Vacaciones de verano junto al mar.

Queridísimos amigos, ha llegado el momento de colgar el cartel de cerrado por vacaciones. Me quedan en el tintero un par de entradas que tenía ya redactadas pero tendrán que esperar a la vuelta. Las vacaciones de mi otro yo, o de la parte de mí que no es Lammermoor no empiezan hasta el día cinco, pero esos días estaré liada así que me limitaré a leeros.

¿Qué planes tengo? Lo primero de todo, quitarme el reloj y olvidarme de las prisas y los horarios. Me esperan los paseos matutinos hasta el faro, donde arreglamos el mundo mientras miramos al mar; las excursiones por la zona; los aperitivos del domingo que tomamos además el sábado, el viernes y el resto de la semana; por supuesto, también leeré.

En mi biblioteca portatil viajan El palacio azul de los ingenieros belgas, de Fulgencio Argüelles (empezado); Derrumbe,de Menéndez Salmón; Kafka en la orilla, de Murakami y El mundo de las palabras, de Pinker. Además de los tres libros del Club de los Viudos negros, de los que me había hablado Homo Libris y que Lucía amabilísimamente me ha dejado (Por cierto, ella es la primera bloguera que conozco "en persona, personalmente". Veremos si hay más).

Aquí teneis un par de fotos para que veais por donde estaré y que explican sobradamente el por qué del título elegido para esta entrada "fin de temporada"

Para que sobrelleveis mi ausencia (o la celebreis, como prefirais) os dejo las botellas de sidra. Pero recordad: se bebe siempre de una vez y no sorbo a sorbo (error muy común entre los foráneos); además, no puede dejarse reposar, debe beberse recién escanciada. Ah, y jamás se colocan en un botellero de diseño, se guardan en las cajas- las de antes eran de madera, (eso lo digo por la serie del doctor que rodaron en Lastres)

Para El Rincón Musical, una canción que me recuerda la época en que nos movíamos por todo el concejo y parte del vecino,siguiendo el calendario festivo-verbenero. Gitanitos y morenos.