Acabo de terminar El Hombre inquieto, lectura que pospuse porque creo que, inconscientemente, no quería despedirme de Wallander. Este detective llevaba con nosotros desde mucho antes de que se pusiera de moda la novela negra nórdica. Con él descubrimos una Suecia muy distinta de la que estábamos habituados a imaginar.
En un adjunto “inédito” (no llegué a enviarlo) sobre novela negra escribía: Otro salto y nos vamos a Suecia. ¿Qué decir de Henning Mankell? Que además de que tengo todos los títulos en que Wallander es protagonista –me gusta mucho- puso patas arriba la visión que tenía de Suecia. El Profesor de Baile, libro puente entre estos títulos y los que protagonizará su hija no me gustó demasiado; de los que escribió sin nuestro inspector sueco preferido…solo leí El cerebro de Kennedy. ¡Y qué queréis ¡Prefiero El Jardinero Fiel, de John Le Carrée, que que trata el mismo tema pero me parece mejor novela. Ahora estoy leyendo El Chino; solo llevo 80 páginas pero por la forma de llevar la investigación inicial, al enfrentarse al “caso”, la protagonista –la jueza Birgitta Roslin- creo que estoy ante el Mankell de Wallander-el que me gusta.
Además, la primera entrada “de verdad” del blog se la dediqué precisamente a El chino. Aunque por supuesto os invito a leer la entrada (aún me contenía), os adelanto que a pesar del prometedor comienzo, terminó por no gustarme.
Pero vuelvo a Wallander, el detective que me robó el corazón porque fue el primero que me resultó completamente humano. Ni el frío y racional Holmes, ni el inmodesto Poirot o el snob Lord Peter Winsley, ni Maigret, a pesar de la señora Maigret, llegan a tener la humanidad que desprende Wallander. Con sus encuentros y desencuentros con su padre y su hija; sus problemas amorosos, esas llamadas de atención sobre su salud que no escucha o las dudas sobre su profesión.
El título del libro, como en los anteriores, alude a la investigación de que se ocupa el inspector –un hombre que poco antes de desaparecer, se muestra inquieto- pero además, se refiere al propio inspector al que durante todo el libro le embarga la inquietud: por su pasado, su futuro, su trabajo, su salud. E incluso al lector, que se contagia de esa sensación de desazón que impregna todo el libro y de miedo o tristeza hacia un final que se acerca.
En el blog de Alice y luego en Un cadáver en mi blog, mencionaba mi impresión de que a Mankell le había pasado con su inspector lo que a Conan Doyle con Sherlock; había terminado por odiarlo y como Doyle, quería desembarazarse de él. Esto último sigo sin dudarlo; de lo primero –que lo odiara- no estoy tan segura.
Me parece que en el libro - la trama de la investigación es, desde mi punto de vista, lo menos importante- Mankell quiere rendirle su particular homenaje a Wallander, salpicándolo de referencias a sus obras anteriores. Y aunque pueda parecer paradójico, teniendo en cuenta el futuro que le ha destinado, me parece cargado de afecto ese final, que afrontará junto a su hija y a su nieta.
El Rincón Musical lo ha elegido el propio Wallander: María Callas y la ópera Rigoletto.
En un adjunto “inédito” (no llegué a enviarlo) sobre novela negra escribía: Otro salto y nos vamos a Suecia. ¿Qué decir de Henning Mankell? Que además de que tengo todos los títulos en que Wallander es protagonista –me gusta mucho- puso patas arriba la visión que tenía de Suecia. El Profesor de Baile, libro puente entre estos títulos y los que protagonizará su hija no me gustó demasiado; de los que escribió sin nuestro inspector sueco preferido…solo leí El cerebro de Kennedy. ¡Y qué queréis ¡Prefiero El Jardinero Fiel, de John Le Carrée, que que trata el mismo tema pero me parece mejor novela. Ahora estoy leyendo El Chino; solo llevo 80 páginas pero por la forma de llevar la investigación inicial, al enfrentarse al “caso”, la protagonista –la jueza Birgitta Roslin- creo que estoy ante el Mankell de Wallander-el que me gusta.
