pensando en Pippi Calzaslargas) hacen que ya no podamos ver a los personajes de otra forma.
Os dejo que me voy "pal pueblo".
Ayer mismo estuve en la Fnac y Calpurnia Tate, ese libro del que espero tantos post en las próximas semanas, en novedades de adultos - y he leído en algún sitio que, en su país de origen, salió como literatura para niños -. La línea está desdibujada, desde luego.
En mi modesta opinión, posiblemente lo que diferencia de que se clasifiquen a un bando u otro es el lenguaje utilizado para la narración. Si es muy completo, por más que lo interprete un niño no va a calar. Sin embargo, en el último año donde sí que he visto difuminada la línea es en juvenil. Si mal no recuerdo fue tema de debate cuando David Lozano hizo la presentación de su libro aquí. Las editoriales están algo confusas con este pequeño auge de la literatura juvenil y la línea no está clara (sobretodo si hay abuelitas como yo leyéndolos xDDD).
Sobre lo de considerar libros para niños cosas que no lo son.. podría añadir el ejemplo de los cómics que, como son dibujitos, serán para niños... Grandísimo error... así pasa, que el papi o la mami que no tienen ni idea compran cualquier cosa con dibujos para su peque y puede terminar viendo ilustraciones violentas o sexuales. Que en cómic hay de todo, por favor, a ver si nos damos cuenta ya...
Leí Anna Frank de peque (aunque también la Mitad Oscura de Stephen King, así que igual no soy un buen ejemplo)... creo que no hay que establecer divisiones cerradas, sino dejar al niño un poco de libertad.
Saludos!
http://www.papelenblanco.com/editoriales/biblioteca-furtiva-el-nuevo-proyecto-de-seix-barral
Creo que es una decisión más editorial y de mercado que de escritura (aunque esta última sea la que termine materializando la obra -sobre esto último tengo pendiente una entrada desde hace tiempo-), pero con la que tenemos que vivir, según parece.
Resulta llamativo que haya tantos libros de niños para no niños y, como decías y también apuntaban en los comentarios, no porque los protagonistas sean niños el libro será el más idóneo para los críos -aunque tampoco limitaría su lectura, si de diera el caso, con obras como El diario de Ana Frank o El señor de las moscas-... Aunque en mi caso leía a Poe con 9 ó 10 añitos, así que posiblemente hablo desde mi lado oscuro, jejeje.
La entrada me ha encantado, y me parece un punto de reflexión para lectores de todas las edades, jejeje.
Me has recordado ver "Oliver Twist" en la sección infantil de la biblioteca.
No creo que Manolito Gafotas sea para niños, ni Astérix, ya que se han mencionado. Aunque a lo mejor en esos casos se ha conseguido el milagro de que interesen a edades muy diferentes.
Otro tema es confundir literatura de aventuras con infantil.
Por ejemplo, una vez me vio un amigo con un libro de Julio Verne y me dijo que si yo no había tenido infancia (!)
Yo creo que la línea que separa literatura juvenil de literatura para adultos es muy borrosa. ¿Qué criterios utilizamos? Calpurnia Tate, por ejemplo, nosotros en la librería la tenemos como novela para adultos, pero la compañera de infantil estaba tan enamorada de ella que se emperró en colocarla en el panel de actualidad de juvenil. ;)
Yo creo que no hay que poner excesivas barreras lectoras a los chavales. Yo me leía a Poe y a G. Leroux con once años y mis padres no se tiraban de los pelos... Aunque claro, es evidente que hay libros que no se entienden bien a determinadas edades. A mí me pasó, por ejemplo, con "Cumbres borrascosas" y "Un mundo feliz": su segunda lectura fue catártica, maravillosa, y de pequeña me parecieron un horror. ;)
Coincido con Carmina y más gente en la problemática de pasar de un libro infantil a las lecturas obligadas tipo "La regenta". Así no conseguimos nada. Pero tampoco hay que llegar al otro extremo: que lean "El niño del pijama de rayas" y no lean fragmentos del Quijote. Supongo que el truco está en saber hallar el término medio. ¡Anda que no hay clásicos de aventuras que pueden enganchar a la lectura! ¿Por qué no mandan leer en clase a Verne, Salgari o Stevenson, por ejemplo?
