Cada cual a su ritmo.

Más de una vez hemos hablado de nuestros ritmos lectores. Hay quien tiene planificado incluso el tiempo que le dedica a la lectura (es el caso de Ismael) quién ha llegado a leer ocho horas diarias (Leox), quién nunca lee un libro porque no tiene tiempo (Victoria Beckam dixit) y quien lee de forma anárquica y desordenada (ese sería mi caso)
Mi estado de ánimo marca en gran medida mi tiempo de lectura y la elección de los títulos. Cuando me encuentro demasiado cansada o nerviosa, me cuesta mucho leer; soy incapaz de leer cuatro páginas seguidas. Algo así me pasó este mes de septiembre en que tan solo los días que estaba en O. conseguía leer completamente relajada.
Otras veces es casi imposible despegarme del libro que estoy leyendo, pudiendo pasar tres o cuatro horas completamente ausente del mundo exterior; me vuelvo autista. Cuando las circunstancias o los de alrededor me obligan a dejar la lectura, lo hago de MUY mala gana.
Estoy dándome cuenta de que uno de esos pequeños placeres de los que nos habla Delerm es poder leer hasta que te cansas, sin pensar en la hora, ni en que te están esperando o que tienes que hacer la cena o la comida.
Pero no solo es mi estado de ánimo quien me marca el compás. Porque los libros también me imponen su propio ritmo de lectura y nunca sé cual va a ser hasta que no he comenzado a leer. Hay libros que te atrapan desde el principio; te abducen y no puedes dejarlos. Eso me sucedió con El Nombre de la Rosa, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, La Historia interminable, Mal de Escuela, Cometas en el Cielo o La loca de la casa, que estoy leyendo ahora.
Otras veces se trata de un libro que exige ser leído a sorbos, poco a poco, independientemente de las páginas que tenga. Un buen ejemplo es El Baile, de Irene Nemirovsky, un libro muy cortito pero que incluso me obligó a hacer una pausa a mitad de la lectura para tomar fuerzas y seguir leyendo. Derrumbe, otra novela corta, también exige una lectura pausada. Lo mismo me sucedió con Una noche sin luna, una obra densa y llena de referencias a la cultura y la literatura china.
Hay veces en que el inicio de la relación es complicado. Cuando comencé a leer The Blind Assasin, de Margaret Atwood lo hice con un fin didáctico –recuperar mi inglés con la lectura, entre otras cosas. Así que durante dos o tres meses el libro estuvo en la mesilla junto al sofá y leía un rato después de comer. Ya sabemos que no hay mejor antídoto para la lectura, que el sentido del deber, pero poco a poco la historia me fue atrapando y llegó un momento en que esas cuatro o cinco páginas “obligatorias” diarias, se convirtieron en muchas más y dejaron de ser “el ejercicio de lectura” para ser la lectura de la novela .
Eso mismo me pasó en más de una ocasión. Ya os hablé de mi pequeño desencuentro con Delibes al principio de El Hereje; aunque tratándose de él, no cejé y por fin conseguí reencontrarme con mi viejo amigo. Un caso similar fue lo que me sucedió con Avaricia; si no hubiera sido porque se trataba de una lectura para el reto, posiblemente hubiera abandonado casi al principio. Sin embargo, a medida que se fue desarrollando la novela y que la avaricia iba invadiendo a los protagonistas, el interés iba creciendo.
Lo mismo que existe un ritmo de lectura para cada libro, existe un momento para su lectura y un libro para cada momento. Pero esa es otra historia que deberá ser contada en otro lugar.


No sabía que inquilino traer a este rincón musical, pero el otro día oí esta canción de Dire Straits y pensé ¿por qué no?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡ayyy que emoción que soy la primera! ¡YUPI!!!!!!!!!!!!
Anónimo ha dicho que…
Como no tiene caso ser la primera si no se tiene nada que decir, aquí va mi aportación (es que no quería que nadie me quitara mi primer lugar en lo que yo escribía...jajaja):

Los ritmos lectores son muy personales; yo entro en tu categoría: anárquica y desordenada. Mi estado de ánimo también marca mi tiempo de lectura, títulos elegidos y debo decir que a veces debo leer textos para tareas a entregar en la universidad y muchas veces, si la novela está más interesante, ando leyendo lo de la tarea una hora antes de la clase. Es decir, mi anarquía me pone entre la rebeldía y la tontería (quien me manda sufrir porque no acabo a tiempo).

Unos los leo en un suspiro, otros "a plazos" porque no terminan de engancharme o porque pienso tantas cosas mientras los leo que tengo que digerir, y regreso (me sucede actualmente con "Leer a Lolita en Teherán" y me sucedió con "Tristram Shandy").

