Mientras andaban, Montag fue escrutando un rostro tras de otro.
_No juzgue un libro por su sobrecubierta_dijo alguien
Y todos rieron silenciosamente, mientras se movían río abajo
(Bradbury, Ray: Farenheit 451)
Si normalmente hablo del contenido de los libros y de quienes los escriben, mi entrada de hoy es más superficial ya que no pienso pasar de la cubierta. Fue R quien puso en funcionamiento el resorte divagatorio que me llevó a pensar en aquellas portadas de libros que, por uno u otro motivo, me quedaron nítidamente grabadas.
De mis lecturas infantiles recuerdo especialmente: Muchachas en Jet, un libro que era de mi hermana (incluso recuerdo uno de los dibujos) y la de Zapatos de fuego, sandalias de viento, también suyo. En alguna ocasión mencioné la precisión con que se me quedó grabada la de El Loto Azul. (Obvio los Cinco, Siete Secretos, Guillermo Brown y Celia o Clásicos de Bruguera porque algunos de ellos todavía están por casa o son fácilmente localizables).
Ya adolescente los libros que me marcaron tenían portadas neutras, y además los asocio a colores (me pasa igual con los libros de cocina de Maria Luisa). El rojo de la colección de novelas policiacas donde leí y descubrí a Hammett, Chandler, W. Iris, Chersterton y Patricia Higsmitt o los verdes (colección de premios nobel) en que leí Kim, a Hemingway y terminé leyendo, después de un montón de años cogiéndolo y devolviéndolo a la estantería, Las uvas de la ira.
Paradójicamente, recuerdo perfectamente portadas de libros de mi hermana que no leí: la de L’Etranger, en la colección Folio de Gallimard: blanca, con un hombre de espaldas, casi una silueta. O la de El lobo Estepario, de Herman Hesse (creo que empecé el libro pero lo dejé enseguida). Y la que recuerdo especialmente porque me producía incluso repulsión era la de Tristana, en Alianza de Bolsillo: una pierna ortopédica. ¡uugg!
Si una portada atractiva puede hacer que compremos un libro, el efecto contrario también se da. Estuve a punto de no comprar El retrato de Dorian Gray porque el único ejemplar que encontraba tenía una portada que no me gustaba nada. Al final me lo llevé porque es uno de esos libros que considero fondo de biblioteca y aunque lo había leído no lo tenía. Cada vez que veo esa caroplona que pretende representar al hermoso Dorian, me apetece… regalar el libro y comprar otra edición.
Las de Agatha Christie en Editorial Molino son un clásico, pero aunque me gustan, tengo debilidad por otras más antiguas, rojas con dibujos en negro. Recuerdo haber visto alguna por casa, aunque no de esta autora. También me gustan las de los bolsilibros con esa estética tan particular; tengo un par de ellos, comprados de segunda mano. Además, el verano pasado compré en la FNAC The Big Sleep, en una colección cuyas portadas reproducen las antiguas.
Pensaba terminar y no me daba cuenta de que aún no había mencionado algo relacionado con este tema y que detesto cordialmente. La moda, tan extendida últimamente, de que cuando un libro es adaptado al cine, inmediatamente se reedite sustituyendo la portada original por el cartel de la película o alguna otra imagen alusiva a la misma. ¡No lo soporto!
En Papel en Blanco también trataron sobre el maravilloso mundo de las portadas
En el Rincón Musical, otra portada que no puedo olvidar.
Comentarios
La del Lobo Estepario también la tengo grabada ¿Me equivoco o hace unos años estaba muy de moda dibujos de incierta interpretación y ahora fotografías?
Lo de las películas: Completamente de acuerdo.
Me encantaría ver una exposición a gran tamaño de todas las portadas de la Editorial Molino para novelas de A. Christie, y si de paso me las explicaran, de una vez por todas....
Una de las que más me gustó de muy chaval, fue la de una edición de "El libro de la Selva" de Kyplin, creo que de SM ó Santillan, no estoy seguro.
Luego llegó Disney y lo desgració, pero eso es otra cosa.
Las portadas de Alianza de bolsillo siempre fueron especiales. Por ejemplo, tengo delante la de La comunicación no verbal, de Flora DAvis que también es un poquitín...
Amando,aquí hablo de portadas que se me quedaron grabadas sin que hubiera un motivo especial para ello. De Tintín leí muchos pero recuerdo con nitidez el que aquí menciono; el disco del R. M. ni siquiera lo tenía y sin embargo se me quedó grabada su portada.
Es algo ajeno a mi voluntad. Como, sin saber muy bien por qué, recuerdas perfectamente donde leíste determinado libro.
Yo no tengo muchos reparos; aunque las portadas de las ediciones de los libros de los años 70 y 80 que andan por casa me parecen horrorosas... pero también influye que las páginas están amarillentas, la letra minúscula, etc y todo hace que me aleje del libro, no sólo la portada.
Al respecto, Mork empieza a mirar la foto, a tocar el papel, a mirar a ver si tiene en relieve las letras, a ponerlo a contraluz para ver si tiene partes de la foto/dibujo plastificadas en mate o en brillo o en yoquesé... ¡¡Me pone de los nervios!!! Al principio me hacía gracia, lo confieso.
Al final, si le gusta cómo está diseñada e impresa, le gusta la portada en general... puff ¡qué complicado!
A mí me hacen gracia las cubiertas que le ponen a los libros que denominan "chit lit", no me gustan nada, y una que me llamara poderosamente la atención y recientemente "Libros de Luca", interesante aunque promete más de lo que da, pero no está mal.
Cuando me acuerde de alguna más, vengo y lo comento, aunque si no me viene a la cabeza ahora es que no me marcó mucho...