Además, la primera entrada “de verdad” del blog se la dediqué precisamente a El chino. Aunque por supuesto os invito a leer la entrada (aún me contenía), os adelanto que a pesar del prometedor comienzo, terminó por no gustarme.
Pero vuelvo a Wallander, el detective que me robó el corazón porque fue el primero que me resultó completamente humano. Ni el frío y racional Holmes, ni el inmodesto Poirot o el snob Lord Peter Winsley, ni Maigret, a pesar de la señora Maigret, llegan a tener la humanidad que desprende Wallander. Con sus encuentros y desencuentros con su padre y su hija; sus problemas amorosos, esas llamadas de atención sobre su salud que no escucha o las dudas sobre su profesión.
El título del libro, como en los anteriores, alude a la investigación de que se ocupa el inspector –un hombre que poco antes de desaparecer, se muestra inquieto- pero además, se refiere al propio inspector al que durante todo el libro le embarga la inquietud: por su pasado, su futuro, su trabajo, su salud. E incluso al lector, que se contagia de esa sensación de desazón que impregna todo el libro y de miedo o tristeza hacia un final que se acerca.
En el blog de Alice y luego en Un cadáver en mi blog, mencionaba mi impresión de que a Mankell le había pasado con su inspector lo que a Conan Doyle con Sherlock; había terminado por odiarlo y como Doyle, quería desembarazarse de él. Esto último sigo sin dudarlo; de lo primero –que lo odiara- no estoy tan segura.
Me parece que en el libro - la trama de la investigación es, desde mi punto de vista, lo menos importante- Mankell quiere rendirle su particular homenaje a Wallander, salpicándolo de referencias a sus obras anteriores. Y aunque pueda parecer paradójico, teniendo en cuenta el futuro que le ha destinado, me parece cargado de afecto ese final, que afrontará junto a su hija y a su nieta.
Y después, nada. El relato de Kurt Wallander termina ahí, irrevocablemente. LosHasta siempre, inspector Wallander. Todo un placer haberle conocido.
años que le queden por vivir, diez o quizás algunos más, le pertenecen a él, a
él y a Linda, a él y a Klara. Y a nadie más
El Rincón Musical lo ha elegido el propio Wallander: María Callas y la ópera Rigoletto.
Comentarios
Pensaba imprimirle el post, pero lo dejaré para cuando lo haya leído.
Ahora llevo retraso con este inspector, pero puedo afirmar que los únicos libros que me han tenido pegados al sofá ocho y hasta diez horas seguidas han sido los de este hombre.
Y coincido contigo en que su visión de Suecia desmontó esta tan mitificada que teníamos por aquí.
Sería un gustazo que Marian me dejara sus impresiones tras leer el libro. Me sentí como cuando te despides de alguien al que conoces hace mucho tiempo y que sabes que no volverás a ver.
P.D: también yo quiero saber que dice la carta. ¡Ya me entiendes!
Me temo que lo de la carta le falta un tiempo. Al menos doce capítulos... si no se me ocurre alguno más entre medias.
Carmina tengo pendiente enviarte un correo así que aprovecho y cuando lo consiga (mi windows mail está un poco "alterado") te doy la relación.
NO sigo mucho a Skarpetta, me gustaba más que me gusta, quizás por lo que dices.
Cuando hayas leído el libro, hablamos con más libertad.
En este caso no sólo es desolador el fin de Wallander sino el de los de su quinta: su amigo de la infancia (murió de cáncer en Antes de que hiele justo después de cumplir su sueño de tener un picadero), Moma (su mujer), la única mujer aparte de Moma que quiso ...
En la comisaría de Ystad sólo queda el también deprimido Martinsson, que le anuncia que deja la policía porque no puede más.
Si no es absolutamente demoledor es por Linda, un ejemplo de hija, la verdad, que salva a Wallander de la desesperación más absoluta.
Saludos.
Necesito compañías más alegres, así que de momento me quedo con Montalbano y ahora con Precious.
me va a dejar el libro una amiga, yo no he leído toda la saga, pero le tengo simpatía al personaje. Y desde luego me rindo completamente a sus desvelos con su hija y a lo bien que sale en tu comparación con otros "clásicos".