Ha habido épocas en que dejo de leer semanas porque no encuentro un libro que me llame la atención...eso es feo. Tiene mucho que no me sucede.

¡uy que emoción! ¡creo que hice el 1-2! jajaja

Un beso,
Ale.
Homo libris ha dicho que…
Estoy completa y absolutamente con todo cuando dices. :)

A mí me ocurre como a ti, soy un lector anárquico (y de "bloguero" ni hablamos) que lo mismo la emprende con cuatro o cinco libros a la vez, que pasa tiempo sin poder coger uno (por placer). El estado de ánimo también me influye a la hora de coger un libro. Puedo estar tan "autista" que lea sin entender o que no quiera soltar el libro que tengo entre manos para relacionarme con ninguno de mis semejantes.

También es cierto que los libros nos imponen su ritmo. A veces forzarlo supone no disfrutarlo en condiciones, ya sea por intentar leerlo más rápidamente, o bien por limitar su lectura a unas páginas (como esa obligación autoimpuesta de leerlo en otro idioma que no es el nuestro, y que en algunas ocasiones yo también me he fijado, jeje).

Volviendo al estado de ánimo, en mi caso además de acusarlo la lectura, me sirve para darme cuenta a mí mismo de mi nivel de falta de vida. :S Hace un par de años, al cambiar de trabajo y venir a Málaga (sí, justo cuando terminé descubriendo el término "trotalomas"), comencé en otro lugar que poco a poco fue adueñándose de mi tiempo y pensamiento. Cuando vi que llevaba semanas sin leer más que un par de páginas o tres al día, y eso si no pasaba el día sin coger el libro, me di cuenta de que no podía seguir así. Y no lo hice. :)

Un abrazo.
Homo libris ha dicho que…
Ay, yo para hacer el 3-4 ;) y ya que se me olvidó comentarlo, me encantan Dire Straits y este "Sultans of Swing" es todo un clásico. Pero te propongo una adenda musical a la entrada: "El ritmo del mar", de Celtas Cortos.

¡Hasta luego!
Iraya Martín ha dicho que…
Ya sabía qué canción de Dire Straits habías escogido antes de pinchar el enlace xDDD

Me apunto a lo de anárquica y autista. La mayoría del tiempo sigo un desorden y rara vez leo dos libros al tiempo. Pero sin duda lo que más me gusta es que después de una larga búsqueda de con ese libro que hace que me olvide de comer, desconecte el teléfono, no abra la puerta y desaparezca del mundo días.
Carmina ha dicho que…
Pues yo tambien soy anarquica y muy desordenada con la lectura, la verdad es que nunca he llevado mas de un libro y ahora mismo tengo cinco en marcha, pero es porque el libro principal me marca los pasos, para mi son muy aridos ciertos pasajes, y necesito desconectar, sin embargo en otros me embebo y me ausento del mundo. Hace dias que por a o b no puedo leer una pagina, estudiar oposiciones no es fácil y mis ojos me pasan facturas, asi que coger otro libro lo veo inviable. Totalmente de acuerdo con todas y cada una de las aseveraciones que haces que cambiando los ejemplos podria hacer mias
Alice Silver ha dicho que…
Yo leo en el metro (casi dos horas al día) y por las noches... mi ritmo es bastante regular. Por las noches sólo leo libros que me enganchen, si alguno me aburre un poco o me cuesta más leerlo lo destierro al metro. Me voy de vacas el sábado, nos leemos a la vuelta.
lammermoor ha dicho que…
Enhorabuena, Ale, por tu primer puesto. Como ves, encontré ilustraciones y rincón musical para poder publicar esta entrada.
Me gusta eso de leer "a plazos"; a Margaret Atwood o el Tristram Shandy, los leí así.

Homo libris, también tu has hecho podio. Así que no soy la única que suele leer varios libros a la vez -voy pasando de uno a otro, en función de mi estado de ánimo.
Hace poco tuve un episodio de ese autismo del que hablas, que afectó también a vuestros blogs. Aunque leía, era incapaz de asimilar los contenidos.
¡Me parece muy bien tu adenda musical!

Elwen, cuando pienso en Dire Straits inevitablemente me viene esa canción a la cabeza.
Eso de desconectar el teléfono nunca lo hice, aunque si que me molesta tener que cogerlo. ¡NO es mala idea! Lo de desaparecer detrás del libro, sí.

