Continuamos la charla con Menéndez Salmón. Como no, se hizo referencia a escribir “en la periferia”. ¿Es necesario para un escritor vivir en Barcelona o Madrid ? Como ya había dicho en ocasiones anteriores, no lo considera así. Vivir en la capital le “distraería” de la escritura; tendría mayores tentaciones –o compromisos- para asistir a eventos varios. En la época de internet y el correo electrónico no tiene sentido pensar que la situación geográfica influya (más o menos vino a decir esto). Si no me equivoco, aludió también a la mayor calidad de vida que supone seguir viviendo en Gijón (entre otras cosas, tiene al mar al lado. Esto lo digo yo)
Lo que si influye para el éxito o no de un escritor es la suerte y también la editorial. Nos contaba la forma en que dio el salto a Seix Barral. Siendo Rosa Regás directora de la Biblioteca Nacional tuvo que venir a Gijón con motivo de algún acto (quizás la Semana de Cine) Un periodista que le estuvo entrevistando, al finalizar le regaló un ejemplar de Los Caballos Azules, que llevaba con él, diciéndole algo así como “para que tengas una muestra de lo que que se escribe por aquí, ”Algún tiempo después, estando en su casa le sonó el móvil y …. Le llamaban de Seix Barral. Decía que ¡no podía creérselo! Estaban interesados en él y le preguntaban si estaba preparando algún libro; casualmente acababa de terminar la Ofensa.
Lo lógico hubiera sido que el libro se hubiera publicado en Trea (no hubiera quedado bien que lo hiciera en su propia editorial- KRK). En ese caso, el libro no hubiera tenido el mismo éxito (aún teniendo la misma calidad) y él seguiría siendo "ese joven escritor promesa". (Qué conste que Trea, también asturiana, es una buena editorial pero no tiene la capacidad empresarial de una de las grandes y eso influye en la difusión del libro y en la capacidad de dar a conocer al autor)
Lo lógico hubiera sido que el libro se hubiera publicado en Trea (no hubiera quedado bien que lo hiciera en su propia editorial- KRK). En ese caso, el libro no hubiera tenido el mismo éxito (aún teniendo la misma calidad) y él seguiría siendo "ese joven escritor promesa". (Qué conste que Trea, también asturiana, es una buena editorial pero no tiene la capacidad empresarial de una de las grandes y eso influye en la difusión del libro y en la capacidad de dar a conocer al autor)
Creo que fue casi al principio cuando se hizo referencia al número de páginas de sus novelas. (En Francia existe el término nouvelle para referirse a esas obras a medio camino entre el relato corto y la novela; aquí no hacemos esa distinción). Quienes las hayáis leído sabéis que no superan las doscientas páginas, y según él La Ofensa (las otras dos, no tanto –apostilla mía) podría haberse publicado perfectamente como relato . Considera Menéndez Salmón que el cuento es un género maltratado por las editoriales; no les gusta, probablemente porque no vende demasiado (Muchos de vosotros habéis reconocido que no los leéis, o al menos no de forma habitual). Citaba el ejemplo de Gritar, del que se habían vendido tan solo 1000 ejemplares.
Ya que hablamos de este libro, enlazo con un par de preguntas que le hice. La primera de ellas era si iba a reeditar Los Caballos Azules (estuve buscándolo para regalarlo y no hubo forma; estaba agotado). Me dijo que de momento no y que, de hecho se habían liberado los derechos que sobre ellos tenía Trea (el cuento que da título al libro acaba de ser reeditado por una pequeña editorial). Con el tiempo le gustaría hacer una nueva edición conjunta de Los Caballos Azules y Gritar con algún otro cuento nuevo, pero ahora no le parece el momento. Le comenté también que uno de los cuentos que contiene este último libro–El Terror- lo había incluido en Derrumbe. Me dijo que era al revés, al escribir la novela se dio cuenta de que allí había un cuento y lo incluyó en Gritar.
Al final hubo un pequeño turno de preguntas. Ya os he contado las hechas por mí; C, compañero mío de trabajo además de miembro de la asociación, le preguntó su opinión sobre el libro electrónico. (Otro tema recurrente cuando se habla con escritores). A Menéndez Salmón no le preocupa. Mencionó además, que la parte del león en el precio de los libros se lo llevan las distribuidoras; ni las editoriales ni los escritores. Y ellos distribuyen sus propios libros porque al tratarse de una editorial pequeña no pueden permitirse esos gastos.