Recuerdo Antes de que Hiele, La leona Blanca, la Quinta mujer, y como dice Armando, sabe pegarnos al sofá.
Un fuerte abrazo, yo ahora no quiero despedidas, quiero conocer(te, os) oe, oe, oeeeeee!
Estoy espesa, pero en cuanto pueda regreso que ya he visto cuantas cosas interesantes has colgado....Un becario!!!!
xG
La verdad es que sé bastante poco de esto porque el primer contacto con la novela negra sueca fue con Millenium, y claro, ahora sé que hay un gran mundo detrás. De todas formas, los grandes booms (Millenium) suelen beber de una larga tradición, no??
Besos!!
PD: también tengo impreso el primer capítulo de uno de estos libros, para probar antes de comprar.
A mí Linda no me caía bien pero en este libro me reconcilié con ella.
Sigo pensando (es mi lectura personal) que a pesar de todo (y posiblemente aunque Mankell no fuera consciente de ello) al final Wallander quedó en paz. Y el párrafo del final, a pesar de la contundencia -irrevocablemente- es el que resume ese "aunque te odie, te amo" del autor hacia su personaje.
Perdona el rollo existencialista que me acaba de salir.
Carmina acabo de mandarte el correo. Espero que llegue.
Loque después de terminar el libro en lugar de continuar con Expiación, como tenía pensado, tuve que recurrir a un libro medicina (me receté el último de Paasilinna).
Maribel os echábamos de menos. Pero ya he visto que estabais disfrutando de vuestra ruta por Amsterdam.
Espero que no se me tuerzan las cosas y podamos conocernos en breve.
Sobre Wallander, solo puedo decir que es uno de mis "detectives especiales".
Marina ¡Qué puedo decirte! tan solo que lo incluyas en tu plan infinito.
xGaztelu reconozco que no soy objetiva con Wallander. Para mí es especial, quizás porque representa un tipo de detective que ahora es más habitual pero cuando comencé a leerlo, no. Ádemás, lo que me gusta sobre todo de sus libros, más que la trama detectivesca es la parte humana, algo que tampoco se veía demasiado.
Sabemos que Watson se casó, Maigret es feliz en su matrimonio e incluso su mujer está más o menos presente en sus novelas, pero nunca profundizamos en la parte "privada" de los detectives. Con Wallander comenzó a cambiar.
M Mikael Blomkvist es el polo opuesto de Kurt Wallander. Te lo digo por si te decides a leerlo.
No vuelvo sobre por qué y lo que me gusta de él ya que me parece que lo expliqué no se si con claridad pero sí con abundancia de palabras.
(Y no me extraña que sean tristones; con tanto frío y lluvia, atravieso una etapa bastante amorfa)
Yo no conozco a Wallander, pero espero comenzar este año. De a poquito, y con sus primeras obras. Es un alivio saber que no murió (¿o no lo será cuando lo lea?) bueno, ya averiguaré ;)
Un beso,
Ale
pd
y como dice loque ¡la vida es un carnaval! levanta la cabeza, sonríe y mueve la cadera a un lado y a otro que las penas se van cantando....
Sí, Paasilina mola y "Groucho y yo" por Groucho Marx. Pero no hay que decaer por estos suecos que viven sin sol, angelicos.
Me has recordado que Hastings también se casó y fue feliz en su matrimonio ¿años más tarde enviuda ya con los hijos mayores?
Llevo varios días cantando esa canción porque el martes es carnaval. En cuanto a la creatividad...veremos si salgo del lio en que yo misma me metí. ¡Ya os contaré!
Loque por si acaso, voy a ir sacando los billetes de tren; que si no, luego tengo que ir en Alsa y eso si que no mola.
Hastings si que se casa y se va a vivir a la Argentina. Luego vuelve a colaborar con Poirot tras enviudar, pero lo referente a su familia es todo muy por encima.
Hilario mal comienzo. El Chino no es de los mejores libros de Mankell.