Carmina, ¡ánimo con las oposiciones! No es facil pero la constancia es fundamental. Ya verás como cuando hayas aprobado, te compensará.
Hay algunas veces en que solo estoy leyendo un libro; pero habitualmente, tengo varios empezados. Lo que sucede es que suelen ser de temas distintos y voy pasando de uno a otro.

Alice, ¡dos horas! Así puedes leer muchísimo. Cuando iba a trabajar en tren, también leía mucho (excepto los días que tenía tanto sueño que no me enteraba de nada).
Disfrutad de las vacaciones. ¡Nos leemos a tu vuelta!
loquemeahorro ha dicho que…
Hola,
En primer lugar decir que la frase de Ale "mi anarquía me pone entre la rebeldía y la tontería" me ha encantado!
Yo coincido en algunas cosas con vosotros, como leer en el Metro (desgraciadamente voy mucho más en bus, y me mareo al leer), o empezar 3 libros a la vez, y después estar semanas sin leer.
Lo que no hago es obligarme a leer un libro, si no me engancho, lo dejo muy rápido y es raro que le dé una segunda oportunidad.

El primer libro con el que hacía el esfuerzo de seguir, a pesar de nuestros desencuentros ha sido (como tú, Lammermoor) el celebérrimo Tristram Shandy, desde los tiempos del instituto y las lecturas obligatorias.

Ah! que me encanta que hables de Margaret Atwood!! Estoy totalmente enamorada de ella, de momento solo me he leído "Penélope y las 12 criadas" (me encanta!) y estoy con "El Cuento de la Criada", que me impide empezar Todos los caballos....
El Guisante Verde Project ha dicho que…
Buenas!, pues si, me he decidido a firmar, jajajaja, aunque en muchos casos daría igual...
Que buena selección musical. El amigo Mark también tiene sus tiempos, y ya me gustaría que recuperase alguno de esta época, se le echa de menos en sus últimos discos.
En fin. Creo que, al menos a mí lo que más me condiciona a la hora de leer es el estado de ánimo, porque, a pesar de que existen libros con los que tienes un feeling especial, creo que se debe a que llegan a nuestras manos en el momento y lugar adecuados.
Lo que soy incapaz de hacer, será de lo poco que no marca mi signo zodiacal, es programar las lecturas, manda el caos, aunque por lo que he leído, es lo general, jjejee.
Un saludo, y buen finde!!
lammermoor ha dicho que…
Loque, coincido contigo en ser incapaz de leer en el autobus-también me mareo.
A algunos libros si les doy una segunda oportunidad; a veces se trata de que no era el momento más adecuado para ese libro. Pero hay casos en que tengo clarísimo que no me apetece seguir leyendo y lo dejo.
El libro de Margaret Atwood me gustó mucho; lo que pasa era que había tres historias que se iban intercalando (hasta que descubres que forman un todo) y entre eso, el idioma y que lo miraba un poco mal por ser el "libro de prácticas" pues se demoró un poco la lectura

Roberto es que a veces que te guste un libro o no depende muchísimo del momento en que lo lees. En cuanto a programar las lecturas, también yo dejo que se arreglen entre sí (me imagino a unos libros riñendo con otros: diciendo ¡Que la cola es esta! ¡Qué es esto de acabar de llegar y querer que te lean ya!)
Disfrutad del fin de semana.
R. ha dicho que…
¡Hola Lammermoor!

Por placer, soy incapaz de alternar la lectura de más de dos libros, y además, los dos libros que esté alternando su lectura deberán pertenecer a géneros distintos o uno de ellos ser más extenso que el otro. Ejemplo reciente: a un centenar de páginas para llegar al final de Vida y destinto, de Vasili Grossman, me decidí a leer unas novelitas de Amélie Nothomb, las cuales indefectiblemente palidecieron al lado de la novela del escritor ruso.

Últimamente leo los libros que voy adquiriendo, eso quiere decir que estoy escogiendo mis lecturas y sigo relegando libros que tienen tiempo en mi poder. En mi elección prima el género novelístico y que tengan el suficiente número de páginas que nos las haga merecedoras del calificativo de "novelas cortas" (lo cual no me priva de apreciar este género ni los cuentarios). Me gusta estar acompañado por un libro varios días, llevarlo conmigo adonde se pueda, aunque al final de la jornada sólo lea unas cuántas páginas.

El día de la semana que le saco el jugo leyendo en plan autista es el domingo. Y bueno, por llamarlo de algún modo, ya programé mi lectura de Todos los hermosos caballos, de Cormac McCarthy: el placer y el deber aunados.