De nuevo otra pregunta de C, ¿tenía algún horario para escribir? Respuesta de Menéndez Salmón. No tiene horario de funcionario (¡Ya estamos!). No es uno de esos escritores que se levanta, desayuna, lleva a los niños al colegio (es un decir) y luego se sienta a escribir hasta la hora de comer. No pude contenerme y señalé que aunque hay ocasiones en que te sientas y las palabras salen sin ningún esfuerzo y cuando acabas ves que has escrito exactamente lo que querías e incluso te ha quedado muy bien; otras veces necesitas obligarte (buena prueba de ello es esta entrada). Me respondió que suponía que seguro que cuando me sucedía eso quería (o tenía, no recuerdo que verbo empleó) contar algo.
Entiendo lo que quería decir, no se trata de sentarse ante el ordenador sin más ¡a ver que sale! Sino de sentarse cuando sabes que es lo que quieres decir. De todas formas, señalaba (no sé si antes o después de mi intervención) que él escribe incluso cuando no escribe (algo que nos sucede a todos –y me incluyo). Cuando está tomando una caña con los amigos, viendo la tele, paseando, durante ese tiempo también escribes. Las ideas dan vueltas en tu cabeza, o tomas notas o captas detalles o surgen ideas que te servirán luego en el proceso de la escritura
Comentarios
que esto lo has cambiado!!!
En cuanto a los relatos cortos, con algunas excepciones, Borges, cuentos japoneses...., lo cierto es que no acabo de conectar con el autor;
Entiendo la idea de una obra que se pueda leer de un tirón, y a veces culpo a las traducciones. Autores ingleses, rusos, franceses..., no termino de penetrar en la historia.
Cuando pienso que es porque no conozco lo suficiente al autor, compruebo que tampoco me llegan relatos cortos de Jose Luis Sampedro, aún siendo uno de mis favoritos, no sé, el caso es que con el ensayo no tengo estos problemas.
Se me ocurre un ejemplo, Amelie Nothomb que está en este límite, 180, 200 páginas, y creo que me gusta ya que leo su obra como un puzzle, las piezas y su universo engranan unas con otras....
Tengo la sensación de que el relato es una pieza, encuentro en escritores que me gustan la base de una novela, un personaje..., siento que el relato me deja con ganas...
Tengo que buscar el de Los caballos azules, y el de los ingenieros...¿como era? en el palacio azul.....
Pido perdón por el monólogo; y yo estoy encantada de que tu te sientes a escribir.
(sigo mirando los cambios que has hecho en esta tu casa, muy archivado todo, jejeje!!!)
Una abrazo ;-)
De Ignacio del Valle aún no leí nada; está en mi lista de pendientes pero siempre se me cuela alguno antes.
Isi sí que lo cambié pero un poco obligada. Estuve trasteando con la nueva opción de diseño de plantilla SIN GUARDAR LA ANTIGUA y de repente me encontré con que mi impoluto y sobrio blog se había convertido en algo lleno de repolludeces y floripondios. As que tuve que arreglarlo como buenamente pude.
Maribel puede que el problema esté en el propio género. En la novela tienes más margen para que te atrape y los momentos "malos" quedan diluidos en el total del libro. En el cuento la atracción tiene que ser instantanea.
Leyendo tu comentario recuerdo que como comenté en la primera entrada que le dediqué, ojeando los cuentos de Los Caballos Azules descubrí que allí estaba esbozada La Ofensa. Incluso uno que era el preludio de Los Arrebatados (uno de sus primeros libros)
De todas formas otra cosa que Ricardo (supongo que puedo permitirme al menos llamarle por el nombre) es que los escritores escriben siempre el mismo libro.
Es El palacio Azul de los ingenieros belgas, de Fulgencio Argüelles. Lo edita Acantilado. Si no los encuentras dímelo y te los envío.
(La deformación profesional me puede :-)
Por cierto, avisada por Alice de los actos de la Feria del libro en Bilbao, de la cual sólo he conseguido el programa, snif, veo que ha asistido Menendez Salmón, y encima hablando del premio viajes LLanes....y yo me lo he perdido.
Gracias por el ofrecimiento, casi que prefiero visitarte para que me los prestes, jejeje.