Chaoo!!
Al contrario que Isi pienso que en los 70 (y antes) se lo curraban mucho más, aunque en algunos casos ahora nos parezcan horteras.
Eso si, para horteras, las de las novelas románticas actuales, esas de un tío con el torso descubierto y melenaza...
Confieso que a veces hago una pausa en la lectura y me quedo incontables segundos, que van incluso para minutos, con la mirada en la "superficie" del libro entre manos. Hoy me pasó con uno de los que estoy leyendo y que en su portada tiene una foto de Franz Kafka con Ottla, su hermana favorita (1914).
Saludos,
R.
Y bueno, estoy de acuerdo contigo con el final de tu post. Los libros que tienen portada de cartel de película me resultan imposibles de comprar.
Pues no lo entiendo, yo creo que son preciosas de la muerte. Por lo menos.
Mork es diseñador y seguro que todo eso lo hará incluso sin darse cuenta. Y además valorará cuestiones que para nosotros quizás pasen desapercibidas.
M gracias aunque no se si realmente es interesante o una babayada. Pero mi sistema divagatorio no hace distingos a la hora de activarse.
Alice ahora que lo dices, de estos últimos años no recuerdo ninguna portada que me hubiera impresionado (si exceptuamos la del careto pamestón que le buscaron al pobre Dorian gray). Bueno, y ese ojo de gato que eligió Tusquets para Kafka en la orilla.
Lo de las portadas de novela romántica es terrible; sobre todo, cuando son "de época".
R tendré que terminar haciéndolo porque ver esa portada me irrita hasta casi ponerme de mal humor. Eso sí, entre la cara de pamesta y la foto de la peli me quedo con la primera.
Como decía más arriba, últimamente las portadas no me impresionan demasiado; con excepción de la citada de Murakami que si que me inquietaba.
Isi, a la par que cursis, muchas veces.
Carmina me has dejado con la intriga, así que esperaré con ansia tu post. Pues si que me fijo en ellas. Me parece que su elección, como la del título "completan" el libro. Por eso precisamente intento (que no quiere decir que lo consiga) buscar títulos e ilustraciones que "hablen" sobre la entrada
Zeberio no conocía la editorial pero le seguiré la pista. Sobre ellas, las editoriales, he empezado a divagar; veremos si sale algo.
Loque acabas de calcar la portada de novela "romántica" por excelencia. Solo te faltó añadir el color de fondo -en que suele primar el rosa o cierto tono malva o morado.
La verdad es que yo soy poco visual, así que casi no me fijo en las portadas, salvo que sean horrendas de verdad; aunque una portada bonita me hace comprar un libro (me releo y me descubro diciendo cosas que se contradicen, pero así soy).
En casa de mis papás hay una colección de bruguera que tienen el título y autor y están en azul, naranja, amarillo y me parecen lo más feo sobre el planeta.
La de la pierna ortopédica que pones aquí está feísima, si.
Y ¿qué tal cuando la portada no tiene nada que ver con el libro? no me viene ninguno a la mente en este momento, pero si me acuerdo después, como dice Terminator: I'll be back ;-)
vuelvo a tu blog con la sonrisa en los labios, por lo mucho que coincidimos ;-) ;
Que de imágenes que tenía dispersas me has traído a la memoria con esta entrada, y que suerte que aún tengas esas ediciones, muchas de las mias fueron de primo en primo hasta el cementerio de los libros.
Yo sí soy visual, y el código de colores siempre tiene significado para mí, es más, las portadas y la comida (verduras también jejeje) me entran por los ojos; y así como cocino colores, llegan a mi unos libros y no otros a través de la vista.
No me gustan las portadas-carteles de cine, cierran la puerta de la imaginación, lo dan todo hecho.
Me recuerdas a un trabajo de hace años: bibliómanos y bibliófilos. ¿disfrutaremos también con los e-books?
Un abrazo ;-)
Cuando escribo artículos o la memoria anual del archivo también procuro que resulte atractiva visualmente. Así que creo que el aspecto físico del libro también cuenta.
De todas formas, aquí menciono libros cuyas portadas recuerdo sin un motivo concreto. Simplemente "se me quedaron".
Maribel en casa de mi madre todavía conservamos algunos de esos libros. El resto -los que no desaparecieron en algún préstamo- pertenecen ahora a mis sobrinos.
Eso que dices de los colores en la cocina me recuerda el comienzo de La joven de la perla cuando está partiendo las verduras y agrupándolas por colores. A veces también yo cocino con colores -sobre todo las ensaladas. El otro día le eché un poco de curry al puré de patata y me quedó de un precioso color amarillo, además de tener un sabor especial.
Esto de los diseños de portada también se aplica a las ilustraciones interiores. Aquí está de moda que los pintores de primera línea ilustren el libro. El asunto es que no sé cómo se atreven ellos, porque las ediciones son tan malas, tan malas, que aquello nunca luce, por más que se esfuercen. Hablo de papel gaceta o reciclado y ni hablar de colores.
También tengo los diseñadores en casa, como Isi, y este temita sale con mucha frecuencia y tanto, que no me he atrevido a comentarlo en mi blog porque sería interminable. Menos mal que ya lo has hecho por aquí.
Gracias.
AD
Es cierto que las ilustraciones necesitan ir acompañadas de cierta calidad en el material para que puedan lucir. Y aunque no conozco a ningún diseñador en persona, estoy con ellos en que El diseño (y ahí me refiero a composición, tipo de letra,calidad del papel, colores, etc) SI IMPORTA.
p.d: ya que tienes un diseñador en casa, voy a enviarte un correo a ver si me podeis echar una mano con una idea que tengo.