Saludos,
R.
Ismael S. ha dicho que…
Hola L,

No me pongas tan estricto con mis horarios de lecturas, suelo organizarme de alguna manera, si no, no podría hacer tantas cosas, pero doy campo a la "improvisación". Creo que el placer de la lectura no admite imposiciones, es totalmente libre.

También llego a ser algo anárquico, dependiendo de las épocas y estados de ánimo, como todos. Y me gusta leer varios libros a la vez, y cada uno con su ritmo.

Felicidades, te vas superando con el rincón musical... ;-)
lammermoor ha dicho que…
R, ¡que alegría! Echaba en falta tus comentarios.
Aunque suelo leer varios libros a la vez, si es cierto que suelen ser distintos entre sí. Por ejemplo, ahora mismo alterno Leer entre lineas -un ensayo- con La Cocina del Azafrán y tengo Antichrista, para leer esta semana mientras tengo que guardar varios turnos (tiene el tamaño adecuado para llevar en el bolso).
Como tú, voy leyendo los libros que acabo de comprar; relegando otros que están en lista de espera hace tiempo.
Y en cuanto a tu afición por los "tochos", ya me había percatado de ello. Espero que eso no te haga valorar menos las novelas cortas.
Los domingos los tengo asociados a la lectura en la cama, tras un opíparo desayuno (otro de mis pequeños placeres)

Ismael, permiteme que me muestre algo escéptica. Estoy segura que no tenemos el mismo concepto sobre lo que significa anarquico o improvisación.
Respecto al Rincón Musical, no puedo creerme que ¡TE HAYA GUSTADO! ¿No lo ignorabas sistemáticamente?
Marina García ha dicho que…
¡Hola! La mujer de verde lo tengo apuntado ;) pero como este estaba más baratito pues me lo llevé.
La verdad es que mi ritmo de lectura es desordenado. Si está muy bien la novela me engancho a ella y no paro vamos pero si no es el caso... veáse el tercero de Larsson que está parado desde hace semanas.
¡Un saludo grande! :D
lammermoor ha dicho que…
Hola, Marina. Ahora no recuerdo si ya leíste Las Marismas; en cualquier caso, mi consejo es que te los leas en el orden adecuado: primero Las Marismas y luego La Mujer de verde. Más que nada, porque si inviertes el orden el primero (de la serie) te gustaría menos.
Ya me contarás.Tengo una entrada pendiente sobre ese autor (en realidad tengo un montón, pero bueno)
Maribel ha dicho que…
Aviso a la nave nodriza, te llevas los mejores comentarios, yo estuve aquí ayer para decirte que estoy de acuerdo contigo una vez más, es el estado de ánimo el que marca mis lecturas, y el que hace que abandone o recupere un libro.
Creo que mi otro comentario no llegó por que a la nave nodriza no le gustaron mis categorías de estados de ánimo, y ahora que lo pienso, lo cuenta mejor Maitena ;-)

Antes eran los libros los que se peleaban por ser elegidos, en las estanterías de librerías, bilbiotecas..., pero desde que leo a todos estos caballeros andantes que defienden con tanto ardor a sus representados, lo tengo más difícil para elegir, voy a la librería y pienso, eso lo menciona Ale, Lammermoor decía..., Homolibris lo recomienda, esa es la edición de la madre de Isi, a ver sí R cuelga su comentario...uuuuf!

Y es que encima una pasa lista, leo tu post y señalo, si, si, si, si, ese me enganchó, eso no lo he leído ( esto es por los de Larsson que no me llaman), Valladolid de la mano de Delibes, magnifico, Sí Nemirovsky Y Menendez Salmón nos hacen parar, que decir de Marai y P. Claudel.....
Además Lammermoor se obliga a leer en inglés, y a mi me esperan en la estantería los que he comprado este año ;-( , si a esto le sumas que puedo comentaros en pocas ocasiones, llevo un retraso de trabajo...

Lo que no falla es escuchar a Mark!!
Os sigo siempre por delegación, con deberes para mi mitad del Guisante, esclavizado...

un abrazo ;-)
lammermoor ha dicho que…
La nave nodriza estuvo una temporada alejada -creo que fueron las amenazas de Ale- pero últimamente está por estas galaxias blogueras.
Lo de las lecturas impuestas aunque sean por mí misma, lo llevo bastante mal.
Y lo que comentas sobre la influencia de los comentarios de los cibercontertulios... Estos días está comenzando a danzarme en la cabeza algunas ideas relacionadas con ello. A lo mejor consigo darle forma.
¡Qué conste que tu guisante consorte se porta genial! Pero a ver si nos va a coger manía (por aquello de las lecturas "obligatorias"):-)