No te he preguntado pero espero que no te hayas visto afectada por las inundaciones...
;-)
No conocía al autor aunque os he oído mencionarlo varias veces, espero remediarlo.
Me llama la atención encontrarme con algunos temas similares a los que he escuchado en encuentros con otros escritores: la inspiración, la geografía, la distribución...
¿Qué puedo decir de Menéndez Salmón? Que La ofensa me encantó y, como ya sabes, accedí a esta novela gracias a ti.
Saludines,
R.
Alice me llamó la atención a mi también la coincidencia con algunos temas de la conferencia que nos contaste hace poco. ¡Lo que Menéndez Salmón dijo sobre lo de escribr cuando no escribes (y que comparto) también lo decían Carmen Martín Gaite y Rosa Montero.
R precisamente para tí, buscaba Los Caballos Azules.
Si que es interesante conocer más de las interioridades de un escritor, sobre todo cuando es uno de tus favoritos. En este caso además, como eramos cuatro gatos era casi una charla entre amigos.
:-)
En mi blog dejo una cosilla para ti, por si quieres pasar a recogerla.
Un besote.
Un abrazo.
Bueno por empezar por lo de fuera, me gusta el nuevo diseño del blog, como ha dicho alguien, muy archivadito todo, jejeje...
Yendo al asunto... Me interesa apuntar mi opinión sobre dos de las cuestiones que se tratan: el horario del escritor y el libro electrónico.
No estoy tan seguro (nunca lo he estado) que siempre se haya que poner a escribir cuando tienes o quieres (igual da el verbo ahora) decir alguna cosa... Salvo que por querer convengamos que hablamo de un vago deseo, de una especie de fuerza interior que te está empujando a hacerlo. A mí me ocurre que en muchas ocasiones no se me ocurre nada que decir 'racionalmente', pero sé que hay algo, entonces me siento y... sucede, sucede ese milagro. Además cuanto más temprano es del día, mejor... Me gustaría tener el horario de funcionario para escribir... Por la tarde, sobre todo, es una tortura y por la noche ya no llego del mismo modo. Eso por supuesto, hablando de un vulgar aficionadillo.
Y sobre los libros electrónicos, creo que tiene razón. Pero no sólo sucede con los libros, en general sucede con todo: los intermediarios, son quienes se quedan con el verdadero beneficio. Por eso quizá inicitivas tipo bubock tendríamos que aprovecharlas mejor, pero claro, ahí se choca con los intereses de las editoriales... Es todo muy complicado.
Muy bien, una información muy completa. Respecto a la extensión de las novelas estoy de acuerdo en que por algún extraño motivo, hay cierto prejuicio con los libros cortos, quizá por culpa de la moda de libros larguísimos, que es raro ver a gente con libros de menos de 500 páginas.
Yo sin embargo encuentro que es de una gran honestidad decir "Mi historia llega hasta aquí, no voy a incluir páginas huecas para alcanzar una duración más comercial".
pd. Me gusta el nuevo diseño
Homo Libris lo del cambio fue un "hacer de la necesidad virtud". Ya le expliqué a Isi cual fue el inductor del cambio. :)
Amando gracias. Ya le comenté a Maribel que es deformación profesional :)
Entrando en materia, creo que Ricardo se refería (o así lo interpreto pensando en mi caso) que para sentarte a escribir tienes que tener la idea o al menos ese runrun en tu interior que te dice que hay algo ahí que pugna por salir. Caso contrario, ya puedes estar sentado ante el ordenador el tiempo que quieras que ¡na de na!
Pero bueno, sobre eso habrá que divagar con más calma (que ya tengo algo dando vueltas en mi cabeza)
Y sobre los libros electrónicos también se habló en otra mesa redonda a la que asistí la semana pasada (Prometo no tardar cuatro meses en hablaros de ella) y estoy pensando en dedicarle una entrada.
Loque así da gusto escribir. No sabía si esta segunda parte resultaría tan interesante como la primera -para mí si pero...
Es cierto que hay veces que parece que la calidad de las novelas se calcula por el peso.
Pues mira, a lo tonto a lo tonto, ... cambio de imagen.
Me falta leer la primera parte de esta charla, pero hoy ya me voy a dormir (es la 1:30 am aquí)
un beso,
Ale.