Cuando en un momento de la segunda novela, alguien le pregunta a este detective canadiense afincado en Glasgow, por su nombre de pila, él responde: llameme Lennox, como todo el mundo; de ahí el “a secas”. En lo que atañe a la bebida, sin ser un alcohólico como Harry Hole o Matt Scudder, sí es bebedor, preferiblemente de bourbon, como los detectives americanos en que se inspira.
Hay quien se refiere a Lennox como el nuevo Marlowe y es cierto que hay mucho de este último en la construcción del personaje. Su pulcritud y cuidado al vestir, su condición de mujeriego y de bebedor de “bourbon” –nada de whisky escoces. Además, hace gala de una ironía similar a la de Marlowe.
También se corresponde con las novelas de Hammet y Chandler que el protagonista y el resto de los personajes se muevan en un ambiente marginal, de gánsteres, matones y policias corruptos. El toque de “normalidad” lo pone la casera de Lennox, una viuda de guerra, con dos hijas, de la que este está secretamente, o no tanto, enamorado.
La primera novela,titulada como el detective, me recordó tremendamente a Cosecha Roja, porque como en ella, la cosecha de cadaveres es elevada. En esto sigue el hilo de los maestros; a pesar de que se hace frecuente uso de la violencia no hay regodeo ni morosidad en la descripción de estos hechos. Podríamos decir que la gente “viene torturada de casa”.
El comienzo me pareció muy bueno:
A lo largo de mi vida he tenido que dar muchas explicaciones para salir de un aprieto, pero éste los supera todos.
Estoy apoyado contra la pared de un cuarto en el primer piso de un almacén portuario vacío(…)
La segunda frase, que repite varias veces con ligeras variaciones, consigue enfatizar la desesperada situación en que se encuentra el protagonista al comienzo de la novela.
He estado en situaciones mejores.
Creo que debo explicarme
Las explicaciones de por qué está metido en un buen lío coinciden con el desarrollo de la novela y terminan por formar un círculo cuando, ya en el desenlace, volvemos a leer: Estoy apoyado contra la pared de un cuarto en el primer piso de un almacén portuario vacío (…)
Si desde el punto de vista formal me gustó más la primera, encontré El Beso de Glasgow mucho más divertida; aquí la ironía de Lennox destaca más. Hay algunas frases francamente geniales, como por ejemplo esta: Bridgeton era esa clase de lugar donde te sentías demasiado arreglado si llevabas zapatos.
Deditos, el matón que a veces hace de guardaespaldas de Lennox y cuya "especial habilidad"dio origen a su apodo, me resulta sin embargo tierno. Me recordó un poco a Catarella; aficionado a leer el Reader’s Deagest, le gusta utilizar palabras escogidas, no siempre de forma correcta y articularlas sílaba a sílaba.
Otra cosa que me gustó mucho de esta segunda novela son las continuas referencias cinematográficas y metaliterarias: desde el Jeeves de Wodehouse a Shakespeare o Graham Greene. Además hay un párrafo que me hizo sonreir y pensar que los concejales son iguales en todas partes:
Glasgow era una de esas ciudades que se complacen en hacer ostentación de sus conocimientos. La universidad consistía en una serie de magníficos e impresionantes edificios victorianos. Pero el alarde más estridente de sapiencia venía con cúpula de bronce y todo: era la Biblioteca Mitchell, que se alzaba imponente en el corazón mismo de Glasgow con sus columnas corintias. El proyecto original no incluía una cúpula como la de la catedral de Saint Paul, pero los concejales del ayuntamiento habían insistido en ello y ahora la Biblioteca Mitchell proclamaba a los cuatro vientos: “Mirad…¡tenemos libros”
Tengo la impresión de que Lennox ha venido para quedarse, asi que os recomiendo que lo leáis. También os dejo los enlaces a la entrada que Alice Silver le dedicó y al artículo que Luis de Luis publicó sobre El beso de Glasgow en Prótesis.
El rincón musical de hoy lo propone Deditos, quien duda entre “Elephants Gerald” o “Duke Wellington”
Hay quien se refiere a Lennox como el nuevo Marlowe y es cierto que hay mucho de este último en la construcción del personaje. Su pulcritud y cuidado al vestir, su condición de mujeriego y de bebedor de “bourbon” –nada de whisky escoces. Además, hace gala de una ironía similar a la de Marlowe.
También se corresponde con las novelas de Hammet y Chandler que el protagonista y el resto de los personajes se muevan en un ambiente marginal, de gánsteres, matones y policias corruptos. El toque de “normalidad” lo pone la casera de Lennox, una viuda de guerra, con dos hijas, de la que este está secretamente, o no tanto, enamorado.