Y, por último, como librera tengo que añadir un punto: los padres idiotizan muchas veces a los niños. ¡Anda que no he tenido yo que lidiar con algunos, que...! Que si mi hija no va a entender "La historia interminable", que "La isla del tesoro" para doce años no me parece recomendable, que si la fantasía no creo que sea buena para una niña, que luego no sale realista... En fin, una cosa increíble. Y, sin embargo, he visto esta actitud y acto seguido, sin ningún problema, comprarle a su hija de doce años un libro de literatura romántica paranormal para adultos (vampiros) -"es que le gustan los libros estilo Crepúsculo"-, donde las escenas subidas de tono me parecieron a mí exageradísimas. Y al comentarlo la buena mujer me miró mal y me dijo que a su hija le dejaba leer de todo...
¡Un besote!
Pero tampoco sé cómo establecen las diferencias en las editoriales. Muchas veces el libro infantil simplemente es un resumen ilustrado de la novela de adultos, y listos.
Elwen puede ser esa una buena distinción. La verdad es que la diferencia entre literatura juvenil (pensaba en esa más que en la puramente infantil al escribir el post) y la de "adultos" es difusa, confusa y variable.
Ahora hay unas ediciones infantiles francamente buenas y apetecibles para "abuelitos. Por ejemplo, compré para la profe (bueno para una de sus alumnas) una libro de poesía de Miguel Hernandez ilustrado, de la editorial SM que me pareció precioso y que me apetece regalar a un adulto -creo que le encantaría.
¡Ah! Gracias por el chivatazo. Sí que fue casualidad. :-)
Leox lo importante es que sea buena.
Homo Libris está claro que las editoriales tienen que establecer unas fronteras (lo de los nichos de mercado) que luego la realidad se encarga de romper o no. Lo malo de esas etiquetas es que a veces impiden a algunas personas a acercarse a libros que disfrutarían muchísimo pensando que "son para niños" . O cometen el error contrario; regalarselo a un niño solo porque el protagonista también lo es.
Estuve haciendo un cálculo y creo que Al Sur de Granada, de Gerald Brenan lo leí con 13 o 14 años y no es un libro infantil. Pero era de mi hermana y como compartíamos habitación, pues su biblioteca estaba a mi disposición.
Loque Éstoy releyendo a ASterix y me rio y disfruto un montón. La genialidad e ironía con que están puestos los nombres de los personajes no la captas cuando eres un crío aunque disfrutes con el comic.
En cuanto a lo de tu amigo es un ejemplo de lo que decía más arriba.
Lo de la separación entre literatura juvenil (más que infantil) y de adulto depende del lector y del momento. La primera lectura que hice del Señor de los Anillos no tiene nada que ver con la segunda, ya mayor.
Gww también a tí te salté. Coincido contigo en que los únicos tipos reales de literatura que hay son dos: la buena y la mala.
Carmina a mi no me parece un libro para un niño de once años pero... También puede pasar simplemente que lo lea y se le escapen muchos detalles que si fuera un poco mayor entendería.
Moby Dick otro libro que se porque se empeñan en considerar juvenil. Libro que por cierto, si no cambia la cosa, no me apetece nada leer -aunque me acuerdo de la peli.
Alienor blogger está últimamente insoportable. No hay quien trate con él.
Tras este pequeño desahogo,¡que bien que una librera nos de su opinión! Supongo que los libros hay que ponerlos en alguna sección de la librería que es más una convención que otra cosa -¿No podría estar El nombre de la rosa lo mismo en novela histórica que detectivesca?- También coincido en que en principio no se deben poner excesivas trabas a los chavales (aunque recuerdo cuando mi hermana no quería que le dejara leer a mi sobrino El doctor Jekyll porque consideraba que era muy pequeño -lo estaba leyendo yo y me preguntaban por él- así que tuve que hacerles una especie de cuento-resumen sobre él.
O cuando su hermana se empeñaba en saltar sobre mi barriga mientras leía o lo intentaba El Quijote y me preguntaba por el libro y los personajes (antes aprovechaba las vacaciones para leer "tochos"; tengo que recuperar la costumbre)
En cuanto a las lecturas obligatorias ya hemos hablado aquí sobre ello (seguro que volveremos) y vuelvo a insistir en que es más un problema en la forma de acercarse a ellas que de los libros en sí. (Bueno y de buscar las lecturas de acuerdo con la edad)
Isi por casa de mi madre aún andan los restos de una colección de clásicos bruguera(El señor de Ballantrae; La pequeña Dorrit; Ivanhohe; Mujercitas; ...) en que se alternaba el texto con el comic. Podías leer la versión integra o la "reducida".
Di que sí Eva. Si se disfruta un montón con esos libros.
XG
Yo leí de niño a Poe y no me dediqué a ir cuchilla en mano degollando ni emparedando a nadie, me levantaba tras haber dejado dormido a mi hermano pequeño para ver las "Historias para no dormir" de Ibáñez Serrador y luché a brazo partido en numerosos videojuegos siendo consciente siempre del límite entre ficción y realidad.
Con respecto a la lectura, a mi parecer, es siempre positivo dar al niño algo más de donde (hipotéticamente) puede llegar. Que haya algunas palabras que no comprenda puede motivarle a buscarlas y con las tramas más complejas puede recurrir a los padres para que se las expliquen, lo que lleva a un mayor nivel de diálogo entre ellos y a compartir aficiones, ¿verdad?
Todo lo anterior, claro está, en un mundo un poquito más ideal. Ahora bien, si lo que pretendemos es que los pequeños estén en un rincón sin dar un ruido y olvidarnos de ellos... posiblemente todo eso no funcione.
Por cierto, yo volvía por aquí para comentar que iba a seguir una recomendación de Alienor sobre un libro teóricamente juvenil: Los 13 relojes, de James Thurber. Pero ya que estoy, te comento que me encantó El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, otra de mis lecturas de infancia. :)
Un abrazote grande.
A mi me gustan los libros para niños, me hacen desconectar, enganchar con el niño interior y divertirme de lo lindo. Hay algunos que ciertamente no son para niños. Yo recuerdo que alguien me regaló el principito cuando yo era muy pequeña y si bien lo leí, nadita que me gustó. Igual con el Miguel Strogoff de Verne, lo aluciné (debo haber tenido 8 años algo así)
Yo dejo que mis hijos se acerquen a los libros que les llaman la atención, si no los he leído pregunto un poco que tan aptos serán (si no hay mucha violencia o sexo gratuito) y hay veces que eligen los que dicen que son para su edad y otras leen algo que yo consideraría más para adultos, pero que disfrutan mucho.
un beso,
Ale.
Vale, es un chiste espantoso.
Porque era una chiste, de verdad.
Homo Libris tienes razón. A veces, alucino con los contenidos de las series teóricamente infantiles y juveniles.
En cuanto al afan protector de mi hermana, diré en su descargo que es posible que el niño fuera algo pequeño. Porque en general no les han puesto trabas en sus lecturas y han leído libros "de adultos" desde muy pronto.
Me gusta ver que también coincidimos en El doctor Jekyll y Mister Hyde y tomo buena nota de los 13 relojes
Ale citas otro ejemplo de libro teóricamente infantil, por aquello de que el protagonista es un niño.
Me parece estupendo que a los niños se les de libertad para leer (controlando un poco por si acaso). Estoy convencida de que ellos mismos se "autorregulan" -
Loque NO había cogido el chiste. Tuve que volver a leer el comentario de Ale. :-)
Lo último que he acabado ha sido el libro de Calpurnia, ya he dicho en una entrada de mi blog que supongo que es un libro con diferentes lecturas según la edad a la que te lo leas.
Yo tenía a mi disposición toda la biblioteca de mis padres y jamás me pusieron una pega por leer nada "inadecuado" (claro que tampoco tenían nada del Marqués de Sade, por ejemplo) y recuerdo lo mucho que me gustó (con 16 años) "El nombre de la rosa" y que me lo leí con el diccionario de latín en la mano...
¿Y por qué nadie considera literatura juvenil "Mi familia y otros animales" de Gerard Durrell? Un autor, además, que sí que ha escrito literatura "juvenil"...
P.D: Mankell es otro autor que además de novela negra ha escrito literatura infantil.