La primera novela,titulada como el detective, me recordó tremendamente a Cosecha Roja, porque como en ella, la cosecha de cadaveres es elevada. En esto sigue el hilo de los maestros; a pesar de que se hace frecuente uso de la violencia no hay regodeo ni morosidad en la descripción de estos hechos. Podríamos decir que la gente “viene torturada de casa”.
El comienzo me pareció muy bueno:
A lo largo de mi vida he tenido que dar muchas explicaciones para salir de un aprieto, pero éste los supera todos.
Estoy apoyado contra la pared de un cuarto en el primer piso de un almacén portuario vacío(…)
La segunda frase, que repite varias veces con ligeras variaciones, consigue enfatizar la desesperada situación en que se encuentra el protagonista al comienzo de la novela.
He estado en situaciones mejores.
Creo que debo explicarme
Las explicaciones de por qué está metido en un buen lío coinciden con el desarrollo de la novela y terminan por formar un círculo cuando, ya en el desenlace, volvemos a leer: Estoy apoyado contra la pared de un cuarto en el primer piso de un almacén portuario vacío (…)
Si desde el punto de vista formal me gustó más la primera, encontré El Beso de Glasgow mucho más divertida; aquí la ironía de Lennox destaca más. Hay algunas frases francamente geniales, como por ejemplo esta: Bridgeton era esa clase de lugar donde te sentías demasiado arreglado si llevabas zapatos.
Deditos, el matón que a veces hace de guardaespaldas de Lennox y cuya "especial habilidad"dio origen a su apodo, me resulta sin embargo tierno. Me recordó un poco a Catarella; aficionado a leer el Reader’s Deagest, le gusta utilizar palabras escogidas, no siempre de forma correcta y articularlas sílaba a sílaba.
Otra cosa que me gustó mucho de esta segunda novela son las continuas referencias cinematográficas y metaliterarias: desde el Jeeves de Wodehouse a Shakespeare o Graham Greene. Además hay un párrafo que me hizo sonreir y pensar que los concejales son iguales en todas partes:
Glasgow era una de esas ciudades que se complacen en hacer ostentación de sus conocimientos. La universidad consistía en una serie de magníficos e impresionantes edificios victorianos. Pero el alarde más estridente de sapiencia venía con cúpula de bronce y todo: era la Biblioteca Mitchell, que se alzaba imponente en el corazón mismo de Glasgow con sus columnas corintias. El proyecto original no incluía una cúpula como la de la catedral de Saint Paul, pero los concejales del ayuntamiento habían insistido en ello y ahora la Biblioteca Mitchell proclamaba a los cuatro vientos: “Mirad…¡tenemos libros”
Tengo la impresión de que Lennox ha venido para quedarse, asi que os recomiendo que lo leáis. También os dejo los enlaces a la entrada que Alice Silver le dedicó y al artículo que Luis de Luis publicó sobre El beso de Glasgow en Prótesis.
El rincón musical de hoy lo propone Deditos, quien duda entre “Elephants Gerald” o “Duke Wellington”
Comentarios
Jose Ignacio lo de la lista de libros por leer es un problema generalizado. A mí me ha gustado mucho y además es un alivio dejar de lado los fríos nórdicos.
Quería probar con Sue Grafton, pero lo mismo empiezo por este, que me ha gustado tu reseña y parece qeu está divertido y hay buenos personajes.
Te comentaré mis conclusiones... si me acuerdo!
He sonreido con tu glosa de Deditos y tu comentario sobre los concejales.
También me gusta Sue Grafton pero casi te diría que te animaras con Lennox.
Zeberio cuanto tiempo. Tanto como un verano no, no porque los libros no sean entretenidos sino porque te enganchas y los lees de un tirón. Bueno, las conclusiones puedes contarlas aquí o en tu nuevo blog- ya te he localizado ;)
Isi es que el reto de este año me parece muy dificil y quiero estudiar bien la jugada. Pero que conste que tengo ya unos cuantos títulos que podría poner :)
Alice pues sí, el autor tiene un gran sentido del humor y es una de las cosas que más me gusta. Y al menos para mí, aunque Lennox está claramente inspirado en Marlowe hay mucho de Chandler en los libros.
Y Deditos es genial. Y lo de los concejales... es que es muy real ¡si lo sabré yo!
Y eso que lo de Catarella me tira mucho, ya lo sabes, y me encanta la gente que utiliza palabras que no significan lo que ellos se creen.
Un beso,
Ale
Bueno Isi arriba del todo no, pero algo subiré. Vamos a tener que hacerle un monumento a Palimp.;)
Loque a mí ya me ha ganado para su causa. En cuanto a Deditos, ya ves a Duke Ellington lo convierte en el duque de Wellington y a Ella Fitzgerald, en un grupo de jazz. Eso por no desvelar más.
Amando te entiendo perfectamente porque últimamente estoy volviendo a ellos.
Ale apúntatelo. Es un personaje con mucho sentido del humor. Casi podríamos catalogarlos de libros medicina.
Un abrazo